EL RESONAR DEL BUCIO

Anoche, vísperas de San Juan, fure una noche mágica. La noche de San Juan tiene una especial significación. Todos los pueblos celebran el solsticio de verano de variadas maneras. Y San Juan, nuestro patrono, concita alrededor mitos y leyendas, ritos ancestrales y celebraciones sincretizadas con la celebración del día cristiano de San Juan.

Este año, la genial idea de Ricardo González, nuestro amigo Ricardo, cuya persistencia conocemos de sobra, se hizo realidad. Sin apoyos oficiales, con la confianza de la Comisión de fiestas, cuya juventud hace que crean 8y realicen) las utopías, Ricardo hizo realidad un viejo sueño, que nos contaba descendiendo por las laderas del Mazapé hace un tiempo. El sueño de combinar el resonar del bucio, amplificado por la caja de resonancia del Barranco Hondo, con la celebración de la víspera del San Juan y el ritual del fuego. Y la utopía se hizo. magníficamente, los romeros (esto sí que se puede llamar una romería) bajaron el risco, y fueron esperados por una muchedumbre asombrada de que aquella idea, que parecía la idea de un visionario, cobrara magníficamente realidad. En la plaza, la palabra sabia de Damián, el que fuera excelente vicedirector del Instituto, concitó toda la magia de la noche de San Juan alrededor de una comitiva que descendía de las alturas en son de paz, en son de bucio, y haciendo alarde de la llama de la unión y de la amistad.

Felicidades a todos, a Ricardo por el esfuerzo y por la idea, a la comisión por haber apostado por ella, Y a todos los participantes, por la espléndida imagen que proyectaron ayer, en el risco y en las calles sanjuaneras. Sólo tenemso que desear que la tradición recien nacida cuaje, y que el esfuerzo de Ricardo este año sea compartido en ediciones venideras.