martes, 12 de enero de 2010

TENER EL CORAZÓN CALIENTE

SER SOCIALISTA ES TENER EL CORAZÓN CALIENTE

Decía Guerra que ser socialista es tener el corazón caliente, esto es, conservar la capacidad de indignarse frente a las injusticias. Frente a miles de injusticias, tendríamos que tener miles de personas con corazón caliente para sentirlas como propias y miles de cabezas frías para luchar contra ellas.
En nuestro pueblo, la injusticia continúa. En muchas ocasiones se actúa con una especie de terrorismo ejercido desde el poder. Le preguntaba hace un par de días a un votante habitual de AIS-CC la razón por la que, pese a reconocer que es un modelo agotado, que se precisa un cambio desde hace tiempo y que cualquier cosa sería mejor que este desgobierno, les seguía votando, las razones que me dio fue de miedo. Miedo a lo que le pueden hacer si descubren que simpatiza con otra fuerzo política y miedo porque le metieron el miedo en el cuerpo hablándole de los malos que somos los socialistas y cómo íbamos a atentar contra él y lo suyo. Esto es ni más ni menos que coacciones y terrorismo en estado puro. Por contra, la justicia no aparece en el municipio. No sólo la improvisación sino la arbitrariedad en la toma de decisiones, que favorece a los amigos y perjudica a los que no lo son tanto, se suma a lo antedicho. Se actúa con la impunidad de quien se considera por encima del bien y del mal (podrían mirar las sentencias recientes, en que los fiscales actúan contra quienes han hecho cosas parecidas no sólo por acción, sino por omisión, y resguardarse un poco), se indispone a vecinos contra vecinos generando desde hace tiempo un ambiente social donde la gente de bien no puede relacionarse normalmente con sus convecinos, se protege a “lo peor de cada casa”, y el panorama nos presenta un horizonte donde los malos dominan y los buenos intentan escapar a sus acciones. Existe entre los mandamases consignas de represión selectiva, en una suerte de situación que permanece en el tiempo en que se intimida, se hostiga y se acosa como norma a la población que se considera tibia o no afín. A esta situación se agrega la aún más impune actuación cínica y asquerosa de quienes consideraron oportuno hacer las cosas más indignas para conseguir los votos suficientes que les garantizara repetir en el gobierno (si hay que mentir, se miente, me dijo, la jornada previa a las elecciones, una señora mayor, afín al régimen). Es decir, que en lugar de usar todos los esfuerzos, por los que cobran una pasta gansa, por transformar de raíz nuestras formas de vida para cambiar nuestra realidad, se han aplicado de manera obscena por lograr, con los dineros públicos, réditos electorales, algunos conseguidos de la forma más rastrera y vil.
La situación de los derechos ciudadanos, que podría parecer normal, por falta de elementos comparativos, a alguien del pueblo, está en un estado extremadamente lastimoso. Para muestra un botón: el pasado viernes tuvimos que esperar veinte minutos para registrar un escrito en la ventanilla correspondiente del ayuntamiento, mientras la encargada del registro terminaba de desarrollar una conversación privada con alguien por teléfono. Y esto si sólo nos referimos a la atención primera que se presta en el consistorio (por cierto, nada que ver con el trato en otras dependencias, cuyo personal es amable como por otra parte es la población ramblera, pero esta señora a la que me refiero, además, ni siquiera parece saber que sonreir pone en juego menos músculos que estar enfadada, y más que atraer a los ciudadanos, disuade).
Capítulo aparte supone el hablar de la marginación social, económica (y política, de paso, porque usan las ayudas para obtener réditos electorales) de la vecindad. Reciente está la nota de prensa en la que se jactan de haber empleado en el año 2009, el de la crisis, 44000 euros para ayudas sociales. Esta cantidad es de risa, sobre todo si consideramos que una cantidad equivalente se gasta el grupo de gobierno en pagarse sus propios sueldos y sus gastos de representación ¡CADA MES! y que el remanente de caja del 2008 fue de ¡UN MILLON OCHOCIENTOS MIL EUROS, NADA MENOS!
Es esta situación crítica la que cada día se hace cada vez más insoportable, la que hace crecer la desesperación, el enojo, la rabia que no encuentra desahogo en nuestros cuerpos y que desviada será inútil, pero es también la que hace crecer el coraje, la que alimenta nuestra conciencia, la que impulsa a los esfuerzos y voluntades de cara a luchar por el tan deseado cambio, y nos anima a seguir el trabajo de forma constante, no para enfocarlo en una foto protagónica en los medios, ni grabar nuestro trabajo en una ostentosa declaración de autonombrados pseudoperiodistas; es la lucha que intenta articular la decisión de nuestro pueblo de recuperar el espacio y el tiempo perdidos y de ponerlos en movimiento de manera colectiva, en la búsqueda de la reconstrucción día a día de nuestro pueblo y de nuestra convivencia; que quiere tejer de nuevo esas redes que el poder opresor de AIS-CC pretendió hacer pedazos durante estos últimos años.
Entramos en un año duro. En este año ellos, mediante sus tradicionales tácticas de acoso y de represión intentarán hacer creer a los rambleros y las rambleras que todo puede perderse: el esfuerzo, la identidad; todo puede ser falseado y lo falsearán y venderán de nuevo que más vale malo conocido, y que es mejor quedar conformes con las cosas tal como son y apaciguar la indignación. Incluso volverán a dar muestras patológicas de autoritarismo queriendo mostrar un falso clima de tranquilidad pretendiendo que su noción de orden se visualice mediante un patológico afán por la limpieza y el arreglo de las cosas, calles limpias, parques y jardines arreglados por primera vez en muchos años, en una suerte de representación de que el pueblo existe para ellos cada cuatro años exclusivamente.
Ante el oportunismo, el cinismo y frente a las actuaciones interesadas y lesivas contra el pueblo, que ya cantan mucho, hay que resistir y debemos organizarnos, como dice Alfonso Guerra, con la cabeza fría y el corazón caliente, mantener la llama de la esperanza de que es posible la venida de tiempos mejores y de que el cambio tiene que llegar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sentadito por fuera de mi casa y por la veredita los veo venir... Preparémonos pues para las formas y tácticas a las que nos tienen acostumbrados. Echemos mano de esa fortaleza que nos vigila y que de una manera u otra nos ha estado acompañando desde siempre a todos los rambleros. También de una manera virtual como es el caso de este magnífico blog en el que hemos estado depositando esperanzas, sinsabores y muchas denuncias de injusticias.¡ADELANTE! que la lucha es nuestra y no vamos a ceder ni un pulso. ¡Fidela adelante!no deje que estos últimos meses se crean ellos que las tienen con ellos. Saben perfectamente el descrédito que ya han cosechado con sus torpes actuaciones. El pueblo lo ha ido oteando a lo largo de este período, que gracias a la oposición, se han desentrañado muchos abusos y muchas meteduras de pata.
Un saludo a la familia socialista.

Anónimo dijo...

"Ser socialista es tener el corazón caliente", y eso es todo??. Poco ofrece usted; creo que sería mas acertado el tener la sangre fría, muchas neuronas, grandes dosis de humanidad y responsabilidad.PD: con calenturas no se llega a ninguna parte, hágame caso, la prudencia es una de las mejores consejeras