MI ECONOMÍA Y LA DEL CONCEJAL

El concejal Don Félix, más conocido en el pueblo por "risitas" habló, al parecer, de mi economía en el último programa infecto de la tele infecta, que, según dicen, fue monotemático. Se habló casi en exclusividad de mí. Pues que honor. Estoy encantada de que el individuo, los individuos que hablan en ese programa me agredan. Me sentiría ofendida porque gente de esa calaña me alabara, hablara bien de mí.
Para distinguirme, primero he de pedir perdón por usar el apodo de don Félix, pero nada comparado con él mismo, que se sienta en un programa infecto, donde continuamente se me insulta aludiendo a mi físico y él ni se inmuta; es más, parece que sus risitas aumentan con los despropósitos y las malcriadeces de ese individuo a quien el propio Félix calificó como "un dios para su sobrino". Ya comentaré esta frase de don Félix, que no tiene desperdicio. Ahora a lo que voy.
Don Félix parece que aludió a mi sueldo, y a que mi sueldo era pagado por el ayuntamiento. Pero habló, como suele ser habitual en estos desgobernantes de nuestro pueblo, con mentiras. Todo se pega, y don Félix, que en principio parecía ir por otros derroteros, se ha contagiado. Es mentira la cantidad y es mentira insinuar que me paga el ayuntamiento.
Voy a dar unas breves pinceladas de lo que distingue mi sueldo del de don Félix.
En primer lugar la cantidad. Cobro, como profesora de Secundaria, 2.032 euros mensuales. Como ven, mucho menos que su sueldo, que hemos publicado aquí.
En segundo lugar, la transparencia. Los socialistas presentamos en el último Pleno una declaración de rentas, intereses y propiedades y solicitamos que los concejales del grupo de desgobierno hicieran lo mismo. Si escuchan la grabación del momento de la expulsión, esa petición fue lo que la motivó, amén de las risotadas que se escuchan por nuestra pretensión de transparencia. La de Félix, la risotada digo, es de las que mejor se escuchan.
En tercer lugar, el objeto, el resultado, la dedicación del trabajo. Mi trabajo está claro: enseño a niños y adolescentes matemáticas y dirijo un centro de Secundaria. El trabajo de don Félix, no. Aún no sabemos cuál es su cometido. De hecho, para negarnos un espacio en el ayuntamiento a los socialistas, le habilitaron a don Félix una concejalía en las antiguas dependencias de la policía (ufff, los pobres no paran de mudanzas) y nunca se ha visto abierta esa oficina. No se sabe donde trabaja don Félix, ni donde se le encuentra, ni tiene un horario en el que el vecino de a pie pueda localizarlo. Sencillamente, no está. Así que mi sueldo paga un horario, una disponibilidad, un trabajo, una dedicación y un cometido, y el de don Félix no se sabe.
En cuarto lugar, la vida laboral. Para cobrar ese sueldo llevo trabajando casi treinta y un años como funcionaria. Tengo ahora ¡diez! trienios. He de decir, con orgullo pero modestamente, que de corrido y sin bajas laborales. Y digo que lo hago modestamente porque afortunadamente eso indica que soy una persona sana. Pero también que no me he buscado bajas ficticias, como quien todos sabemos. A mí me gustaría saber algo de la vida laboral de don Félix, en qué ha trabajado y cuánto tiempo ha cotizado a la Seguridad Social. Sin ser concejal, claro, porque ser concejal no es una profesión, que se sepa.
Y hablando de profesiones. Mi sueldo paga una profesión. A una profesión se accede estudiando, como es mi caso, y sometiéndose a pruebas selectivas (soy dos veces funcionaria: maestra, en excedencia, y profesora de secundaria, ambas situaciones previo proceso de selección y oposición). También se accede ejerciendo una profesión, primero como aprendiz y luego con maestría, como los albañiles. A mí me gustaría saber cuál es la profesión de don Félix y cuál ha sido su forma de capacitación.
Por último, hay que aclarar que mientras yo soy funcionaria (es decir, el Estado me contrata para que la sociedad continúe, dentro de mi campo, funcionando), él cobra de todos nosotros como servidor público, es decir, que está al servicio de todos nosotros. Hay un matiz. Lo que pasa, y eso le duele, es que mientras ellos, que cobran como servidores públicos, no dan un palo al agua, los concejales socialistas, que no cobramos un duro como tales servidores públicos, estamos más al servicio de los vecinos que ellos. Y cada vez se nota más.
Así que, si tiene la misma hombría para dar explicaciones que para sacar a relucir, mintiendo, el monto de mi sueldo, por hombría, digo, debería:
a) Decir la verdad en cuanto a las cantidades (mías y de él).
b) Hacer, por transparencia, su declaración de bienes, intereses y rentas. Más que nada por no mentirle a los vecinos diciendo infundios desde la tele infecta.
c) Demostrar que se gana su sueldo, ocupando su lugar de trabajo, asignándose un horario, cumpliendo un plan de trabajo (¿recuerdan cuando lo pedimos los socialistas y no quisieron explicarlo, más que nada porque no lo tenían?)y dando resultados. Pero tal vez, visto lo visto, sea pedirle peras al olmo....
d) Explicar su vida laboral, si la tiene.
e)Explicarnos cuál es su oficio, fuera de ser concejal. Sea honrado y dígalo, para que nos enteremos....

Hombre, y si de paso se disculpa por mentir sobre mi y por reirse cuando pedimos transparencia los socialistas, pues mejor que mejor....