domingo, 16 de julio de 2017

MI QUERIDA COLEGA DIANA

MI QUERIDA COLEGA DIANA
Diana es una mujer muy joven, extraordinariamente comprometida con la vida. Y la vida es, para ella, aparte de su familia, la música, los niños, la enseñanza y su pueblo. La conozco desde hace tiempo, pero realmente la descubrí hace unos días, durante  la clausura de la academia de música de la XIX de Marzo. Ella y los otros profesores, y un grupo de padres y madres y de voluntarios entusiastas, convirtieron el Espacio Cultural Rambla en una selva, y a los pequeños alumnos, en sus habitantes. La música del Rey León fue magníficamente seleccionada e interpretada,  pero la gran sorpresa vino de la mano de la coreografía. Medio centenar largo de niños, tantos que no cabían en el escenario, se ubicaron delante de él. Y dirigiéndolos a todos, Diana. Diana dirigió con maestría a aquel tropel de niños, milagrosamente obedientes a su voz, sus gestos, el movimiento de su cuerpo, su mirada... vibrante al dirigir, transmitió su ritmo vigorosamente a los niños, hizo que se desplazaran a la vez al son de la música, y que fuera un auténtico espectáculo de ritmo y sincronía. Como docente, creo que la etapa más difícil de impartir es infantil, y si, además, le sumamos la cantidad de niños, la difícil sincronía del movimiento y de la música, la necesidad de mantener su atención por un prolongado periodo de tiempo sin que ninguno se despiste ni se vaya, la novedad del espacio y de los disfraces y pinturas y el público... entenderán que el gran trabajo de Diana, casi una proeza, me hiciera estar más pendiente al como (como lo hacia) que al qué (el resultado, espléndido además). Diana comienza el curso que viene su último año de carrera, pero Diana YA ES MAESTRA. Tras lo visto en la clausura de la Academia, si yo tuviera la potestad, pondría para los maestros unos ojeadores, como tienen los equipos de fútbol, para captar a los maestros de raza y llevarlos a primera división. Que sería eximirle los estudios que le faltan y darle directamente la entrada al Cuerpo de Maestros. No puedo, pero si puedo decirle, alto y con admiración: ¡Bienvenida, maestra! ¡Gracias, colega!

No hay comentarios: