El concejal de la tele insultante (dos que duermen en el mismo colchón, se hacen de lam isma opinión) nos critica, al parecer, por no haber repartido panes en lugar de rosas.
Para que lo sepa el señor concejal, los socialistas somos socialistas porque pensamos que las diferencias sociales se resuelven con más y mejor justicia social y con la correcta aplicación de las medidas que nos da el estado del bienestar, y no con limosnas ni con el fomento de actitudes mendicantes, como ustedes, los pseudonacionalistas, suelen hacer.
He de recordarle a este señor concejal (aunque lo debía saber, por tradición familiar, antes de que los intereses se mezclaran con la ideología y la anularan) que la justicia social y el estado del bienestar se ha desarrollado en este país de la mano de los gobiernos socialistas.
Don Félix, repase la historia reciente: las cuatro patas del estado del bienestar (educación igual y gratuita para todos, sanidad para todos, pensiones para todos y ahora, ayuda a todas las personas dependientes), tienen una única firma. La firma del partido socialista. Mientras los socialistas hemos gobernado, pregúntelo a su entorno familiar más directo, que lo sabe bien, hemos procurado solucionar las situaciones de dificultad de los ciudadanos mediante leyes igualitarias, medidas que resuelvan situaciones de manera general, mediante el principio de igualdad ante la ley, sin nombre y apellidos. Es decir, para todos y sin cobrar el supuesto favor (que no es favor, sino derecho), como hacen ustedes. Favores que hacen que conceden, con el dinero de todos, para después cobrar lo que dan como un favor, siendo como es, un derecho. Así que no nos confunda. Los que dan limosnas son ustedes, usando el dinero público y cobrando personalmente lo que dan en nombre de todos. Los que realmente damos lo que en derecho corresponde y les decimos a los vecinos que es eso, un derecho, somos los socialistas.
Esa es la gran diferencia. Y como dicen los franceses, viva la diferencia. Porque nos distingue a los socialistas de las actitudes mezquinas e interesadas de personas como ustedes, que se aprovechan de lo de todos para su beneficio personal.
Por cierto, que cuando usted deje de cobrar el sueldazo que cobra como concejal, también tendrá que agradecerle a los socialistas haber cotizado como tal y cobrar el paro.
5 comentarios:
Revuelta en la Iglesia contra los obispos por el aborto y la libertad
Teólogos y católicos de base culpan a la jerarquía del descrédito de la institución - Critican la primacía de la moral religiosa sobre la ética cívica común a todos
La jerarquía católica está sumida en el descrédito, y sus fieles desconcertados o dolidos. Éste es el panorama que dibujan dos manifiestos firmados en las últimas semanas por iglesias de base y personalidades muy comprometidas con el catolicismo romano en España. El primero se titula A propósito del aborto; el segundo, Ante la crisis eclesial. En muy primer plano de la polémica figura la actitud episcopal ante la reforma de la llamada ley del aborto, contra la que la Conferencia Episcopal ha tocado a rebato con ardor.
"Somos conscientes de que este escrito es un procedimiento extraordinario, pero también es extraordinaria la causa que lo motiva. La pérdida de credibilidad de la institución católica está alcanzando cotas preocupantes. Este descrédito puede servir de excusa a muchos que no quieren creer, pero es también causa de dolor y desconcierto para muchos creyentes", dice el segundo de los manifiestos, rubricado por 300 personas.
Los obispos se sienten acosados, incluso perseguidos, por el poder político y legislativo. Pero la realidad es que los mayores reproches les llegan de entre sus filas. Entre los firmantes de este manifiesto hay destacados teólogos, pero también relevantes figuras de congregaciones religiosas de abolengo: jesuitas (Juan Antonio Estrada, José Ignacio González Faus, Juan Masiá y Xavier Alegre), dominicos (Quintín García), benedictinos (Hilari Raguer), franciscanos (José Arregui) o claretianos (Evaristo Villar y Benjamín Forcano), entre otras. Las rúbricas, por orden alfabético, ocupan 10 folios, con gran presencia femenina. También lo firman los principales dirigentes de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, Julio Lois (presidente) y Juan José Tamayo (secretario general), el senador Imanol Zubero, del PSOE, y el diplomático Yago Pico de Coaña de Velicourt.
Antes de analizar los motivos de la crisis eclesiástica y de señalar a los responsables, los firmantes hacen una declaración de fidelidad. Dicen: "El amor a una madre enferma no consiste en negar o disimular su enfermedad sino en sufrir con ella y por ella. Si deseamos una Iglesia mejor no es para militar en el club de los mejores, sino porque el evangelio de Dios en Jesucristo se la merece".
La causa principal de la crisis les parece claro que es "la infidelidad al Vaticano II y el miedo ante las reformas que exigía". Afirman: "Ya durante el Concilio se hicieron durísimas críticas a la curia romana. Más tarde Pablo VI intentó poner en marcha una reforma de esa curia, que esta misma bloqueó. Si algún error grave se cometió en los pontificados anteriores [al de Benedicto XVI] fue precisamente el dejar bloqueada esa urgente reforma del entorno papal". La consecuencia, según el manifiesto, "es el injusto poder de la curia romana sobre el colegio episcopal, que deriva en una serie de nombramientos de obispos al margen de las iglesias locales, y que busca no los pastores que cada iglesia necesita, sino peones fieles que defiendan los intereses del poder central y no los del pueblo de Dios".
