El Día Internacional de la Mujer
Rural nace el 1995 en Pekín, durante la IV Confederación Mundial de la Mujer,
conferencia a la que acudimos como Ada Byron (recién creada, en 1992) y luchamos, entre miles de mujeres
representantes de colectivos, para que el día 15 de octubre de cada año se
hiciera visibles a quienes la FAO ha denominado “las trabajadoras invisibles
del mundo”. Nació, pues, por la necesidad de poner en valor el papel de las
mujeres en el ámbito rural y reconocer su fuerza, su empuje y su arduo trabajo,
históricamente indispensable para el progreso de nuestra sociedad y que ha supuesto
una parte importante del avance hacia un mundo más equitativo y más justo. El
medio rural no es sólo el pulmón de nuestra sociedad y la garantía de la conservación
del medio ambiente; también representa nuestras raíces y se asienta en nuestros
orígenes culturales más profundos. Todos somos campo, todos lo fueron en algún
momento más o menos cercano. Por ello, y porque es la garantía de futuro,
porque el sector primario es promesa de pan, el cuidarlo es una obligación de
todos y todas. La mujer del entorno rural, la mujer de nuestros campos ha sido
el baluarte donde se sostuvo la economía familiar y la de nuestra tierra
durante los largos períodos de guerras y de emigración, cuando nuestros pueblos
quedaban vacíos de hombres. Además han actuado como dinamizadoras de nuestro
entorno social y cultural además de su papel
soporte de la economía y de la cultura de nuestros municipios: madres,
cuidadoras, trabajadoras en las labores agrícolas y ganaderas de nuestros
pueblos, empresarias y asalariadas. La mujer rural sigue contribuyendo, cada
una en su faceta, a crear bienestar y progreso en la sociedad canaria, en la
sociedad ramblera, siendo su contribución, la mayoría de las veces, una
contribución tan silenciosa como valiosa
Por eso este día nació y debe ser
un día no sólo para el reconocimiento, sino sobre todo un día para la
reivindicación, por ello, un día para alzar la voz para reclamar el compromiso de las
instituciones, gobernantes, empresarios y agentes sociales en favor del fomento
de la conciliación de la vida familiar, laboral e individual, potenciando la
coeducación en el ámbito familiar y educativo y promoviendo modelos
igualitarios de relación y convivencia y sensibilizando a la población. Todos
debemos comprometernos firmemente en la lucha por favorecer la autonomía
económica de la mujer rural, facilitando su acceso a recursos formativos que
otorguen una mayor cualificación a las mujeres, fomentando su empleabilidad y
promoviendo su espíritu emprendedor. Si no es así, no lograremos el objetivo
fundamental de la celebración de este día, que es impulsar el protagonismo de
la mujer rural dando visibilidad a su trabajo, facilitando su acceso a los
recursos y su participación cultural, social y política y promoviendo las condiciones
para que los hombres vayan asumiendo más responsabilidades dentro de espacios
privados y las mujeres asuman más responsabilidades en los espacios públicos. Corregir
las situaciones de desigualdad y discriminación que sufren las mujeres en las
zonas rurales dado que son las mujeres la
base del mantenimiento, conservación y desarrollo de las áreas rurales en
términos económicos, sociales, y culturales debe ser un compromiso ineludible
de los poderes públicos. Y por ello lucharemos intensamente los y las
socialistas de San Juan de la Rambla.
Conjuntamente con todas y todos. En ese caminos los esperamos a todos y todas.
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