CONSTERNADA Y AVERGONZADA

He tenido la calma de ver, íntegra, la rueda de prensa donde se presentó la romería guanche y el II Beñesmen.
No voy a entrar a la crítica desmenuzada de cada una de las cuestiones que allí se dijeron, que hacen ruborizar a cualquier persona de la cultura o de la ciencia.
Por eso, las personas de cierta formación que allí hablaron se notaban igual de consternadas que yo, y se notó en sus intervenciones, algunas de mero compromiso, y otras absolutamente inauditas para provenir de personas cuya formación ha sido la formación científica, sea humanística o sea de las ciencias tradicionales. Lo peor delo que se puede acusar a un universitario es de ser poco riguroso. Lo que se escucha no sólo es poco riguroso sino que no sirve si quiera para un artículo divulgativo en una revista dominical. Porque habla de medias verdades, porque descontextualiza los hechos, porque afirma cuestiones cuanto menos polémicas, porque inventa tradiciones. Qué terrible. Lo que empezó como una "boutade" de don Manuel que, en el local de José Antonio, al grito de "a por ellos", el año pasado, por esta época puso a sus cachorros a inventar y mal pergeñar un Beñesmen descontextualizado, mal desarrollado, pésimamente reproducido, que compitió con una verdadera tradición histórica del municipio, las alfombras del Corpus (y que acabó con una fiesta de la cerveza, nada más guanche), este año quiere cobrar altos vuelos y ahí los tenomos, con alardes de pueblo rico en épocas de crisis, justificando los errores históricos (la descontextualización, que no la deslocalización, el poner a los guanches a desfilar en una romería, algo que los guanches jamás hicieron), en fin, justificando lo injustificable en el concepto y tirando p'alante con una historia absolutamente inventada en un pueblo donde las necesidades no sólo son muchas sino que en estos momentos son mayores.
Pero lo peor no es esto que comentamos. Lo peor es el gasto. De dónde sacarán las perras, esa es la cuestión. Pero desde luego, las perras que se van a esto no van a otra cosa. El saco de las instituciones que colaboran se reparte entre todos los municipios, pero cada municipio pone sus prioridades. Si Cajacanarias pone perras para esto, no pondrá para las Comisiones de fiestas, o pondrán menos, para las Bandas, para publicar un libro, para editar un CD con música canaria, para desarrollar cursos de formación o para las Asocialinesculturales del municipio. Contemos con que cada participante va a tener un traje y como dijo el alcalde en la presentación "unas cholitas". La cuestión es quién pagará todo esto, cuánto costará cada vestuario, a quién se les suministrará el vestuario gra´tis (para la romería, no van a ir unos con chaqueta y corbata y otros con tamarcos). Cuánto costaron los bucios que adquirieron deprisa y corriendo la semana pasada. Y cuánto los objetos con los que obsequiaron a los invitados a la rueda de prensa. Patéticos los esfuerzos del alcalde para quedar bien con una prensa a la que les dio el espectáculo lamentable, hace unas semanas, de la expulsión del pleno de la oposición.
Y las perras no están presupuestadas. Recordemos que los presupuestos del año 2009 siguen sin aprobarse, y que ya el Beñesmen no estaba presupuestado para el 2008. Meter la mano en la caja del gofio es fácil, cuando el gofio es ajeno y se lo comen ellos solos.
Qué dirá Calu. Que dirá una persona cuya asignación es Servicios sociales, y que tiene que negar el pan y la sal a los necesitados del municipio, mientras mira para otro lado ante estos derroches publicitarios, fotos carísimas de un grupo de desgobierno desnortado y sin proyecto ni objetivos. Y digo Calu porque políticamente lleva Asuntos sociales, pero además es su profesión. profesión vocacional si cabe, de las más, porque las necesidades humanas nos hacen más sensibles. O no. Pero auqnue sea por egoismo. Es su puesto de trabajo, al que volverácuando esta excepcionalidad e la política pase. ¿Y qué servicio se va a encontrar?. Un servicio bajo mínimos, porque mientras, su grupo, sus compañeros, han estado haciendo romerías guanches. Y la gente pasando necesidades.
En fin, que con su pan (no, pan no, que los guanches comían gofio) se lo coman. Ese día seguro que yo y muchas otras personas de vergüenza estaremos enfermas. De la impotencia de ver como nuestros impuestos, lejos de contribuir a mejorar el bienestar de nuestros conciudadanos, sirve para que unos cuantos desfilen y al final, como dijo el alcalde, se tomen unos vasos de vino (por cierto, los guanches no hacían vino) y monten uno de sus conocidos saraos. Que no pase nada.