MALOS

Son malos. Muy malos. Ayer le hcimos un homenaje a Goyo. Goyo que siempre, pero ahora más que nunca, es un Goyo de todos, porque a todo el pueblo quiso y todos lo querían, por encima de ideologías políticas. No hace falta más que recordar su entierro. Pues bien, hay quien ni en la muerte, respecto a una persona buena, es capaz del más mínimo gesto de altura. Bajeza moral de quienes, ante la petición del sindicato INSUCAN, se negaron, no ya a permitir el uso del Salón de Plenos, que por derecho le correspondía como concejal, para el homenaje, sino que le negaron incluso el uso de cualquier local municipal, como el saloncito de actos de la Casa Amarilla. Cada cual se retrata por sus actos. Y que conste que el acto fue organizado por el sindicato INSUCAN, donde hay gente de todo el arco político, y fueron ellos los que negociaron con el Ayuntamiento y a ellos se les negó. Ni siquiera tienen la excusa que suelen dar, que a los socialistas, ni agua. El sindicato, manteniendo su altura, les trasladó, a los miembros del grupo de gobierno, la invitación para el acto. Y por supuesto, no estuvieron. Y esto, que lo supe desde hace unos días, lo he mantenido en silencio para evitar que contaminara el acto de ayer. Pero ya no lo puedo ni lo debo ocultar. Uno más de los múltiples desaires con los que han castigado a mi compañero tanto antes como después de fallecido. Por ser socialista. Usurpando el poder que tienen. Ya contaré algún día las hazañas de estos personajes con respecto a la figura de Goyo. Más adelante. Lo que espero es que lo paguen caro. Más pronto que tarde.