CADA VEZ SOMOS MÁS

Cada vez más se percibe cómo empieza a disiparse el largo camino del desierto por el que nos han conducido estos malos gobernantes que hemos tenido que soportar en este pueblo durante más de dos décadas. Políticos incapaces, no porque no sepan de su oficio de gestionar un municipio cuya principal riqueza es sus vecinos y vecinas, nobles y laboriosos, sino porque han sido incapaces, tras largos años de desgobierno, de aprender una palabra de buena gestión, y que han dilapidado todo el capital que les ha proporcionado tener socios afines en todas las instituciones. Como resultado final, nos han dado el oprobio de un pueblo pobre, al decir de ellos, empobrecido por su mala gestión, decimos nosotros, además de comportarse como políticos sin proyectos ante esos mismos socios de otras instituciones, haciendo gala, en cada visita, de un servil "pedir limosna" no justificada, porque los proyectos de interés se venden solos, y aquí no existen. No existen porque, pese a que se los hemos pedido, ningún concejal ha sido capaz de dar cuentas de qué proyectos existen en sus áreas de gestión, e incluso, cuando han tenido que enseñar algún expediente de proyectos realizados, no existe ni un triste papel que lo avale (FETURAL, por ejemplo). Estos desgobernantes, además, se han caracterizado por agachar las cabezas ante otras instancias en indiferencia sumisa y conveniente, en temas de vital importancia para el municipio, donde la desidia insular y regional nos ha afectado gravemente, como por ejemplo, las políticas agrícolas e hidráulicas. El camino que recién empezamos hace ahora dos años va dando sus frutos, cada vez somos más y cada vez queda menos para que el futuro de este municipio empiece a gestarse. Hay que abordar, sobre todo, muchos temas sociales, donde está prácticamente todo por resolverse, pero ya no hay vuelta atrás a la realización del cambio que se avecina.

El pueblo ramblero se encargará de salvarse a sí mismo, pero queda aún la labor de romper el yugo de la incomprensión y desconsideración de algunos y algunas. Y no es que tan sólo se trate de explicar el por qué determinados yugos parecen que son inevitables, sino que queda por resolverse el legado de la sumisión lucrativa que ha caracterizado el mal gobierno de AIS-CC durante todos estos años.
San Juan de la Rambla es un municipio de poco más de 20 kilómetros cuadrados, pero con tantos o más recursos naturales y patrimoniales como cualquier otro municipio de la isla que está muy por arriba en desarrollo, empleabilidad o importancia a nivel insular o regional. San Juan de la Rambla no puede, ni debe, seguir ocupando las cotas de ínfimo peso que ahora mismo tiene dentro de la isla o de instituciones como la FECAM, ínfimo peso que tiene por manifiesta incapacidad de sus gobernantes actuales. San Juan de la Rambla ha de poner en valor todo su potencial para definir una política de impulso económico que nos saque del ominoso puesto en materia de desempleo y de salarios actuales, porque sus potencialidades así lo aseguran. Sólo se precisa conocimiento, valentía e instinto político, amén de un inmenso amor por el pueblo, como único referente, sin intereses espúreos similares a los que han marcado las escasas estrategias políticas diseñadas por los desgobernantes de la AIS-CC. Ha llegado el momento en que savia nueva cargue sobre los hombros todo el peso de transmitir el nuevo mensaje que muchos sabemos es el correcto para San Juan de la Rambla. No obstante, se requiere el esfuerzo proactivo de todos, parámetros de comunicación modernos y persuasivos para buscar canalizar en el exterior proyectos importantes para el pueblo y conseguir inversiones importantes para el municipio, y una metodología eficaz, más que un discurso demagógico, pobre, lacrimógeno, mendicante y de oposición de la oposición, que es al que nos tiene acostumbrados AIS-CC. Es en ese camino donde se tiene que partir de los tres pilares que han de explicar las acciones que marcarán el futuro de nuestro municipio:

Primero, la búsqueda de un desarrollo económico equitativo e inclusivo que tenga como meta la erradicación del desempleo vertiginoso que ahora nos llena de alarma.

Segundo, la resolución de la crisis social en que nos ha sumido, por sus malas acciones, el grupo de desgobierno de AIS-CC.

Y tercero, la promoción de la gobernabilidad democrática mayoritaria, participativa y transparente que empezará con la refundación de una institución, el ayuntamiento, que debería ser la casa de todos y que ahora es, más que nunca, el predio de unos pocos.

Mejorar las inversiones en agricultura; investigar cuál ha sido la inversión de los últimos años y el por qué de su escasa rentablidad a nivel popular, cuidar el medio ambiente y el bienestar de las personas, y mucho más, son objetivos cruciales para los próximos años.
El obstáculo más importante a la efectividad de este enunciado es la falta de identidad cultural que nuestro municipio arrastra. Hay que reivindicar una cultura propia, distinta y distante de esa cultura minimizada, despreciada, adulterada, que AIS-CC ha pervertido a su antojo, inventando costumbres, despreciando otras, cambiando todo aquello que como identidad nos caracterizaba. Nosotros todos, pero tambien la isla, la región, el país, espera y se merece conocernos en toda nuestra riqueza identificativa, fascinarse con nuestro legado cultural del que nuestros habitantes son el valor más representativo. El exterior, sobre todo quienes nos conocen pese a todos los pesares de los últimos años, no esperan menos que constatar esa identidad cultural que permitirá a San Juan de la Rambla expresarse mejor para ser mejor conocido y valorado. El más grande impedimento en las negociaciones para obtener réditos para nuestro municipio, es la falta de identidad cultural que se trasmite por unos desgobernantes que no creen en nuestros propios valores. Dan la impresión de hablar por sí mismos, sin peso ni respaldo de lo que realmente sucede en el municipio, faltando el entendimiento y la articulación de lo que es un auténtico Plan director que conduzca a altas cotas de desarrollo a nuestro municipio. Recuperar, o tener, un papel importante dentro del norte, tener algo que decir en esa ansiada reactivación del norte de la isla, no son objetivos ajenos a la necesidad de promover justicia social por medio de un cambio en el rumbo de las políticas locales.
Esa es nuestra aspiración, y percibimos que cada vez somos más en esa búsqueda de nuevos horizontes y mejores cotas de bienestar social para el municipio, que es como decir, para toda la ciudadanía.