EL DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN: LOS ORÍGENES Y EL FUTURO

Hoy asumo un gran reto personal y colectivo. No lo hago, sin embargo, partiendo de cero. Tenemos en nuestro haber varias décadas de trabajo municipal hecho por los alcaldes que me han precedido: Esteban de León, José Hernández, Concepción Pérez Santo Tomás y Manuel Reyes. Los tres primeros, más lejanos en el tiempo, han sido artífices importantes del SJR que conocemos. Dos de ellos nos honran esta mañana con su presencia, que agradezco por su especial significación. Pero nos queda mucho trabajo por hacer. Hacer de SJR un municipio con los indicadores de un pueblo saludable, dinámico y vital. Hacer de SJR un municipio con mejoría de su crecimiento económico, fundamentado en nuevos sectores económicos como la cultura y el patrimonio, el turismo o las nuevas tecnologías para poner, definitivamente, a SJR en el siglo XXI.

Este es, en definitiva, el nuevo reto que tenemos ante nosotros: cómo dar respuesta, desde un proyecto social y de progreso, a las nuevas realidades y a los nuevos retos y cómo incorporar a todos y todas, con un modelo inclusivo y participativo. Cómo crecer económicamente, transformándonos en un pueblo abierto y cosmopolita, que aproveche sus potencialidades para generar economía y empleo y, a la vez, haciendo de SJR un ejemplo de cohesión social, de convivencia y de calidad de vida. Para ello nos proponemos dar respuesta, buscando la igualdad y la justicia social, a las necesidades vecinales, desde el uso del espacio público hasta la necesidad de más limpieza, más orden, más condiciones para la seguridad, de más vivienda asequible, de más transporte público para todo el mundo. En definitiva, de una mayor calidad de vida.

Yo me imagino un SJR capaz de saber casar el progreso económico global con el progreso y el bienestar personal, de todos los que viven aquí.

Yo me imagino un SJR excelente en creatividad, en nuevas economías, despierto, abierto, innovador y atrevido. Pero también me imagino un SJR cohesionado socialmente, justo y preocupado por las necesidades cotidianas de sus vecinos.

Yo me imagino un SJR excelente en la prestación de los servicios públicos, próximo, capaz de resolver con eficacia los problemas diarios de la gente, desde los grandes problemas a los más pequeños.

Yo me imagino, en definitiva, un SJR que mira hacia allá y que tiene los horizontes muy altos y escucha lo que pasa en el mundo, pero también un SJR que mira hacia dentro y que cuida a su gente, sin excepciones y hasta el último detalle. Un Ayuntamiento no puede hacerlo todo, pero sí se debe preocupar por todo. Porque nada de lo que les pasa a los ciudadanos de SJR nos debe ser ajeno.