ESCONDIDOS

Primero hacen la maldad, y luego se esconden. porque si no, no se explica la ausencia absoluta del grupo gobernante de los actos de Semana Santa. Ya, ya sé que los viajes y las excursiones molan más que asistir a una procesión o a un acto religioso. Pero ellos cobran todos un sueldo de ese mismo pueblo que asiste a los actos, que contribuye a su brillantez, que se sacrifica para que tengan música (por ejemplo, las bandas) y todos los aditamentos que hacen de la Semana Santa no sólo una expresión de religiosidad sino de cultura colectiva y de señas de identidad. ¿A qué maldad me refiero?. Pues al hecho de que manden a hacer un acta a la policía por que los vecinos "limpien" las palmeras de las ramas bajas (cosa que por otro lado es beneficiosa, dado que estamos precisamente en época de poda) para su uso el domingo de Ramos, o que manden cartas prohibiendo colocar las hayas en las calles de la manera que tradicionalmente se hace, e incluso señalizar las calles para los carros. Por prohibir que no quede. Sólo les falta prohibir que se procesione. Tal vez con su inasistencia pretendan que, como antaño, la gente tampoco vaya. Y eso les duele. Que la gente no los tome ya (afortunadamente) como guías de nada.

Sólo Calu y Sonia asistieron al acto del Viernes Santo en San José, tal vez para comprobar la tristeza en la que han sumido a un pueblo por su falta de diligencia en las obras de la Iglesia, falta de diligencia que han querido hacer ver que es de la iglesia cuando la realidad es que por uso del dinero y por competencia legal, ese patrimonio y su vigilancia les corresponde a ellos. Sonia y Calu que dan la cara aunque la responsabilidad no es de ellas. Aunque sí la compartida. A mí me daría vergüenza estar en un grupo de gobierno que ha hecho de la desidia sus señas de identidad. Espero que al menos las dos concejalas hayan pedido perdón ante el altar ayer por despilfarrar el dinero y las esperanzas de todos. Perdón divino, porque los humanos ya nos hemos cansado de perdonar tanto abandono.