lunes, 7 de diciembre de 2009

SOLÉ TURA Y LA CONSTITUCIÓN


Ha fallecido, el día 4, casi a punto de celebrarse el 31 aniversario del texto que contribuyó a crear, Jordi Solé tura, uno de los políticos mejores de los últimos tiempos, de los que aún nos recuerdan que la política es un arte noble, que nos enaltece como personas.

Solé Tura fue uno de los siete encargados de elaborar el borrador de la Constitución, que posteriormente sería aprobada por el Congreso, el Senado y, finalmente, por el pueblo español en referéndum. En el momento en que muere Franco, en 1975, el régimen queda sentenciado. Una convulsa sociedad reclama la necesidad de un texto que reflejara el pluralismo político español, que explosiona con el fin de la dictadura y la vuelta de la democracia a España. Era, pues, vital redactar una Constitución cuanto antes, y que ésta reflejara la nueva situación política en España. Entre las siete personas pertenecientes a formaciones políticas de diferente orientación ideológica que se eligen para redactar el borrador de lo que sería la nueva Constitución española se encontraba Jordi Solé Tura. Los otro seis 'padres' de la Constitución de 1978, que contribuyeron a la redacción del texto actual, que pese a las voces reclamando su feforma, tiene una magnífica salud tras acompañarnos de manera ejemplar en la transición y durante las últimas tres décadas, fueron: José Pedro Pérez-Llorca, Miguel Herrero Rodríguez de Miñón y Gabriel Cisneros Laborda, diputados de UCD en el momento de redactar el borrador; Manuel Fraga Iribarne, miembro del partido Alianza Popular; Jordi Solé Tura, miembro del PSUC; Gregorio Peces Barba, diputado del PSOE y Miguel Roca Junyent, presidente del grupo parlamentario catalán.
Solé Tura, catalán, nació en 1930, y representaba a la izquierda extrema de la sociedad española. Durante su juventud, Solé Tura militó en las filas del 'Frente de Liberación Popular' (FELIPE) y en la 'Organización Comunista de España', también conocida como 'Bandera Roja', sufrió el exilio en Francia y a su vuelta a España fue condenado a meses de cárcel. En el momento de redactar la Constitución, ya era miembro del PSUC (Partido Socialiste Unificat de Catalunya). Años después, en 1989, abandonó esta formación de carácter comunista y se pasó a las filas del PSC (Partido Socialista de Cataluña), llegando a convertirse en Ministro de Cultura durante el tercer Gobierno socialista de Felipe González, desde 1991 a 1993.
Su papel dentro de la redacción de la Constitución, paradójicamente, sobre todo si se tiene en cuenta su trayectoria de activista dentro de la izquierda extrema, fue el de la persona que más hizo por mediar y por acercar posturas. Esto dice mucho y bien de su talante, que podría ser modelo de conducta cuando se trata de tomar decisiones por el bien común, que tracienden las meras líneas partidarias. Ante el bien común, la única bandera es la de la ciudadfanía, nos gusta decir a nosotros.

El anteproyecto de la Carta Magna se elabora entre agosto y diciembre de 1977, es decir, aún sin haber sido elegido aquel primer Gobierno salido de las Elecciones de 1979. Por eso, los tres integrantes de UCD -Unión de Centro Democrático y Social- encargados de redactar el anteproyecto sostuvieron visiones muy distintas sobre numerosas cuestiones y les costó mucho ponerse de acuerdo, de forma similar a las dificultades que aquel partido de amalgama tuvo durante el tiempo en que existió. En un contexto donde hablar de nacionalismos levantaba las lógicas suspicacias abonadas durante cuarenta años de dictadura, fueron precisamente Jordi Solé Tura y Miguel Roca los que actuaron como mediadores dentro del grupo, haciendo posible que se llegara a acuerdos entre todas las partes y que el anteproyecto de la Constitución saliera finalmente adelante. Debo reconocer mi debilidad por ambos políticos desde ese momento, precisamente por su talante negociador y tolerante, por anteponer el bien de todos antes que los deseos partidarios y por su visión de futuro, que hizo posible un "casi-federalismo" que nos ha enriquecido a todos los españoles.
Finalizado el anteproyecto de la Carta Magna, el texto se entrega al Parlamento el 5 de enero de 1978. Se somete a debate y se entrega en abril de 1978 a una Comisión del Congreso, que nuevamente lo analiza y lo debate hasta el 20 de junio del mismo año. Seguidamente, el Pleno del Congreso, el Senado y la Comisión Mixta analizan el anteproyecto de la Constitución a lo largo del mes de julio de ese mismo año. Finalmente, la Constitución es sometida a referéndum popular y fue aprobada el 6 de diciembre de 1978. A partir de ahí, la democracia en España toma carta de naturaleza: en 1979 se celebraron las primeras Elecciones Generales de la joven democracia española. Para bien de todos, treinta y un años después.

1 comentario:

Aldo dijo...

Con la constitución se cedió demasiado, tanto que personajes como Carrillo o el anteriormente citado, Solé Tura llegaron incluso a cambiarse de chaqueta

Fidela, saludos desde graná!