Menos de veinticuatro horas de disfrutar la presencia de Alfonso Guerra en Fuerteventura le dan a una la impresión de una dosos deenergía que puede durar mucho tiempo. Lúcido como siempre pese a sus 70 años, el diputado que ha estado más tiempo en las Cortes Españolas, sigue siendo un hombre de Estado sin dejar de ser un hombre de izquierdas. Anoche, en el Auditorio de Puerto del Rosario, nos encandiló durante una hora que se hizo corta, a un auditorio que congregaba, no sólo a socialistas, sino a personas de organizaciones majoreras de todo tipo: sociales, empresariales.... Fuerteventura no quiso perderse la visita histórica de un personaje que forma ya parte de la historia de nuestro país. De fondo, el homenaje a doña Hortensi Pérez, majorera de origen tinerfeño, concejala en los primeros ayuntamientos democráticos, socialista de bien que no ha dejado de trabajar por la gente con con mejor de los espíritus socialistas. Ser de izquierdas es más difícil que ser de derechas, acaba de decir Alfonso Guerra en la Casa del Pueblo desde la que escribo, en uno de sus ordenadores comunitarios, yq ue acaba de ser inaugurada y lleva desde hoy el nombre de doña Hortensia. Y es más difícil porque ser de derechas permite, dice Guerra, pensar sólo en uno mismo, mientras que ser de izquierdas obliga a pensar diariamente en los demás y a compartir los esfuerzos de uno entre uno mismo y el resto de personas, sobre todo los más necesitados. Es una magnífica definición: la gente de izquierdas nos ponemos al servicio de los otros, para compartir y ayudar, dentro de nuestras posibilidades, a resolver sus problemas.
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