DESIDIA, COBRANDO CINCO MILLONES DE PESETAS MENSUALES ENTRE TODOS

El Cabildo y el Ayuntamiento hacen alarde de una deliberada inacción que ha ocasionado la pérdida patrimonial de la Casa Grande de Las Rosas. De nuevo, esta situación reclama nuestra crítica más dura, ante una desidia nacionalista y una falta de medidas que clama al cielo, más de un año después del desplome del techo de la Casa Grande, y que ha desembocado en la desaparición de los elementos constructivos patrimoniales

Esta grave desidia, abandono e irresponsabilidad corresponde, en su mayor parte, al grupo de gobierno de AIS-CC al no haber tomado medidas, ni haber instado a tomarlas al Cabildo, propietario de la Casa Grande, que tras haber dado lugar hace ahora un año, pese a las sucesivas advertencias y peticiones de los socialistas, al desplome de la techumbre de la Casa Grande de Las Rosas, ha desembocado en las pérdidas patrimoniales de las últimas semanas, consistentes en la desaparición de los elementos constructivos patrimoniales de piedra.

Los socialistas solicitamos en su momento, desde la declaración BIC de la mencionada casa hasta la adopción de medidas urgentes de apuntalamiento y rehabilitación del inmueble, dado su progresivo deterioro, con nulo resultado, tras lo cual pasó lo peor: la cubierta cedió hace un año y medio y una parte importante de la techumbre del inmueble se vino abajo.

Estos pseudonacionalistas (lo de nacionalistas es un decir, dado su nulo interés por el patrimonio propio) han pasado de la situación olímpicamente, dando lugar a que, en las últimas semanas hayan desparecido elementos constructivos patrimoniales de primordial interés para entender el aporte etnográfico de la casa, tales como losas y escalones de piedra, así como la desaparición del brocal de un pozo octogonal, también de piedra, mientras se echaban las culpas mutuamente (Cabildo y Ayuntamiento) y, en un alarde de cinismo mayúsculo, el alcalde negaba la mayor en una comunicación al Cabildo en la que decía que no había pasado nada.

Esta es una muestra más de la permanente desidia con el cuidado del patrimonio ramblero de AIS-CC, que siguen considerando secundario el ocuparse de la protección patrimonial, de la que, por otro lado, deben preocuparse por ley. A punto de derrumbarse definitivamente la Casa Grande de Las Rosas, la desaparición de los elementos constructivos de piedra ponen casi el punto y final a un magnífico exponente de la arquitectura tradicional del medio rural canario.

Lo imperdonable es que quien se declara nacionalista contribuya activamente, con su desidia, a la desaparición de este bello edificio que fue. De factura sencilla y armónica, sobria y funcional, pero extraordinariamente bella, es una pena terrible que, siendo posiblemente el mejor inmueble patrimonial de la época de la zona alta del municipio, vayamos a perderla. Herencia cultural de nuestros antecesores, nace y convive con la propia naturaleza, de la que proceden los materiales con la que fue construida: piedra, tierra, cal, madera, … de ahí la sencillez y el equilibrio con el espacio que la rodea. Realizada con un enorme sentido práctico aprendido generación tras generación, principalmente por la necesidad de cobijo (la casa), o para realizar otras actividades relacionadas con el sustento (era, cuadra, aljibe, camino…), tiene también su factura un gran sentido intuitivo de la belleza. La Casa Grande de Las Rosas no sólo fue, en su momento, un lugar útil, sino también un lugar estéticamente agradable y respetuoso y en armonía con el paisaje. La Casa Grande es, probablemente, junto al paisaje natural y al suelo agrícola del que forma parte (que ha sido a nuestro entender desaprovechado con una construcción, la granja, que podía haber sido construida en cualquier otro lugar de los altos), uno de los mayores exponentes patrimoniales de este pueblo, un tesoro de valor incalculable que pertenece a todos, y que, por desgracia, está a punto de desaparecer de nuestro pueblo debido al abandono, a la desidia, a la falta de coherencia, criterio y sensibilidad de nuestros gobernantes, que debían haber procurado su rehabilitación buscando asesoramiento por personas preparadas, así como información y documentación sobre el tema.

No podemos creer que la eliminación de la Casa Grande sea deliberada, como paso previo a la construcción en la zona del cacareado hipódromo, que no se sabe cuantos puestos de trabajo crearán en la zona. Si atendemos a los prometidos para la Granja-Escuela, de la que nunca más se supo, serán cero puestos de trabajo de un proyecto paralizado y medioambientalmente destructivo.
La desidia en materia patrimonial de Coalición Canaria, de la que no es ajena la primera Institución Insular, propietaria de la Casa, evidencia que no entienden nada, ni atienden a razones, que les importa un bledo que el patrimonio del municipio, magnífico y valioso, vaya desapareciendo día tras día con su pasividad y con su complicidad. No quieren el patrimonio, al igual que no quieren la cultura, ni la formación, ni la buena educación, ni la buena vecindad, ni la cortesía, ni la legalidad.

La conservación del patrimonio va en el sueldo, y estos gobernantes cobran mensualmente del erario público, y parece que a lo único a lo que aspiran es a poner la mano cada fin de mes y a cambio nos dejarán desaguisados múltiples, entre los que se encuentra la destrucción del patrimonio