lunes, 25 de agosto de 2008

SOBRE MI AFICIÓN A LAS BEBIDAS ESPIRITUOSAS



Ahora se dedican a decir, aparte de mi doble personalidad, algo relacionado con mi afición a las bebidas espirituosas. Ya he comentado algo antes. Pinchan en hueso. No sólo no soy aficionada a beber, sino que JAMÁS me he emborrachado.
El motivo: no me gusta que me manden, también lo he confesado. Soy buena subalterna y buena empleada, pero sobre todo porque siempre (casi) he tenido buenos jefes. Pero que algo inanimado, como el alcohol o las drogas, pueda "gobernarme"... pues, como que no. De hecho, mis alumnos saben que ésa es la principal razón que les doy para comabatir las drogadicciones, entre las que considero que está el alcoholismo.
Más motivos: en el año 1977 padecí una hepatitis. Estaba terminando mi carrera de magisterio, y la necesidad de terminar el curso hizo que abandonara el reposo antes de lo recomendable. Consecuencia: una ligera insuficiencia hepática, que hace que "note" que tengo hígado cuando consumo grasas o alcohol, por lo que en ambas cosas me autolimito. Me es más fácil con el alcohol, porque siempre preferiré una buena chuleta de cochino negro que un vaso de vino, dónde vamos a parar. Pero qué le voy a hacer. Casi podría dar una clase ahora de metabolismo, y de cómo contribuir (o no) a que el hígado funcione bien. Pero no lo voy a hacer.
Así que mi consumo de alcohol se limita a un vasito (o dos) de vino comiendo, sobre todo si es del país y bueno. Prefiero el blanco, seguramente por tradición familiar. Nuestra zona da unos excelentes blancos. el malvasía que menciona Shakespeare en sus obras era cultivado en el Malpaís de la Rambla. Qué lástima de inversión no hecha, recuperando aquel magnífico nombre histórico que se encargó de darnos el inglés. Casi no hubiera habido que hacer nada más que citar al excelente dramaturgo. Ningún otro vino de la isla podría haber tenido mejor publicidad. Claro que para hacer esto hay que haber leído alguna vez a Shakespeare. O haber escuchado a quienes le han leído.
No bebí nada hasta los 30 años. En casa siempre hubo bodega, la parte más anmtigua de la casa de mis abuelos (siglo XVII) es la bodega. Cuando le decía a mi padre que no me gustaba el vino, siempre me respondía que eso pasaba porque era muy joven y no conocía los placeres de la buena mesa. Tenía razón. Alguna espléndida comida es menos buena si no la acompañas con un buen vino. Por afinidad, no bebo ninguna otra cosa que contenga alcohol que cava, que como saben es vino con burbujas. Se consigue vino gasificado procediendo al cambio de envase un poquito antes de que acabe la fermentación. Las burbujas es anhídrido carbónico que no se ha desprendido. O en su versión original, el champagne francés (sólo hay champagne francés, porque es una denominación de origen).
El cava lo suelo consumir en ocasiones especiales, o cuando salgo (pocas veces) para evitar consumir otras bebidas con alta concentración de alcohol. Me gusta el cava, e incluso los espumosos que se están atreviendo a hacer algunas bodegas nuestras, como la de Chasna o la de La Orotava (no pueden denominarse cn¡mapagne o cava porque son denominaciones de origen, auqnue son muy buenos también). El champagne lo suelo beber cada año, en navidad, en casa de mi hermano. Mi hermano trabaja en el hospital, y entre los regalos de la época, le suele caer alguna botellita de champagne. Él sabe que me gusta, así que espera para descorcharla a alguna de las comidas familiares que celebramos toda la familia por navidad. Desde aquí le agradezco el detalle, porque el champagne es demasiado caro como para darme ese capricho, existiendo el cava, o el espumoso canario, más barato y de similar calidad.
Es decir, que han pinchado en hueso. Bebo poco, sólo vino, sólo comiendo, y además, lo seguiré haciendo, porque es un mérito y no un demérito. Como bebo poco, además, puedo presumir de ser buena catadora. Pero lo he heredado, ni siquiera es mérito mío. Mi madre lo es, mi padre le pedía que probara el vino y le diera su opinion. Infalible siempre.
Pero lo que considero insoportable es que me relacionen con una bebida "de mujeres". Así de machistas son en este pueblo. Me parece que es un insulto a una feminista como yo que, encima que tengo que aguantar que digan una mentira de ese calibre, digan que bebo ¡ron miel!. Si ya he tenido que aguantar hasta bromas de mis compañeros en este sentido. Sí, sí, me dicen, feminista, feminista, pero ni siquiera bebes ron o güisqui, como los hombres, ¡¡¡¡ron miel como una señorita de las de antes!!!. así que, por favor, rectifiquen, y pónganme otra cosa (bueno, güisqui tampoco, que siempre me ha olido a cucarachas).
Por cierto, si alguna vez me "enviciara" con el ron miel, lo haría con el que figura en la foto. Es una industria histórica de la isla, y por lo menos dejaría mis perras aquí. No como lo que hacen en los fines de fiesta de las celebraciones del alcalde, famosas porque corre sin control el güisqui etiqueta negra. La pregunta sería: ¿a costa del bolsillo de don Manuel?.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Don Manuel invítenos a una de esas fiestitas para probar su whisky etiqueta negra... o es sólo para exclusivos paladares coalicioneros??

Anónimo dijo...

Pero Doña Fidela eso que dicen de usted ¿ no será que cuando lo han dicho esas personas tenían unas cuántas copas de más?...vaya usted a saber. "Piensa el ladrón que todos son de su condición".

Anónimo dijo...

Un refrán para el que lo quiera escuchar: "Bebe poco y asaz*;durme en alto y vivirá"
*(bastante)

Recomienda prudencia y moderación si se quiere tener larga vida.

¿ Y no tendrán sus días contados algunos?.

Anónimo dijo...

Va de refranes ¿ no?. Pues yo tengo alguno también.

COMIDA SIN VINO, NO VALE UN COMINO.

Toda comida debe estar acompañada de un buen vino.Fidela a su salud sin tener que dar explicaciones. ¿ O es que ellos las dan en/ por sus comilonas?.¡ Qué bueno es poder disfrutar sin pasarse!


CUANDO EL DIABLO NO TIENE NADA QUE HACER CON EL RABO MATA MOSCAS.

Mejor les valdría emplear el tiempo en cosas más útiles que en alcahuetear.Pero ya sabemos lo poco que se hace en este pueblo...

Anónimo dijo...

No le veo futuro de alcaldesa si no pimpla usted un poco más, doña Fidela. Si no le da usted al tintorro, ¿con qué pasará el rato con el consejero de Medio Ambiente del Cabildo mientras se quema el bosque? Piénselo, aún está a tiempo de rectificar y convertirse en una ebria candidata. A otros así les ha ido bien.

Anónimo dijo...

Hera te echaba de menos muchacha!
NO sabíamos nada de tí.
;)