martes, 20 de julio de 2010

MINTIENDO, QUE ES GERUNDIO


Fuertes troleros. Así decíamos cuando éramos chicos cuando alguien se pasaba de rosca en las mentiras. Y eso hacen estos desgobernantes, que se apoyan en las mentiras para justificar sus malas acciones y sus desidias. Y mienten, incluso, para enmascarar sus malas obras, mintiendo en lo personal sobre la portavoz socialista, llegando al insulto y a la calumnia. La última mentira la urdieron rápidamente cuando desvelamos que el agua de las fuentes del Llano de las Arvejas y de La Peña se había estado suministrando sin cloro. Y no lo dijimos nosotros, lo dijo el concejal encargado de aguas en el último Pleno, ante nuestra propia sorpresa. Sorpresa por lo grave que es que una competencia del propia ayuntamiento, la provisión de agua potable, se tome tan alegremente que se ponga en riesgo a la población. E inmediatamente salieron, mendaces incorregibles, con una nota de prensa, diciendo no se qué de una cuba de 1000 litros que se llevaba el agua. Incluso Marcos, ante la incredulidad de un periodista de la SER, dejó caer que se llevaba para "hacer negocio con ella", suponemos que mediante una industria clandestina de embotellamiento de agua. Chiquita imaginación. Lo malo es que ellos mismos se lo creen. Mienten con tal facilidad, que las mentiras se las creen antes incluso de decirlas. Buena escuela tienen, de mentirosos contumaces. Y no se quedan colorados. Qué va. Vergüenza debería darles, si tuvieran. Sobre todo a los que tienen hijos o jóvenes alrededor. Bonito ejemplo. Ellos mismos deberían ser declarados por el gobierno nocivos para la salud. Por mentirosos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sabrá Marcos de nada de esto, si toda su vida ha sido un bueno para nada, lo único que ha sabido hacer es jalar del ubre. Yo creo que lo que gana en músculos lo pierde de cabeza (aunque no tiene mucha). En fin...esto es lo que hay, por lo menos hasta que ese pueblo abra los ojos.

Anónimo dijo...

Marcos es igual que Jim Carrey en mentiroso compulsivo, que miente más que habla. Al final son tantas que se termina creyendo todo lo que dice.