SOBRE ROMERÍAS

Sobre la significación de una romería

Según la Wikipedia, la palabra romería viene de romero (en latín romarius) , esto es, viene de Roma, para hacer referencia a los peregrinos que viajaban a roma, meca del cristianismo. Otra acepción latina que tiene que ver con el término es romaeus, que significa peregrino.
Las romerías son fiestas católicas que consisten en un viaje o peregrinación (en carros engalanados, a caballo o a pie) que se dirige al santuario o ermita de una Virgen o un santo patrón del lugar, situada normalmente en un paraje campestre o de montaña. A veces no es necesario que sea todo un viaje, sino que la fiesta dure todo un día, una mañana o una tarde.

Es decir, hay que partir de la base de que se pretende hacer una celebración católica, por lo que nunca puede ser ajena a la jerarquía eclesiástica. Primer gran fallo de la "nueva" romería de San José. No sólo nace al margen de la Iglesia, sino enfrentada con ella, lo que es un error de quien o quienes se jactan de concordia, unidad etc, en sus alocuciones en los programas de las fiestas (don Manuel dixit).
Desde luego, en mi idea de realización de eventos está antes que nada la concordia, la negociación y el acuerdo. Todo lo contrario a la imposición, la fuerza y el enfrentamiento que ha propiciado AIS-CC con las jerarquías eclesiásticas.

Sobre las tradiciones
Dice certeramente un comunicante que las tradiciones se construyen. Nada que objetar, antes bien, alabo la idea de aquella comisión de fiestas que tuvo la idea de honrar al santo con una romería. Pero crear una tradición no puede ser nunca partiendo de un enfrentamiento ni haciendo desparecer o diluirse tradiciones más antiguas. El árbol que no tiene raíces no echa frutos, y nuestras raíces han venido siendo adulteradas y conculcadas por un grupo de desgobierno que no ha sabido conducir ni liderar estas iniciativas, para hacerlas felices y afortunadas. Romería sí, pero recuperando y conservando lo tradicional. ¿Qué se hizo de la tradicional bendición de los animales por el santo? ¿Y el ornato de la ermita con frutos de la tierra, que fue de él? ¿A nadie se le ocurrió que lo nuevo potenciara lo antiguo? ¿Por qué no aprovechar la recuperada tradición de montar a caballo, que fue siempre una gala de la zona, para incorporarlo a la romería como identidad propia? ¿Por qué no contar con las personas mayores, que recuerdan las tradiciones para recrearlas?
Desde luego, yo si lo hubiera hecho, en el concepto que tengo de cultura tradicional y de recuperación y fomento de las tradiciones.

Sobre la romería en sí misma
Una parte de las romerías tiene que ver con la imitación, por parte de las clases acomodadas, de la conducta, forma de vestir y comer de las clases populares. Así nació, por ejemplo, el traje típico de La Orotava. Decir que el precio de las carretas, por mucho grupo que las acompañe, es prohibitivo para la gente más humilde del pueblo no es desvelar nada nuevo. No hablamos de los políticos que cobran del ayuntamiento, de los que medran a su alrededor o ganan pingües beneficios también con estos eventos, sino de la gente normal, trabajadora, en un momento en que llegar a fin de mes se ha convertido en una proeza para muchos vecinos. El dinero que se emplea en algunas cosas superfluas podría ir a cofinanciar la oferta de tapas típicas a precios populares, lo que también contribuiría a atraer a visitantes. Por supuesto, con suministradores del pueblo, y contando con todos, no sólo con los amigos.

Así que sí a la romería, pero con cabeza. Que parece que es lo que le falta a estos desgobernantes.