lunes, 18 de enero de 2010

EL PINO DEL MOLINO DEL VIENTO

EL PINO DEL MOLINO DEL VIENTO
Han datado el pino del Molino del Viento. Ya dije, en una entrada anterior, que me alegra que, por una vez, AIS-CC confíe en los técnicos. Los técnicos son la garantía de los políticos. Les impiden decir y hacer tonterías, de las que vamos sobrados los ciudadanos. Tan sobrados que estamos cansados de oír tonterías y mentiras. Y a veces de aguantar que se ningunee a los que realmente saben de la materia, porque el politiquillo de turno se cree por encima del bien y del mal. Pero, volviendo al pino, parece que todo apunta a que fue plantado hace unos 400 años. Es decir, un siglo después de la conquista. Relativamente cerca de la Fuente de la Guancha (por cierto, qué enorme abandono de este sitio histórico que está en nuestro municipio), el pino nos ha observado, impertérrito, desde su altura cada vez más olímpica, a nosotros, a nuestros padres, a los padres de nuestros padres y así hasta llegar a finales del siglo XVI o principios del XVII. Enhiesto, digno, desafiante ha guarecido bajo sus ramas todo lo que acontecía en ese Lomo, que es un poco más mío que otros lugares del municipio, no en balde a ahí procede una de las ramas de mis antepasados. Bienvenida, pues, la datación, y bienvenida la recuperación del pino como una de las señas de identidad del municipio. Aunque el camino que pasa a su lado no sólo hay que rehabilitarlo por el pino, sino fundamentalmente porque es la vía utilizada por los vecinos del Molino del Viento y de parte de San José, así como de la nueva Urbanización El Pino para dirigirse a pie a La Guancha, por razones comerciales, escolares, familiares… No debemos olvidar que esta zona oeste del municipio históricamente y por cercanía tiene unas relaciones preferenciales de todo tipo con el municipio colindante. Y el arreglo de este camino es una larga demanda de los vecinos, demanda de la que nos hemos hecho eco los socialistas. Es decir, que bienvenidos el interés por la zona.
Pero también debemos manifestar una duda y un temor.
La duda tiene que ver con la presencia del concejal Félix sosteniendo la cinta de medir el perímetro del tronco a la responsable del informe técnico. No se sabe muy bien cuál es su papel en esa foto, salvo que sea meramente propagandística de sí mismo, Y tanto la foto como la página del ayuntamiento, pagadas por todos nosotros, no están precisamente para hacerla la propaganda a un concejal. Al menos, hacerle la propaganda a este concejal en lugar de a otro concejal. No entendemos mucho la profusión de fotos de este concejal en menoscabo de otros y otras que, al menos, trabajan como él, aunque parecen serle menos simpáticos al que decide a quién fotografiar y a quién inserta en la página del ayuntamiento. ¿Campaña de sucesión anticipada?
Sabido es que esta gente de AIS-CC, sobre todo el alcalde, se enfada mucho cuando alguien le contradice. Y en esas estamos. El alcalde hizo declaraciones públicas sobre la datación milenaria del pino. Es decir, que sin esperar al estudio, el alcalde se lió la manta a la cabeza y anunció que teníamos un pino ¡milenario!. Y hete aquí que la ciencia acaba de contradecirlo: el pino no sólo no es milenario, sino que tiene una edad de un tercio, al menos, de las expectativas del alcalde. Y todos sabemos cómo se las gasta el señor alcalde: a quien le contradice le niega el pan y la sal. Y el pino, tozudo, dijo la edad real que tenía: nada de más de mil años, sólo unos cuatrocientos. Que son un montón, eso sí, pero lejos de la megalomanía del alcalde. Y ahora nos tememos que el alcalde, como con los vecinos que osan contradecirle, tome represalias. Y aquí va nuestra súplica: don Manuel, no importa que el pino “sólo” tenga cuatrocientos años. Haga usted lo que tenga que hacer para dignificar el entorno y el acceso. Cuatrocientos años es un montón, y los rambleros y las rambleras seguimos estando orgullosos de nuestro centenario pino. Ya lo estábamos sin la datación. Aunque no sea milenario. Y aunque lo contradiga a usted. Porque la verdad es una, y casi nunca coincide con sus deseos, don Manuel.

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