METERSE EN LO AJENO

Cuando yo era chica, mi abuela, que era un pozo de sabiduría, nos daba instrucciones de buen vivir cuando la ocasión se presentaba. Una de ellas era la de "no meterse en lo ajeno". Meterse en lo ajeno era lo peor que se podía hacer a un vecino. Nadie se metía en lo ajeno, era muy mal mirado. Incluso en los tiempo en que ella vivió, de profunda escasez. La regla sólo tenía una excepción, dada por el mejor vivir seguramente en tiempos de escasez. La excepción era que tú te podías meter en lo ajeno por ejemplo, para coger y comer unos higos de una higuera. Comerlos allí, nunca llevártelos. Mejor que con lo dicho, uno aprende con el ejemplo. Mi abuela nos lo repetía cada vez que tenía ocasión, pero lo ejemplificó cierta vez que la acompañé a El Tablero, donde tenía dos huertas, a despuntar viña para las cabras. Las huertas discurren de este a oeste, y en ambos flancos tenía higueras. En las del oeste, muy cerca de La Guancha, se encontraba una bandada de muchachos guancheros, encaramados y empericosados en las higueras, comiendo higos. Mi abuela los vió, les dió las buenas horas, les encomendó encarecidamente que no estropearan la fruta ni desgajaran la higuera y se puso a despuntar la viña conmigo. Los chicos, cuando acabaron su festín, se fueron.

Esto viene al caso de que estos desgobernantes, que creen que recuperan costumbres disfrazándose de guanches, no son capaces de respetar las buenas costumbres de convivencia de los antiguos, y no tienen miedo incluso de delinquir. Porque delinquir es meterse en lo ajeno. Y también prevaricar.

¿Que por qué digo esto tan duro?. Porque, mientras hacían su fiesta guanche a espaldas del resto de la población, como los antiguos caciques organizaban sus comilonas y saraos a espaldas del campesinado, se han metido y han metido a otros en un buen fregado, por meterse y mandar meter, en lo ajeno. Han comenzado, con el Fondo de Inversión Local, el plan "Zapatero", obras en un recinto que no es municipal, ni público: el parque infantil de la Rambla. El parque infantil de La Rambla está instalado en un solar anexo a la Asociación de Vecinos Rambla. El solar pertenece, según escritura pública, a la Asociación. Hace unos años ya intentaron "mamarse" (perdón por el verbo, pero los otros son demasiado suaves para la acción de estos desgobernantes) el local de la Asociación y el parquito. La Asociación tuvo que ir a tribunales para defender su propiedad, cosa que se logró. Pero estos desvergonzados persisten. Y ahora se meten en el parquito a hacer obras.

Fíjense lo que pienso:

a) Hacen obras para "mamarse" el parquito. En su momento, el alcalde visitó al subdelegado del gobierno para pedirle referencias de obras financiadas por el Estado (no las había encontrado en la Comunidad ni el Cabildo, porque no habían, fue hecho todo a expensas de los vecinos), porque, en su manera peculiar de entender las cosas, si habían recibido subvenciones, las instalaciones las podía usurpar.

b) Para obtener fondos públicos para hacer esa obra habrán tenido que decir que era un recinto público, con lo que mintieron, y mintieron a sabiendas de que era privado, por haber estado implicados en el juicio que así lo declaró.

c) Han metido al contratista en un follón, por haber estado haciendo obras en un recinto sin autorización del propietario.

d) Han comprometido gravemente la posibilidad de recibir subvenciones en planes posteriores, dada la informalidad del ayuntamiento, que miente al gobierno de la nación.

Esos son nuestros desgobernantes, que celebraban ayer su mal gobierno disfrazados de guanches y tocando el bucio.

PD: El bucio se tocaba, no hace muchas décadas, de forma burlesca, por las noches, para censurar socialmente a alguna persona. No den ideas, por favor, con sus malas acciones.