DON MONSIS

Es obligado, cuando se habla del concierto de las Bandas y se habla del aniversario de la XIX de Marzo, hablar de don Monsis.

Agustín Ramón Hernández Fuentes, don Monsis, ha sido el presentador casi permanente del concierto de las bandas, con alguna penosa excepción. La excepción ocurrió en el concierto de la fiesta del 2007, donde una lamentable, y creemos que inducida, decisión de la Comisión de Fiestas eliminó de la presentación a Monsis y lo sustituyó por un empleado municipal, cuya intervención nos avergonzó a todos, tanto por cómo se presentó vestido (venía de la feria y apareció con bermudas y cholas) como por como llegó y por lo que dijo (llegó a llamar agrupación folklórica a las bandas y canciones a las obras que se interpretaron).

De resto, don Monsis ha sido el presentador de las Bandas.

Vaya por delante que Monsis es mi amigo, me honra con su amistad. Pero puedo garantizar que lo que voy a decir es cierto, porque sigo la máxima de que cariño no quita conocimiento.

Monsis, como caballero que es, aborda las presentaciones de las bandas tal y como es su conducta en otros ámbitos de su vida, profesional o privada. Es un placer observarle en los actos, donde, a diferencia de la mala experiencia que narramos, Monsis observa una etiqueta, unos modales y una caballerosidad digna de elogio e imitable. Y no hablamos de títulos académicos, que Monsis los tiene, porque la caballerosidad no es cultura, sino simple y llanamente educación. En nuestro pueblo hay muchos caballeros que no pudieron estudiar, pero de comportamiento ejemplar, que, como a Monsis, les ha servido para educar a hijos e hijas ejemplares también.

Y como no valen las declaraciones genéricas, voy a decir por qué Monsis es un presentador ejemplar y por qué a su conducta, en actos públicos y en su vida profesional y privada, la considero propia de un caballero.

Monsis recuerda las fechas, los lugares, a las personas, y se prepara las presentaciones, por respeto a los presentados.

Monsis es puntual.

Monsis presenta los actos correctamente vestido, lo que da prestigio al acto y a los intervinientes.

Monsis escucha, es paciente y condescendiente, incluso en momentos donde alguien puede hacer tambalear lo que tiene preparado.

Monsis está pendiente de lo que pasa a su alrededor, para echar una mano en casos imprevistos.

Monsis otorga a los presentados el papel protagonista.

Monsis siempre tiene una palabra elogiosa para todos, sin acepción de personas por edad, condición social, económica, política u otras.

Monsis es absolutamente correcto en sus intervenciones, no dice chabacanerías ni improcedencias.

Monsis, como buen caballero, es un encajador. Le he visto dar la vuelta elegantemente a alguna intervención improcedente, incluso maleducada, con una elegancia digna de elogio.

Monsis está en su sitio, sin pasarse ni quedarse corto. Discretamente se retira cuando tiene que hacerlo, e interviene siempre de manera pertinente. Monsis se acuerda siempre, invariablemente, de interesarse por los demás y de expresar sentimientos de gratitud de manera elegante.

Monsis usa la discreción en todas sus manifestaciones. Cuando alguien le ataca verbalmente, le contesta con elegancia, inteligencia y sin agresividad.

Monsis siempre acepta una disculpa y sabe ofrecerla cuando es necesario.

Monsis siempre tiene algo agradable que decir de los demás.

Todo esto, repito, no sólo se produce en sus intervenciones públicas, sino en su vida profesional y privada. Por todo ello, y aprovechando la presentación de las bandas, pero por extensión con el agradecimiento de haberme hecho partícipe de su amistad, a Monsis, con el corazón:

¡¡¡¡ Gracias!!!!