Si me piden que defina mi estado de ánimo desde ayer, diría que es expectante y con ilusión. Expectante porque el reto es complicado. Ilusionada porque los gobiernos socialistas han traído a nuestro país bienestar social, igualdad y libertades. El objetivo no es personal, sino colectivo, y ya eso es un gran cambio. Dignificar la política, también. La idea es regenerar la democracias, conversar y mejorar la convivencia. La idea va a ser siempre la misma. Pedro tiene dos retos: conversar y convencer en casa o jugando fuera. Pero el objetivo es conseguirlo en aras del país, de las libertades, de la regeneración y del restablecimiento de la convivencia. El juego de los equilubrios es la clave. Poner de su lado el talento y la experiencia ayudará. Es una cuestión de fiabilidad, y el PSOE siempre ha estado para ponerse al servicio del estado, sobre todo cuando pintan bastos. Hoy, pese a las dificultades que se avecinan, prima la ilusión y la expectación para ver nuestra respuesta a la esperanza de tanta gente. Ahora viene lo de verdad después de la gran hazaña. Pedro ha de rodearse de un equipo lo más fiable y preparado posible, para afrontar el objetivo de la gobernabilidad: tratar de mantener lo que hemos hecho bien y progresar; y lo que hemos hecho menos bien, tratar de corregirlo. Sería recomendable empezar bien por todo. Hay que hacer muchas cosas para poder sumar. Se trata de sumar, y sumar y sumar. Ya lo hizo de forma sobresaliente Pedro con su discurso de ayer.
Y es buen comienzo, porque ahora tiene a todo el partido con él. La votación y el resto de discurso nos da la información necesaria para comenzar el diálogo. Si se hacen las cosas bien, esto irá mejorando porque tenemos el mejor capital humano, el partido más parecido a la gente. Habrá una progresión, pero tenemos que tratar de que sea cuanto antes. Talento, experiencia, valor, ilusión, diálogo y sacrificio serán las claves. Gracias, Pedro.
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