Todos los exilios de
todas las guerras son iguales. Personas desesperadas, hombres, mujeres,
ancianos, niños, incluso personas con discapacidad, que huyen empujados por el
miedo físico o psicológico de las consecuencias de una guerra de la que son las
víctimas inocentes. Una población civil que no tiene responsabilidades
políticas ni militares, que sólo son personas que huyen para que sus hijos conozcan la paz, para
encontrarse con familiares, para esperar a que la normalidad les permita volver
a su territorio….Huidas masivas que conllevan una serie de
elementos desgarradores entre los cuales las mafias que comercian con las más
básicas necesidades, los bombardeos, las precarias condiciones con las que enfrentan
la huida, el abandono de los enseres personales por el camino y lo que esos
enseres significan como anclaje a la propia esencia de las personas, el hambre,
la separación de las familias, el futuro incierto en no se sabe qué lugar, son
elementos que impregnan una experiencia terrible que en los exiliados marcan un
antes y un después.
Esta dramática
situación voceada por la propia prensa internacional nos sacude a todos, pero
aún más nos debe sacudir a quienes ostentamos responsabilidades públicas. Y aún
más a quienes aún conservamos la memoria viva de que también fuimos exiliados.
Por eso no es entendible que se regatee el auxilio de esos hermanos de la raza
humana que en este momento necesitan de nosotros, sus otros hermanos. Desde SJR
pretendemos ponernos a disposición del gobierno de Canarias en su propósito de
formar parte de las regiones que ya han dado un paso al frente como regiones
solidarias. Ya tenemos a parte de nuestros compañeros de corporación que han
tomado la iniciativa de manifestarse en esa línea, Esperamos que el resto
también lo haga, y que SJR, como siempre fue, como no puede ser de otra manera,
ofrezca solidaridad y ayuda humanitaria a quienes hoy nos necesitan. Porque
todos hemos sido, somos o podemos ser exiliados.
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