lunes, 3 de octubre de 2016


LOS MUY... Y LA TIA SIMPLE: PONGA UNA TIA LUPE EN SU VIDA
Hace unos años fui invitada,a una matanza de cochino en una casa particular, a donde acudían muchos miembros de una familia. Sólo conocía bien a una persona, la que me invitó, y a dos o tres circunstancialmente. Antes de acudir, mi amigo me describió a las personas con las que iba a compartir la velada. Con sus propias palabras, uno era muy inteligente; otro muy bien informado; otro, muy bien relacionado. Había algunos muy adinerados, muy bien colocados y muy divertidos. Muy buenos cocineros y muy buenos profesionales eran definiciones de otros. Y estaba la tía Lupe, a la que definió como un poco simple. "No te extrañe", me advirtió, "siempre ha sido la más infeliz de la familia. No es muy lista". Como no conocía bien a casi nadie, me ocupé de observar durante el festejo. A medida q la ingesta de comida y bebida aumentaba, pasaba lo q pasa en estos casos: alguna palabra mas alta q otra, alguien se molestaba por algo, alguna pareja comenzaba una discusión. La tía Lupe, sin notarse, iba interviniendo: una petición de ayuda oportuna q interrumpía un momento de fricción, una salida "simple", que hacía reír, una oportuna caída de un utensilio... la tía Lupe estuvo todo el día actuando de "mujer buena", intermediando en una fiesta q acabó de buen rollo, pese a los múltiples conatos de discordia q surgieron. Cuando nos fuimos, le dije a mi amigo: "No he visto a nadie con tanta inteligencia emocional como tu tía Lupe, la q califican como simple". En efecto: donde no hay una tía Lupe, habría q inventarla. Sea en una reunión familiar, en un entorno laboral o en una mesa política. A tenerlo en cuenta.

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