miércoles, 18 de marzo de 2009

FELICIDADES A LOS PADRES....
















Éste es un homenaje socialista a los padres, a todos los padres del municipio, a todos los padres del mundo. En todos quiero homenajear también a mi padre. Mi padre ya no está, y bien que lo siento. En momentos de reflexión, en momentos en que se necesita una frase sabia, o una frase ingeniosa (él tenía mucho sentido del humor, como por otro lado tienen todos los Velázquez; mis primos de La Guancha de Abajo son el ingenio andante), o simplemente una actitud positiva y optimista y luchadora ante la vida, me acuerdo de él y de la falta que me hace. mi padre se fue prematuramente, y aún me siento desolada.

Lo recuerdo en mi infancia como un ser que a veces aparecía para aplaudir mis logros. No se prodigaba en elogios, por eso era magnífico cuando lo hacía. Cuando me hice mayor, fue la figura que me enseñó la diferencia entre el mal y el bien. A veces, caundo tengo que decidir, pienso en lo que hubera hecho mi padre, y actúo. no me suelo equivocar cuando lo hago así. Durante mi adolescencia fue la autoridad que ponía límites a mis deseos. Tuve una relación tempestuosa con él, producto de que ambos teníamos un carácter fuerte y voluntarioso. Pero poco a poco se convirtió en el mejor consejero y amigo. Pero esa dicha me duró poco. Lo perdí. Mi vida no ha sido fácil pero mis problemas no han sido nada comparados con los problemas que tuvo que afrontarse mi padre para lograr que mi vida empezase. Eso me ha hecho que no olvide mis orígenes, y que mi conducta tenga como referencia sus esfuerzos.

Freud dijo, y dijo bien, que no cabía concebir ninguna necesidad tan importante durante la infancia de una persona que la necesidad de sentirse protegido por un padre.
Mucho más importante que quién fue mi padre es, en definitiva, quién recuerdo yo que fue y la impornta que dejó en mí.

Les dejo una anécdota que aún me hace llorar, y que dice quién era mi padre, y su espíritu de servicio a sus hijos, que es lo que caracteriza a todos los padres, pero sobre todo a los padres buenos de nuestro pueblo, que dan y dan y dan, sin esperar nada a cambio.

Fue en el hospital. Él había ingresado por una fibrosis pulmonar, que fue de lo que murió sin poder salir del centro hospitalario. Y en esos días yo recibí unos cunatos ejemplares de mi primer libro, que les había dedicado a mis padres. Se lo llevé al hospital y le enseñé la dedicatoria. A él se le rayaron los ojos, estrechó el libro contra su corazón y me preguntó, con voz entrecortada: "¿Y qué te doy yo a cambio?". A mí se me saltaron las lágrimas, y sólo puede contestarle: "¿Que qué me da usted (siempre lo traté de usted) a cambio? Me ha dado la vida, me ha puesto en disposición de escribir ese libro y esa dedicatoria, ¿y aún quiere usted darme más?".

Así son los padres, los padres buenos de nuestro pueblo. Lo dan todo y piensan que no han dado nada.

Por eso, este día, las carteleras del muniicpio, nuestra sede, tienen este pequeño homenaje de los socialistas a los padres de San Juan de la Rambla, a todos los padres del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querida Fidelita:
En momentos en que uno desea hacer regalos a los padres y éstos se han ido, son los momentos parecidos a los que tu has descrito con tu bello recordatorio a tu honorable padre. Yo también perdí el mío, por eso me parecieron tus palabras entrañables hasta el punto en que decido dejar mi pequeño mensaje para ti y para toda tu familia. Sea la familia de lazos de sangre, así como la familia socialista. Bien que recuerdo a tu padre con una amplia sonrisa entre sus labios cuando no con un chistes Pero lo recuerdo como ese que tú has descrito. Ese hombre fuerte y luchador que no se dejaba abatir ante nada y mucho menos amedrentarse por nadie. Quizás mi querida Fidelita tú hayas salido a él. Porque tal y como yo lo recuerdo insistía una y otra vez de una manera terca o cabezona hasta conseguir sus objetivos. Y bien que los consiguió. Tú eres un vivo y claro ejemplo de ello. Permíteme, también, mencionar aquí a tus hermanos. Grandes trabajadores dónde los haya en que cada uno da de si el todo por el todo en sus profesiones.Pero grandes y maravillosas personas ,como no podía ser menos que junto con tu persona forman familias honestas, bondadosas, trabajadoras y sobre todo luchadoras. Así recuerdo a tu padre; luchador empedernido, muy familiar y amigo de sus amigos.Recuerdo las excursiones que nos organizaba a "dar la vuelta a la isla". Cuando la isla tenía todavía carrteras de tierra. Alguna a Las Cañadas del Teide en las que tuve el grato gusto de participar. No faltaba la carne de conejo arreglada por las expertas manos de tu madre, así como aquel exquisito y particular mojo colorado. Y el fuego a punto entre rocas volcánicas azuzado por tu padre.Tu padre era un gran disfrutador de todo lo que le rodeaba. Disfrutaba viendo disfrutar, pero sobre todo en contacto puro con la naturaleza. Así tienes tú esa grata debilidad y sensibilidad por tu pueblo. Pueblo que estás defendiendo contra viento y marea y a capa y espada. "De casta le viene al galgo" , mi querida amiga.Creo que te mereces luchar y a la larga ganar,porque ese pueblo pueda salir adelante y que sea quien en un futuro no muy lejano lleves la batuta de su organización. Te lo mereces, pero también se lo merece el pueblo al que perteneces. Siempre que fui alli de visita ,fui muy bien acogida y querida. Así debes sentirte tú entre los tuyos porque coraje no te ha faltado nunca igual que tu querido padre. Ilusión la has tenido siempre; no le faltó a tu padre y ganas de trabajar tampoco. ¿Qué mejor homenaje pudiste hacer a ese ser que te dió la vida y que tanto te aportó?. Deseo decirte, mi querida Fidelita, que no pude dejar de emocionarme. Ellos alguna vez se encontraron y hablaron en alguna de las calles de nuestro querido Barrio de La Salud.Por eso me rayaste los ojos y al leerte sentí que el recuerdo y el homenaje iba también dedicado al mío y al que tanto debo también. Te agradezco de una manera general ese bonito gesto que has tenido para todos los padres. Esta tarde quise comprar un regalo para mi padre, pero desconsoladamente fui consciente que no estaba. Tú me lo devolviste por un momento en tu escrito. Gracias mi querida amiga.