¡RÍANSE, HÁGANSE Y HAGANNOS ESE FAVOR!

Ayer ví completo el programa "La Traquina", de Mírame TV. Casi nunca tengo tiempo, pero ayer me tocaba quedarme con mi madre y aproveché para conectarme vía Internet con Mírame, porque en aquella zona no se ve bien.
Me sorprendió el enorme número de críticas de la romería, pero eso merece otra entradilla.
Pero significativamente me llamó la atención que, pese a que hay mensajes "afines" al grupo de desgobierno, mucho más de la mitad eran mensajes críticos a la política local. Entre los "afines" sólo descalificaciones hacia mí, como siempre. Incluso a sabiendas de que nos habían amenazado públicamente a los socialistas por si acudíamos a la romería, llamaba la atención la burla sobre el hecho de que no acudiéramos. Era tan personal e insistente el mensaje contra mí que ricardo, el presentador, hizo un alto y dijo que le sorprendía que, siendo como soy concejala en la oposición, la inquina sea tal que haya un tema persistente, que me vaya, o insultarme. Y añadió, porque me conoce: "Como Fidela es una mujer con gran sentido del humor, supongo que si nos ve (que lo estaba viendo) estará riéndose a mandíbula batiente de estos mensajes". Ricardo no dijo nada más que esto, pero inmediatamente entró un mensaje de alguien muy enfadado que le decía que no opinara de San Juan de la Rambla, que no sabía nada, y que no debía hablar. No había hablado de San Juan, sólo de mí, y diciendo algo que es verdad: que tengo sentido del humor y que ese sentido del humor me permite sobrevivir a los ataques continuados a que soy sometida.
Así que, a los que se enfadan, a los que me odian, a los que no soportan que me mencionen en un medio de comunicación destacando una de mis características, yo les recomendaría que se relajaran, y que, como yo, practicaran la risa como terapia. Porque no debe ser bueno estar siempre emberrinchado, pendiente de si la socialista dice o no dice, entra o sale, habla o no habla, y enfadándose por eso. No es bueno para la salud, no señor.
Un médico inglés del siglo XVII dijo: "la llegada de un buen payaso al pueblo hace más por la salud de sus habitantes que 20 burros cargados de fármacos". Eso lo sabemos muchos que nos dedicamos a reirnos mucho, que le sacamos punta hasta a nuestras características, porque no hay nada mejor para ganar autoestima que reirse de los propios defectos. Por eso mi hijo, el artista, reivindica, entre todas sus ocupaciones, la de ser payaso. Es magnífico para él y para los que participan con él del espectáculo. Que casi siempre son niños, porque los niños conservan mejor que los adultos la capacidad de reir.
A la edad de entrar en guardería, los niños se ríen unas 300 veces al día, mientras que los adultos se ríen una media de unas 17 veces al día (mujeres y hombres ríen por igual, pero de cosas diferentes)
Reir es sano y el sentido del humor influye en nuestra salud de diferentes formas. El humor estimula la risa y, como resultado, reduce el estrés y estimula la producción de agentes inmunológicos que son anticuerpos que combaten las infecciones. Por eso, que es una verdad ya contrastada, se está empleando como terapia la risa en pacientes hospitalarios. Las personas que sienten de forma crónica emociones estresantes, como la rabia, depresión o ansiedad, sufren un impacto negativo en su salud debido a dichas emociones. Las personas crónicamente enfadadas y hostiles tienen un riesgo de 4 a 5 veces mayor de tener un ataque cardíaco que el resto de las personas. Quienes tiene una actitud negativa y pesimista hacia la vida son más susceptibles a padecer enfermedades habituales como resfriados y problemas digestivos. Las épocas en que mi salud se ha resentido coinciden con las épocas en que no he podido reirme, porque emocionalmente he estado en baja forma.

La risa produce una estimulación que es a la vez relajante. La risa estimula las endorfinas, que son los analgésicos naturales de nuestro cuerpo, aumentando la tolerancia al dolor.

Pero la risa no sólo nos proporciona una estimulación fisiológica sino también nos proporciona una experiencia emocional satisfactoria. Si una persona está deprimida o enfadada y alguien la hace reír con algún comentario gracioso, su estado de ánimo cambia inmediatamente y la ira o depresión se desvanecen, al menos momentáneamente. Por eso el sentido del humor es una poderosa arma para utilizar en los momentos difíciles de nuestras vidas.

