LO REITERO: LO QUE NO SE PUBLICA EN ESTE BLOG

En este blog no se publican mentiras. Si algún comentario se ha publicado que hable de alguien, ha sido siempre con la salvedad de que dicen que son meros comentarios. No se publican insultos. No se publican infundios ni falsos testimonios sobre las personas.
Lo reitero porque hay un anónimo comunicante (es el mismo, porque se identifica por su terrible ortografía y manera de escribir) que me ha mandado un par de "cartitas" diciendo que el episodio con Jeray no ocurrió como lo relaté, intentado desvirtuar el testimonio de cada una de las personas que me acompañaban, acusándolos de vicios variados e, incluso, usando como argumentos dolorosas situaciones personales.
Aparte de que esto último, por sí sólo, descalifica a quien lo usa como argumento, las circunstancias personales que pretende esgrimir como argumento no las voy a publicar. Primero, porque son mentira, y bastante es con que los secuaces de AIS-CC, con su habitual táctica tabernaria y soez, se dediquen a propagar por los bares y sitios análogos esas mentiras (al final, se retratan, y ya hay mucha gente seria del pueblo que acuden a mí pidiéndome que me defienda, a lo que les respondo que mi mejor respuesta es el silencio o el humor, porque al final, el que ataca es el otro y es el que queda mal; tienen que tener un gran arsenal de mentiras para poder irlas cambiando de aqui al 2011, porque al final no va a colar nada, la gente es inteligente). Segundo porque alguno de los argumentos son circunstancias personales, y yo no entro en críticas malévolas que se usan para hacer daño a los demás. Todos tenemos circunstancias personales dolorosas, y lo peor, la peor muestra de vecindad, o lo que demuestra de manera clara la mala vecindad de la que han hecho gala los de AIS-CC y sus secuaces, es el hecho de que, en lugar de compadecer (es decir, padecer con), esa circunstancia personal haga que nuestro vecino (el comentarista anónimo, por ejemplo) la use como ataque furibundo. Muy mal. O, como debía en realidad decir, y aunque esté muy fea la expresión, no me voy a abstener, muy mala leche o muy mala baba.
Respecto al comentario sobre mi hijo, y ante el que si que voy a entrar porque me lo permite la relación familiar que tengo con él, afortunadamente para mí (y creo que desafortunadamente para el comentarista anónimo, porque seguiría alegrándose del mal ajeno, y además, en esta ocasión se le desmonta el argumento principal, que incluso ha sido sugerido por la tele innombrable), ninguno de mis dos hijos ha tenido problemas con las drogas. Es una suerte, tal y como están las cosas, sobre todo en nuestro pueblo, donde hay un grave problema que no se aborda en su amplitud, e incluso se cierran los ojos por parte de los responsables municipales, poder hacer esta afirmación. Pedro, el más conocido, porque está aquí en el pueblo, ciertamente tiene una adicción muy perjudicial para su salud (es alérgico, con una alergia muy extremada que no degeneró en asma por su dedicación durante muchos años al atletismo), y contra la que infructuosamente combato, sin éxito hasta ahora: fuma como un carretero. Pero ante la insinuación de que ha estado en un centro de desintoxicación, tengo que decir que, afortunadamente para él y para su familia, se equivocan. Tampoco lo negaría si hubiese sido así, porque negar la evidencia no la elimina, pero no ha sido así.
Cuando Pedro, mi hijo y secretario general del partido en San Juan de la Rambla, se ha ausentado por una temporada del municipio, no se ha ido a un centro de rehabilitación. Se ha ido a ver a su hija. Su hija Andrea, mi nieta, vive en Valencia. Tiene cinco años y es un amor de niña. Por eso, de cuando en cuando (demasiado de cuando en cuando a mi entender) mi hijo Pedro va a verla.
Tal vez (aunque no es excusa para la mala baba de quien difunde el rumor) el rumor tenga que ver con el cambio de imagen de Pedro. Todos nos sorprendimos cuando descubrimos que detrás de los pelos y las barbas había un guapo individuo (y no es amor de madre). Lo que no logré yo o su abuela respecto a que recuperara su imagen de siempre, lo logró su hija: nada más llegar a Valencia, le pidió que se pelara y se quitara la barba, porque le "daba miedo". Y Pedro obedientemente /(lo que no hace una hija...) se quitó la barba y los pelos largos. Asi que nada de clínicas de rehabilitación, sino simple y puramente amor de padre.
Es verdad que no tendría que dar explicaciones. Pero éste es un avisito a navegantes: mi vida y la de mi entorno es tan transparente que no hay nada que no pueda salir mañana mismo en un medio de comunicación sin avergonzarme, cosa de la que no pueden presumir muchos de los dirigentes de AIS-CC ni sus secuaces, y yo y los que me leen saben que lo que digo es cierto. Sé que salen cosas en medios insultantes. Pero esas no me avergüezan porque son mentiras. Más bien deben avergonzar a quienes las dicen o las publican, y a quienes provocan que se digan o pagan para eso. Eso sí que es vergonzoso.
Y por último, el anónimo comunicante dice que cuento el episodio "para quedar bien". ¿De verdad alguien cree que con esta conducta violenta propiciada por AIS-CC alguien en el pueblo queda bien?. Yo, por lo menos, quedo avergonzada, y no me gusta que estos personajes empañen la imagen del pueblo. Pero el consuelo es fácil: el 2011 llega....