domingo, 12 de abril de 2009

LOS ACTOS DE VIERNES SANTO Y LA RELIGIOSIDAD DE NUESTRO PUEBLO


Dos parroquias, dos actos. En San Juan, seguido de procesión. En San José, austero, sin procesión, más Viernes Santo que nunca. En ambos, el respeto y la religiosidad de nuestra gente. Esta religiosidad es una tradición. Nuestra gente, por religiosidad o por tradición, vive profundamente la Semana Santa. Y sobre todo el Viernes Santo.
Nuestros convecinos de San José se quedaron este años sin procesión. Los carros no caben en el local habilitado de los bajos de lo que será el nuevo templo. Ahí se ven los incumplimientos varios de nuestro grupo de desgobierno. Por un lado, un templo futuro que no acaba de arrancar porque las promesas de AIS-CC se quedaron en eso, en promesas. Aunque si me apuran, yo diría que, lo que ellos han pretendido como castigo a la Iglesia, se quedaron en burla hacia los vecinos. Porque son los vecinos los que padecen este abandono intencionado. Abandono que también se veía en la falta de inversión del dinero que vino desde hace casi una década en la ermita, y que los socialistas tuvimos que sacar una y otra vez para conseguir que le dieran el uso para el que vino. Por fín, conseguimos que se acometiera la obra. Pero la obra no se ha entregado, y las malas lenguas (que a lo mejor no son tan malas, sino que son adivinas) dicen que no se ha entregado la obra porque el contratista no ha recibido su pago. Y si ese dinero, como sabemos los que hemos manejado el presupuesto, figura en el presupuesto, no entendemos por qué no se ha pagado. Y si seguimos haciendo cábalas, podemos pensar que podría figurar en el 'presupuesto y no existir el dinero, porque ¿qué otra razón puede haber para no pagar algo que está hecho o a punto de finalizar?. Esperemos que no tengamos que estar otra década con la iglesia en obras, porque estos desgobernantes se dediquen más a otras cosas que a hacer sus deberes.
La función del Viernes Santo en San José fue una función muy triste. Casi daba pena ver como,a continuación, todo el mundo se iba como si fuera una misa más de un día más. Sólo lo salvó el ritual. El ritual y la presencia inusual de tres de los siete concejales del grupo de desgobierno (los socialistas estábamos todos, porque la religiosidad y las creencias de nuestros convecinos merecen un respeto). Las dos concejalas y Félix representaron al grupo de gobierno, seguramente porque a estos actos no van los concejales que se consideran de primera y mandan a los que ellos consideran de segunda. Y digo que los consideran así porque aún no hemos oido en Pleno la voz de ninguno de ellos. Sí, y a veces de sobra, la de los que faltaron a la celebración. A veces brilla más a ausencia que la presencia. Y así está ocurriendo en nuestro pueblo. Por cierto, Félix, a modo y manera de "sus mayores" no fue a los actos ni a la procesión de San Juan. De todas maneras, mejor no ir que ir por obligación y por hacer presencia. Se nota mucho. Y también por cierto, Félix, desde que está en el programa infecto donde se me insulta de todas las formas posibles, y donde él miente con contumacia e intencionalidad sobre mí, parece que me esquiva y me saluda menos o no me saluda. Félix, si no importa. Tú sabrás. Puedes seguirme saludando. pero pudiste haber aprovechado estos días para poner tu alma en paz, que eran días de eso precisamente.
En San Juan, una explosión de religiosidad llenó el templo, y luego, en la procesión, las calles. Ceremonia repetida, porque las palabras de la Pasión ya las habíamos oído por la mañana, en la Pasión viviente, durante la representación. La procesión contó, de nuevc, con los cantadores que, desde la ventana de la casa de don Zoilo Toledo (q.e.p.d.) obsequiaron al nicho del Señor con dos magníficas malagueñas "a pelo", sólo con el acompañamiento de la percusión de la banda. Una banda que acompañó a la procesión, mientras la de San José, sin un acto que acompañar, se hizo (¡son unos valientes!) la mayoría de las largas procesiones de Icod. Al final, la emocionante caída, dentro del templo de San Juan, de la tapa de la caja, ruido que oimos desde niños y que no deja de asustarnos y emocionarnos.
En fín, que qué pena este despego del grupo de gobierno de nuestras tradiciones. Pero qué valor, que ejemplo, el de nuestros convecinos y convecinas, haciendo gala de su respeto a las tradiciones y su religiosidad. Qué pena que no se contagie a los que, creyéndose en un podio, pasan ya de estas manifestaciones. Porque para quién se cree grande, es muy difícil dar el protagonismo a otro, aunque sea Cristo, y prefiere inventar engendros como nuevas tradiciones, como la machangada de la romería guanche, de la que seguiremos hablando.
Felicidades a mis convecinos y convecinas, y gracias por mantener y compartir estas elevadas muestras de religiosidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cierto que estuvieron estas concejalas en la misa del Viernes Santo y en la procesión, pero doña Calu no es usted la que lleva el protocolo en ese Ayto.? pues que sepa usted que, primero que nada no lleve esas gafas de sol de diadema aguantando su cabello, segundo que una vez que el Señor que iba en la cuna, debería de haber ido detrás de él, tercero que la procesión terminaba dentro de la Iglesia y no acompañarlo hasta la puerta y salir corriendo detrás de doña Sonia que sin sonar el móvil (aunque estuviera en silencio) lo coja y salgan huyendo. Me pareció lamentable. Bueno por lo menos vinieron e hicieron la p... Nunca han venido y como doña Fidela siempre ha estado (desde hace muchos años, no de hace 2 años)en todos los actos y celebraciones del Municipio, pues ahí estan o intentan estar.