Tengo que decir que no me sorprende en absoluto, la rabia con la que la derecha montaraz y cerril (lamentablemente, en este país es prácticamente la totalidad) ha ido jalonando estos primeros meses de gobierno socialista. Si hace, porque hace; si no hace, porque no hace. Si hace, porque no es inmediatamente, si no hace, pese a haber obstaculizado, porque la cosa no cuaja. Todo muy previsible. A lo que no me acostumbro (y mira que debía estarlo por propia experiencia) es a los bulos, mentiras y otras infamias. El más burdo, y por burdo absolutamente hilarante si no fuera la mala intención con la que se divulga, es lo del queso de tetilla referido a la vicepresidenta. En medio, insultos varios, que abarcan a todo el gobierno, con especial virulencia en aquellas personas más populares, mentiras deliberadas, medias verdades e, incluso, afirmaciones que llegan a ser calumnias. Y cosas curiosas, como el hecho de que le reprochen al presidente el que haya nombrado cargos a socialistas. No, si quieren lo que debería haber hecho es haber nombrado a personas del arco derecho de la ideología, por eso de no molestar. Es el colmo del cinismo.
Pero me voy a detener en dos, especialmente graves para mí. la primera es la que cuestiona el que la esposa del presidente, que ejercía un puesto profesional antes de legar a la Moncloa, haya sido propuesta para un determinado cometido profesional Curiosamente, las esposas de los tres presidentes socialistas han ejercido sus profesiones hasta llegar a la Moncloa, e incluso después de estar allí. Carmen Romero, profesora, la esposa de Zapatero, también profesora y ahora Begoña, tres mujeres independientes y profesionales, alguna de las cuales, por cuestiones de seguridad tuvo que dejar de ejercer. Pareciera que la derecha carpetovetónica de este país quisiera a las mujeres con la pata quebrada y en casa. Lamentable que se cuestione el que una persona ejerza su profesión en el uso de su libertad. Me parece el colmo de los colmos. La segunda cuestión es el tema recurrente de que, en lugar de dar explicaciones por los "santos de vestir" que han sido cargos con la derecha (los llamo santos de vestir porque solo tienen la cara y las ropas, en forma de títulos, regalada para hacerles un traje a medida) y cuyo cualificación está muy cuestionadas, se permiten el lujo de cuestionar el doctorado del presidente. Un doctorado superado, con una tesis que existe, con actas demostrables y debidamente registrado en la institución educativa.
Tal vez con todo esto lo que quieren demostrar es que en la viña del señor todos son iguales (de malos). Y no, señores, unos son iguales y los otros, más que nada porque la ética no nos parece una palabra extranjera, cumplimos y somos consecuentes con nuestra ideología. Dicho queda.
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