lunes, 27 de octubre de 2014

LA TRANSPARENCIA Y LA EQUIDISTANCIA

Mira que me he prometido hablar en positivo, como parece que quieren los que se mueven en la equidistancia, metiendo en el mismo saco a verdugos y víctimas. Pero la detención hoy de un montón de personas destacadas del PP (y van…) me hacen reflexionar sobre el cinismo y la hipocresía exagerada del PP y de sus socios, quienes se han convertido en un esperpento cotidiano que forma parte de la historia de la infamia de nuestro país. Mientras hablan de  que son los que más están luchando contra la corrupción, intentan tapar lo que ya ha salido a la luz, como su financiación ilegal, que consistía en captar y aceptar sobornos, que servían para nutrir la caja B del partido que permitía tanto pagar sus campañas electorales y los sobresueldos a sus altos cargos, como el enriquecimiento ilícito de sus dirigentes más avezados. También utilizan todo tipo de estrategias tanto para manipular la información como para impedir el desarrollo de una justicia efectiva e independiente,  ahogando su financiación, para mantenerla sin recursos materiales y humanos, e  imponiendo a los cargos principales en los Tribunales Superiores tanto a nivel autonómico y estatal, o nombran a fiscales que acaban actuando como abogados de los imputados, mientras que se persigue, difama y expulsa de la carrera judicial a aquellos que atacan sus intereses.
Y mientras se habla de fraude por millones y millones de euros, los que hablaban de la “tramparencia”, algunos de ellos condenados y/o imputados, paralizaron varios meses la intervención municipal, para hallar que se le indemnizó a un medianero octogenario un dinero (4000 euros) que por venganza no le pagó el ayuntamiento e ir corriendo con eso a la fiscalía. Y paralelamente, los abanderados de la transparencia se han negado reiteradamente a facilitar información sobre cómo han gastado y gastan el dinero público durante estos dos años, tanto en la caja fija como en los contratos, así como de los procedimientos judiciales por morosidad y otras indemnizaciones que tienen caminando y que van perdiendo.

Pues eso, que no hablar de lo que está mal, sólo sirve para vivir en la inopia, pero  no ayuda a la transparencia ni a vivir mejor. Y  los adalides de la equidistancia que pretenden presentarse a las elecciones locales, mejor harían ocupándose de los asuntos domésticos, porque alguna vez tendrán que definirse y definir como van a arreglarlos. Pero entretanto, son cómplices por omisión. O sea, menos lecciones y más trabajar en lo que dicen que quieren trabajar.

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