Entre las consecuencias "cada vez más perceptibles" de esa deriva subrayan la doble actitud de mano tendida hacia posturas lindantes con la extrema derecha autoritaria ("aunque sean infieles al evangelio e incluso ateas"), y los "golpes inmisericordes" contra todas las posturas afines a la libertad evangélica, a la fraternidad cristiana y a la igualdad entre todos los hijos de Dios, "tan clamorosamente negada hoy".
Otra consecuencia es "la incapacidad para escuchar", que hace que la institución esté cometiendo "ridículos mayores que los del caso Galileo". Tesis del manifiesto: Galileo tenía razón en su intuición sobre el movimiento de los astros, pero no la tenía en sus argumentos. En cambio, hoy la ciencia suministra datos que la curia romana prefiere desconocer: por ejemplo en problemas referentes al inicio y al fin de la vida. La consecuencia es que "la proclamada síntesis entre fe y razón se ve así puesta en entredicho".
Un asunto vital es el de la libertad interna. Proclaman: "Durante gran parte de su historia, la Iglesia fue una plataforma de palabra libre. Hoy nadie creerá que un santo tan amable como Antonio de Padua pudiera predicar públicamente que mientras Cristo había dicho 'apacienta mis ovejas', los obispos de su época se dedicaban a ordeñarlas o trasquilarlas. Ni que el místico san Bernardo escribiera al Papa que no parecía sucesor de Pedro sino de Constantino".
Pese a todo, los 300 expresan su esperanza. "No vamos a romper con la Iglesia, ni aunque hayamos de soportar las iras de parte de su jerarquía. Podemos superar estos momentos duros sin perder la paciencia ni el buen humor ni el amor hacia todos, incluidos aquellos cuyo gobierno pastoral nos sentimos obligados a criticar. Más allá de los diagnósticos, quisiéramos ayudar a actitudes de fe animosa y paciente para estas horas negras del catolicismo romano".
El manifiesto sobre la actitud episcopal ante la reforma de la ley del aborto es obra de la Iglesia de Base de Madrid, que agrupa a miles de fieles. "Tenemos que reconocer que no todas las comunidades mantenemos exactamente la misma postura en este tema y en todos sus detalles. Coincidimos, no obstante, en que las opiniones de la jerarquía sobre el aborto no representan la opinión de la totalidad de la comunidad católica", dice en primer lugar.
Partiendo del principio de que "el aborto es un fenómeno complejo con implicaciones personales, sociales, políticas y religiosas", piden que los puntos de vista sobre la cuestión se expresen "sin convertirlo en campo exclusivamente propio".
Concluyen: "Se debería respetar la distinción entre los planos jurídico y ético, científico y religioso. El aborto no es un tema exclusivamente cristiano. Para regularlo debe primar la ética cívica, común a todos los ciudadanos, sobre la moral religiosa, específica de cada creencia. Nadie debería hacer bandera política ni religiosa de este tema tan profundamente humano y por nadie deseado. Nos oponemos decididamente a la excomunión y exigimos que esa pena desaparezca del Código de Derecho Canónico. Finalmente, consideramos fundamental la información y formación de todos los ciudadanos sobre este tema".
Los que deben repartir panes son ellos que para eso son el ayuntamiento. Con el dinero de los ciudadanos se pagan un sueldo que no se merecen, y sin embargo critican las iniciativas del partido de la oposición que humildemente trabaja sin robar dinero a nadie.
Aquí los que tiene el poder de solucionar los problemas de alimentación de los vecinos son ellos, que para eso trabajan para nosotros, y sin embargo no hacen nada.
Por favor un poco más de vergüenza!
Se necesita tener cara para opinar de la forma que lo hace el concejal Féliz(la "z" es por el sueldo que percibe del ayuntamiento)sobre el trabajo del grupo socialista en el ayuntamiento.
Su talante, actidud, respeto... quedan en entredicho con su presencia en la telebasura de los salvadores del pueblo que se suben al púlpito para predicar.
HAY QUE SER BASTANTE "CORTITO" PARA NO VER QUE LO DE REPARTIR ROSAS ES SÓLO UN GESTO SIMBÓLICO. CRITICAR ESTO REFLEJA POCA SENSIBILIDAD. Y ,PARA MI, QUIEN NO TIENE SENSIBILIDAD ESTÁ CASI MUERTO AUNQUE HABLE,CAMINE,ETC.
CADA VEZ QUE USTED NOMBRE A LA TELE INNOMBRABLE, YO , A RIESGO DE SER PESADO ,INSISTIRÉ EN LO MISMO: NECESITAMOS QUE LA TDT ENTRE YA EN PERFECTAS CONDICIONES EN SAN JUAN DE LA RAMBLA.
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