domingo, 12 de octubre de 2008

LOS TOMADEROS Y EL RIESGO DE INUNDACIÓN I


Las lluvias de ayer en la Península nos muestran lo que puede hacer el agua. Nada distinto de los que nos avisan nuestros mayores, cuando nos ven convivir con los cauces que desde tiempos inmemoriales han hecho las aguas de escorrentías en la isla: nuestros barrancos. Nuestros mayores, cuando ven los disparates que se hacen en los barrancos o en la zona cercana (zona de policía de cauces, es decir, que pertenecen al dominio público, por lo tanto, no se puede hacer nada ahí salvo autorización del Conseja Insular de Aguas) claman porque “no venga un llover”.
Un llover vino en febrero de este año, y tuvimos que ser testigos de desastres múltiples materiales en el municipio, desde terrenos desplazados a kilómetros, plazas destruídas (por cierto, ¿cuándo se rehabilitará la plaza de la Vera, destruida en ese temporal?) a casas inundadas y riscos caidos. Menos mal que no ocurrió nada importante en cuanto a seguridad de las personas, como siempre digo que Dios protege a los inocentes y que en nuestro municipio hay un ángel bueno que nos protege.
Todo esto, pese a que los socialistas, en moción a Pleno, insistimos en la necesidad del acondicionamiento de los cauces accesorios a los barrancos, tales como tomaderos y cunetas, así como un Plan de emergencias que contemplen la probabilidad de avenidas en el municipio, no sólo denegaron la moción sino que nada se ha hecho a fecha de hoy para evitar que vuelva a pasar lo de febrero. Ignorantes e irresponsables.
Ignorantes porque esos planes son obligatorios, y votan en contra de cumplir la ley.
Irresponsables porque prefieren cerrar los ojos y denegar las propuestas socialistas antes que garantizar la seguridad de los vecinos, como es su obligación.
Yo diría que bordean el calificativo de sinvergüenzas. Porque no se puede tener vergüenza cuando, plenamente conscientes de lo que puede pasar porque ya tenemos el avisito, se prefiere distraer la atención de los vecinos en saraos múltiples, sin abordar lo que es necesario y perentorio, sobre todo ahora que entramos en época de lluvias.
Fíjense que lo que digo a continuación está sacado del Plan Hidrológico Insular de 1983, y que viene siendo incumplido por el Cabildo desde esa fecha, y, por supuesto, por los ayuntamientos, sobre todo los afines, cuyo objetivo es “hacer lo que sale en la foto”. Y yo ya sé que a limpieza de tomaderos es poco fotogénica, pero hay que hacerla. Salvo que uno prescinda absoluta y totalmente de la vergüenza y asuma el riesgo. Cuando le advertí de ese riesgo a don Manuel y de su responsabilidad, dijo bajito “ya lo sé”. Pero a fecha de hoy no ha hecho nada.
Dice el Plan que nos olvidamos todos de que los espacios insulares presentan notables diferencias respecto a los continentales. En el caso de las Islas Canarias, especialmente en Tenerife, la orografía se muestra como una peculiaridad que matiza el concepto de inundación, ya que en este caso el riesgo se asocia especialmente a las zonas de pendiente acusada. En estos entornos se revela como prioritario el riesgo derivado de la escorrentía de ladera con el arrastre de sólidos.
La orografía, la climatología y la geología de Tenerife configuran un conjunto de características territoriales que conducen a un régimen de avenidas notable tanto por la importancia y la frecuencia de las catástrofes asociadas con este fenómeno como por la circunstancia de que la mayor parte de los daños no se deducen del hecho de que se generen grandes superficies inundadas en las vegas de los cauces - localizadas sólo en determinados lugares de la isla - sino a causa de la velocidad del agua y los arrastres que moviliza.
La isla de Tenerife registra la mayor altura de España, con una red de cauces de longitudes muy cortas , como mucho de algunas decenas de kilómetros, lo que agrava la situación, sobre todo en nuestro municipio donde las cuencas y cauces son de una gran pendiente, por lo que la velocidad del agua es una fuente de daños mayor que el calado que alcanza.
Nos ha engañado muchas veces la geología. La geología volcánica conduce a una gran capacidad de infiltración del agua de lluvia y, como consecuencia, a que los barrancos estén secos durante temporadas muy largas, superiores a varios años.
A causa de ello, se ha olvidado por el desgobierno actual las riadas, y han permitido que se olviden los tomaderos que no existen, están invadidos con construcciones permanentes o se hayan canalizado insuficientemente barrancos y barranquillos, taponados a veces por falta de limpieza. Afortunadamente, gracias a la lata que dí en el Cabildo y posteriormente en el ayuntamiento nada más llegué, el año pasado se hizo una limpieza (que hay que completar, porque los residuos hay que retirarlos y no siempre se ha hecho) para garantizar, frente a cualquier evento, el paso de los caudales de crecida.
Tampoco se ha tenido en cuenta el empeoramiento de la frecuencia de lluvias torrenciales, porque las condiciones adversas de la climatología aumentan, según estamos viviendo, como consecuencia del “cambio climático”.
Por tanto, considerando que las riadas no suelen producirse porque se desbordan los barrancos, sino porque la escorrentía – incluso antes de llegar a sus cauces - genera daños a causa de su velocidad, calado y erosión, en la llamada “escorrentía de ladera”, como sucedió en febrero, ES PRECISO UNA ACTUACIÓN URGENTE DE REGENERACIÓN DE LOS TOMADEROS Y CAUCES SECUNDARIOS DE LAS AGUAS DE ESCORRENTÍA.

(Lo siento si es barroco el contenido, pero no lo sé explicar de otra manera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Se ha entendido perfectamente. ¿Saben cual es la frase habitual de nuestros desgobernantes tanto en el ayuntamiento como en la comunidad autónoima,respecto a este tema? "ya no llueve como antes", resulta que ellos ahora parecen ser la bruja lola. No se preocupen que si aqui llueve mucho y nos vemos en peligro don Manuel Reyes coge carretera y manta para uno de sus pisitos y nosotros nos quedaremos aqui tragando agua, lo importante es que él se salve que pa eso es quien es.

Anónimo dijo...

y si no coge la pala por su cuenta y riesgo y nos salavará a todos, que para eso ya es conocido como PALA-MAN.

Anónimo dijo...

Es que esto de los tomadores de pelo, en nuestro pueblo es muy grave yo opino lo mismo Fidela, sobran todos ellos.

Anónimo dijo...

Acabo de venir de caminar por el pueblo y he bajado al barrio de Las Aguas y es una vergüenza como están esos barrancos. Llenos de escombros, sucios, las hierbas ya no caben en el cauce del barranco. ¿Y si llueve como antes? ¿Dónde vamos a parar? A coger olas a la playa... ¿Dónde viven nuestr@s gobernantes? ¿ En una burbuja?