MATILDE I

Estuvo Matilde Fernández entre nosotros. Como ya dijimos, nos honró aceptando el II Premio dedicado a Concepción Pérez Santo Tomás, Conchita. Matilde nos habló de democracia, y nos instó a seguir trabajando por ella. Matilde nos dió todo un ejemplo de sabiduría consolidada, trabajada, desde la sencillez, la naturalidad y la cercanía más absoluta.

Y, mientras, yo no pude por menos que hacer, permanentemente, un paralelismo con mi pueblo.

El premio, otorgado por el día de la Constitución, le sirvió para decir que la democracia se nutre del trabajo ciudadano diario, que hace treinta años, cuando se publicó en el BOE la Constitución, no era el final del camino, sino el comienzo de una larga lucha por la democracia y por las libertades.

Yo pensaba en mi pueblo. En que aún hay que recordarle al gobierno local los más lementales preceptos constitucionales. Y siguen sin aprender.

Matilde nos habló de su lucha sindical, que precedió a su lucha política, durante épocas en que hablar de sindicalismo y de política era peligroso, es decir, durante la dictadura. Ya entonces Matilde nos visitaba para consolidar el movimiento sindical en la Refinería, proque esa industria era el área de la que ella se ocupaba.

Treinta años después del advenimiento de la Constitución, los trabajadores de nuestro ayuntamiento siguen temiendo la afiliación sindical, porque los mandamases los persiguen, no tienen convenio, no pasan las correspondientes revisiones médicas y no tienen comité de empresa.

Matilde nos habló de su ministerio, el de Asuntos Sociales, que ella creó y llegó a hacer que dispusiera del 24% del presupuesto del Estado, y que fue llamado, nos recordó que por Iñaki Gabilondo, el ministerio de la gente.

El presupuesto de Asuntos Sociales en nuestro municipio es irrisorio, no tiene apenas personal ni prepupuesto y está pendiente sólo de las migajas de ayudas de otras instituciones.

Como Ministra, nos recordó que conjuntamente con el Ministerio de trabajo, universalizó el sistema de pensiones, haciendo que cobraran aquellas personas que nunca había cotizado, es decir, muchísimas personas, la mayoría mujeres que, procediendo de la generación más esforzada de nuestro país, estaba sin cobertura económica propia.

En nuestro pueblo, cualquier papel de este tipo se eterniza, las ayudas a las personas necesitadas casi hay que suplicarlas y en muchas ocasiones se supeditan , no a la necesidad, sino a la afiliación de la persona. En nuestro pueblo, también, se oculta por los desgobernantes que este sistema de ayudas, todos los sistemas de ayudas, por otra parte, proceden de políticas socialistas e incluso se ha llegado a amenazar con que se pierden por gobernar los socialistas.

Matilde creó, desde su Ministerio, los viajes del INSERSO, sin los cuales hoy no se concebiría ninguna política relacionada con la Tercera Edad.

En nuestro pueblo, aparte de no mencionar la procedencia de estos viajes, con los fondos que llegan y que provienen de estos programas, se hace política de la mala, es decir, manipulando (o pretendiendo manipular) a los mayores.

Matilde nos habló de su procedencia de familia socialista y trabajadora, con orgullo y con el rigor de quien, a partir de esta procedencia, se ha fortalecida mediante el conocimiento, el rigor de su personalidad, la asunción de la clase de procedencia para luchar precisamente por la mejora de esa clase y su dignificación, siempre desde la perspectiva del progreso y el futuro.

En nuestro pueblo.... sin comentarios.

Gracias, Matilde.......