Me he quedado anonadada. El anónimo que me advirtió de la presencia del alcalde en el Puerto la tarde deViernes Santo, ninguneando a sus vecinos y yendo, como una persona particular, a ver las procesiones de Semana Santa a otro municipio, me hizo ver que nunca nos asombramos del todo, que siempre hay algo más que hacer por parte de estos desgobernantes para denigrar a su pueblo. Han tomado por costumbre servirse del cargo público y no estar en él para servir. Otros informadores me han confirmado de su presencia en un lugar visible, desde donde presenció con su mujer la procesión del Puerto. Le parecerán poco las celebraciones de su municipio (recordemos que en San José no hay procesiones por su desidia en vigilar el patrimonio que está bajo su cuidado) y le parecerá poco el millón de pesetas mensuales que se tiene asignado de sueldo. También les parecerá poco al resto de concejales el medio millón que tienen asignado, tan poco que ni siquiera se ocupan de asistir a los actos de representación que para ellos deben ser obligatorios. Más obligatorios si cabe que para la oposición, que no cobramos por cargo, pero que sin embargo, por sentido del deber y por respeto a nuestros convecinos, estamos allí. Concretamente yo anticipé al fin de semana anterior unas pequeñas vacaciones (que no había cogido desde el año 1996) para poder cumplir con mi municipio. Esa es la cuestión: no se puede valorar sino comparativamente. Comparen, pues, ustedes. Qué pena de buen pueblo, o como dice el cantar del Mio Cid: "Qué gran pueblo, si hubiese gran señor". La lástima es que no los tenemos.
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