El humor es también una experiencia social, nos ayuda a sentirnos más relajados con los demás, fomenta la sensación de unidad y pertenencia al grupo y reduce los sentimientos de soledad o aislamiento. Cuando te ríes con otra persona te sientes más unida a ella.

También el sentido del humor supone creatividad e ingenio, implica un modo de ver las cosas diferente, absurdo y burlesco, que acaba con el exceso de seriedad con el que demasiadas veces afrontamos la vida. Nos ayuda a ver las cosas desde diferentes perspectivas. Por tanto, estimula nuestra creatividad. La creatividad y el humor son idénticos porque ambos implican poner juntas dos cosas que no tienen una conexión obvia y crear una relación. Por tanto, el sentido del humor es un modo de pensar e interpretar la vida.

Las personas estresadas que tienen un gran sentido del humor se vuelven menos ansiosas y deprimidas que aquellas en las que el sentido del humor está menos desarrollado. Las personas que utilizan el sentido del humor como un mecanismo de afrontar los problemas tienen más posibilidades de tener un estado de ánimo positivo y más posibilidades de resolver con éxito los problemas.

Por todo ello, desde hace mucho tiempo estoy convencida de que cultivar el sentido del humor a lo largo del día es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud. En cada cosa que hagamos, incluso estando solos, podemos encontrar algo gracioso si estamos predispuestos a ello.

Pero para sentir los beneficios del sentido del humor, obviamente hay que tener primero sentido del humor. Algunas personas parecen tener más que otras y son las que más se benefician de sus efectos. Pero eso no significa que si hasta ahora no has tenido mucho sentido del humor no puedas empezar a tenerlo si te lo propones. Lo primero que has de hacer es preguntarte por qué hasta ahora has tenido tan poco sentido del humor. No tenerlo significa, aparte de que tal vez se tiende a tomar la vida demasiado en serio y no se permite uno mismo bromear con cosas "serias", el hecho de que se tiene determinados sentimientos negativos (envidia, odio, miedo, complejos) y uno no ha podido liberarse de ellos. A veces se piensa que ya no se tiene edad para estar de broma. El día del pregón, Son 21 nos hizo reir, bailar, participar a todas las personas que estábamos en la plaza de San José. A todas, menos a los miembros del grupo de gobierno. Yo no entendía como estaban tan serios, cómo resistían el no cantar, palmear, gozar con aquellas personas que nos lo estaban haciendo pasar tan bien.
En cualquier caso, yo les recomiendo, a ellos y a sus seguidores, sobre todo al del mensajito de anoche, que recobren el sentido del humor, que lo disfruten. La vida será más amable para ustedes, pero también para nosotros, los que los "sufrimos". No desearán empujar, ni insultar, ni nada de nada.

Les recomiendo, asimismo, que se rían de sí mismos. Reírse de uno mismo es quizás el modo más terapéutico del humor. La risa, en sí misma es beneficiosa por sus efectos fisiológicos, pero la risa que nos beneficia emocionalmente es la que nos ayuda a ver nuestros problemas desde diferentes perspectivas y a no ser tan trágicos. Por tanto, observen su vida, sus problemas, su situación, sus defectos, su mala suerte y traten de hacer un chiste con ellos. Pero no utilicen esta estrategia para evadirse o huir, sino para normalizar su estado de ánimo y sentirse mejor para así poder buscar soluciones efectivas a dichos problemas.

Rodéense de personas con sentido del humor. Compartan con ellos las historias humorísticas que conocen; eso las hará incluso más divertidas. Yo tengo la suerte de tener a mis dos hijos, ambos con un magnífico sentido del humor, y a mi hermana, que siempre lo tuvo también y los enseñó a ellos, de pequeños, a tenerlo. Gracias a los tres por aportármelo, pese a que soy menos "chistosa" que ellos. pero también gracias a algunos de mis colaboradores más directos directos e inestimables en el partido que tienen un magnífico sentido del humor, entre los que voy a destacar, porque es el mejor, a Cristóbal. Los momentos más hilarantes y divertidos que hemos pasado en la sede se los debemos a Cristóbal, a quien no le agradeceremos nunca bastante lo bien que nos lo hace pasar, dentro del trabajo habitual político que nos ocupa. Y no habla de nadie, se ríe en general de nosotros mismos, de sí mismo. Eso lo hace más grande, si cabe. Gracias, Cristóbal, por darnos tu sentido del humor, que es tanto como decir, gracias por cuidar nuestra salud, tanto mental como física.