CUANDO LLUEVE

Antes que nada, nuestra solidaridad con todos los vecinos afectados por la riada de San Juan, a muchos de los cuales hemos tenido la oportunidad de decírselo personalmente. Pero ello no obstaculiza que digamos unas cuantas cosas al respecto, sin dar demasiados detalles porque estamos a la espera de decírselo institucionalmente al grupo de gobierno, a cuya disposición nos hemos puesto, pero sin que hayan tenido la cortesía de llamarnos para informarnos de cómo va la situación. Por ello, nos sentimos con libertad de, desde la responsabilidad institucional, decir unas cuantas cosas que completaremos en sucesivas entradas con la crónica de lo que hemos visto estos días.

Debía ser un espectáculo, y no una tragedia, que el agua corra por los barrancos. Y eso sería así si, llueva lo que llueva, los barrancos estuvieran preparados. Y no lo están. Lo cierto es que la riada de San Juan se produjo por imprevisión de quienes tienen que velar porque los barrancos estén limpios y que el agua discurra por sus cauces. Es decir, barrancos, tomaderos y cunetas. Así debía ser. Lo cierto es que los barrancos están obstruidos, y los tomaderos y las cunetas han sido tapadas, con poco respeto y ninguna memoria histórica, en las sucesivas ampliaciones de las carreteras. No han sido respetados tampoco los antiguos caminos, que tenían las correspondientes canalizaciones del agua de los altos. Por ejemplo, el alcalde se apropió, hace muchos años, de un antiguo camino con estas características. Y además, no se han tenido en cuenta las sucesivas peticiones, casi ruegos, que en materia de limpieza de barrancos hemos desgranado los socialistas pleno tras pleno. Y por eso, en lugar de ser un espectáculo, las lluvias han devenido en tragedia.

En el caso de una emergencia, la población debe estar alerta, pero con una sensación de seguridad en las actuaciones de sus gobernantes. Pero no fue así. De un lado, debían haber estado previstas las actuaciones a realizar en una emergencia como la de la noche del lunes. Saber donde conseguir una pala, camiones, retenes, una vivienda para quien se quedó sin ella y suministros varios para las persoans que estaban con dificultades. Nada de esto estaba previsto. Gracias a la UME la noche no terminó en una tragedia mayor. Y además, el alcalde, el gran ausente, salvo en los medios de comunicación, se descolgó en la tarde de ayer con un mensaje alarmista en la radio, diciendo que se tenía que evacuar a la población de San Juan. A la lógica alarma entre la pobalción producida por la declaración del alcalde, siguió la zozobra y la angustia de pensar a donde, con qué medios, quién se pone al frente, en qué condiciones se iba a producir la evacuación. Grave irresponsabilidad de don Manuel hacer estas declaraciones sin decir (porque no lo tiene previsto, que es lo lamentable) qué comportamiento debe adoptar la población. Y todo ello por no haber escuchado las sucesivas peticiones, casi ruegos, que en materia de planes de emergencia, evacuación y seguridad hemos desgranado los socialistas pleno tras pleno. Y por eso, los ciudadanos ayer, lejos de tranquilizarse, aumentaron la preocupación del día anterior.

Las redes de conducción de agua deben ser estancas, han de garantizar un suministro de calidad al vecino y el ayuntamiento debe tener previstos los mecanismos que garanticen la provisión de agua a los vecinos, incluso, y sobre todo, en emergencias. Pero no es así. En estos momentos, casi cuarenta y ocho horas después, aún no hay agua en San Juan de la Rambla, ni siquiera en los colegios que deben garantizar el protocolo de seguridad de los escolares frente a la gripe A. A todo ello, se añade la falta de información a los vecinos de la situación y las medidas a adoptar, en un ayuntamiento donde la megafonía anuncia machaconamente cualquier ocurrencia que se le aparece al pensador de turno. Y todo esto ocurre por no haber escuchado las sucesivas peticiones, casi ruegos, que en materia de garantías de suministro de agua potable hemos desgranado, pleno a pleno, los socialistas. Y por ello, la lamentable y dramática (sobre todo donde hay niños pequeños y ancianos) situación de falta del suministro básico del agua está a punto de entrar en su tercer día.

Una situación como la que ha ocurrido manifiesta, en cualquier lugar, o previsión y buen gobierno, o por el contrario, inprevisión e improvisación. Ya saben ustedes donde nos encontramos. Y ojalá no vaya a peor.