viernes, 19 de diciembre de 2008

MATILDE III

Matilde Fernández hizo referencia muy especial a su pertenencia a la clase trabajadora. Sus padres y sus abuelos lo fueron, con la especial y casi inevitable vinculación que han de tener los trabajadores con la ideología socialista. Hija y nieta de trabajadores y socialistas, Matilde habló de que para ella fue casi una predestinación, por procedencia, la vinculación ideológica, al PSOE, y sindical, a UGT. Y habló de desclasamiento. Y dijo una frase que yo he dicho muchas veces, y en la que coincido con ella al cien por cien: el haber podido estudiar, el poder vivir en una buena vivienda o en un adosado no hace olvidar el proceder de la clase trabajadora. Si acaso, agradecerlo, agradecer a los que nos precedieron que, con muchos sacrificios, pudieran habernos hecho disfrutar de estudios o cierto bienestar. Uno no se desclasa por esas cosas. Se desclasa por olvidar, incluso en las elecciones ideológicas, de donde uno proviene. Una persona de clase trabajadora no puede ser de derechas, pertenecer o votar a un partido que defienda a los que más tienen frente a los que tienen menos. No puede ser conservador quien tiene poco o nada uee conservar. No puede serlo quien recuerda sus orígenes. Los botones de muestra los tenemos cerca: en nuestros desgobernantes. Tipos de cuidado, de orígenes humildes, sí, pero en la actualidad totalmente desclasados, que sobrellevan su origen con un complejo tal que culpan a todo el mundo de ese origen y, si pueden, le hacen pagar cara su desdicha. De mucho cuidado, sobre todo cuando llegan a tener poder, porque con su miseria intelectual, cultural y sobre todo humana, son un peligro también para el pueblo porque se hacen cómplices de políticas y medidas represivas y antipopulares, ofendiendo con sus espectáculos frívolos a los trabajadores no desclasados. Mucho etiqueta negra y mucho langostino ha corrido entre estos personajes públicos en un municipio con el mayor índice de paro de Canarias.

Así que cuando vemos en estos nuestros desgobernantes, defender modelos conservadores, actuar peor que los antiguos caciques y venderle esa conducta a sus votantes, no nos queda más remedio que decir: "¡Mi no entender!".

9 comentarios:

Anónimo dijo...

MANOLO REYES EL ULTIMO CACIQUE EN SAN JUAN DE LA RAMBLA. Trabajadores y currantes de SJR debemos acabar de una vez con la tiranía del CACIQUE

Anónimo dijo...

Qué bonito es San Juan!
¡Qué grato clima!
¡Y cuánto haragán
que se le arrima!

Para quitar de en medio
tanta inmundicia,
aunque tarde, ha actuado
ya la justicia.

Comilonas, saraos,
con dos cojones…
¡Para eso se roban
tantos millones!



Y continúa de alcalde,
por el momento,
un lateral derecho,
¡vaya elemento!...

Sigue de alcalde,
aunque no excluyo
que al final al tipo
manden al trullo.

Con dinero, en San Juan
uno se agencia
un chalet ilegal,
o una conciencia.

¡Fenomenal!
¡Qué barato está el quilo
de concejal!

¡Se han juntado en San Juan
tantos ladrones!
¡Y han cometido tantas
malversaciones!

Qué paraiso
vaya bicoca
delitos no atajados
desde la COCA.

Un aplauso a los jueces
y a los fiscales
a ver si ya detienen
a los vivales.

Anónimo dijo...

Invisible, apartado, fugitivo,
incógnito, espectral, evanescente;
huido, desertor, oculto, ausente,
despreocupado, prófugo, evasivo.

Arcano, subrepticio, despectivo,
metafísico, abstracto, transparente,
gaseoso, fugado, inexistente,
inédito, recóndito y esquivo.

Voluble, necio, frágil, inmaduro,
traidor, falsario, pérfido, perjuro,
solemne de raíz y con alarde.

Proferidor de nadas campanudas,
hipócrita, felón, indigno, judas,
desvergonzado, cínico y cobarde.

Anónimo dijo...

No entraré en altercado ni disputa
si me dices retoño de ramera,
heredero de vil hurgamandera,
de hetaira, meretriz o prostituta.

Di que mi madre es golfa o disoluta,
o, si prefieres, dile “una cualquiera”.
Dile rabiza, furcia o jinetera,
o táchame, sin más, de hijo de puta.

Llámame descendiente de buscona,
vástago, por qué no, de lagartona,
o impútale a mi padre anonimato.

Llámame, en fin, las cosas más infames,
pero “cachorro de AIS” no me lo llames,
porque entonces, amigo, es que te mato.

Anónimo dijo...

Que fui ladrón lo sé. Ladrón convicto.
Y de mi culpa —créeme— no me jacto:
corrupto fui, podrido y putrefacto
(hay quien dice que incluso sensu stricto).

Mas me apoyaste tú. Te fui adicto,
aunque reniegues hoy de mi contacto
e intentes sostener que estás intacto,
inmaculado, incólume e invicto...

No me quejo por celos ni dentera:
yo sé que soy más feo, más inculto,
más calvo, más vulgar y más hortera...

Aguanto la rechifla y el insulto;
pero no robé más que quien compró carrera,
y para mí no pides el indulto.

Anónimo dijo...

Como prócer es mínima tu estofa,
como líder local eres un pufo
y como alcalde sueltas tufo
a charlatán de feria. Fin de estrofa.

Lo malo es que no causas más que mofa,
que cada vez te vuelves más tartufo,
que lo de tu honradez ya suena a bufo,
y que es tu idiosincrasia más bien fofa.

Tu blablablá de "lo nuestro" es una estafa;
tu credo es aguachirle de garrafa;
tu táctica, provocar el rifirrafe.

Lo malo es que presumes de gran jefe
cuando no llegas más que a mequetrefe.
Y lo peor –¡lagarto!– es que tú si que eres gafe.

Anónimo dijo...

No aprendas ni te instruyas, hijo mío,
pues serás concejal o alcalde de igual modo.
No te apliques jamás ni hinques el codo,
y mantén tu cerebro bien vacío.

No estudies, que empollar es desvarío
inútil e infructífero del todo.
Sal siempre al botellón, vuelve beodo
y déjate de esfuerzo, que es baldío.

Sin bachiller ni nada, gran patán,
si te anotas a los jóvenes de AIS-CC
podrás ser alcalde de San Juan
O puedes seguir haciendo de gañán
y hacer que te contrate don Manuel

Anónimo dijo...

En la lista negra estoy
y he de cargar con mi tacha;
todos saben lo que soy:
¡soy un facha!

No quiero Constitución
sino la ley del embudo;
y me muestro testarudo
en ofender la Nación
si se ofrece la ocasión
¡soy un facha!


Yo quiero que en las escuelas,
en colegios e institutos,
se fabriquen tíos brutos
y se enseñen bagatelas
que dejan graves secuelas
al muchacho y la muchacha…
¡soy un facha!

Anónimo dijo...

No candoroso, no, sino ladino;
no crédulo –ni pizca–, sino astuto;
ingenuo e infeliz, en absoluto,
e inocente, nanay, sino dañino.

No claro, sino turbio y sibilino;
suave, tampoco: rígido e hirsuto;
grande de ánimo, nunca: diminuto;
y liberal, qué va, mas bien mezquino.

No honrado, sino pícaro y tramposo;
no sincero: falaz y mentiroso;
no incauto, mas con hábil ojo clínico.

No dúctil, sino tieso como un palo;
no bueno, sino malo, malo, malo…
Y cándido… jamás, porque es un cínico.