NO ES ESO, NO ES ESO: LAS COACCIONES COMO MEDIO DE EXIMIRSE DE LA PROPIA RESPONSABILIDAD

Un terreno roturado en una zona de Tenerife. Nuestro Ayuntamiento pretende, de nuevo, que los vecinos roturen sus terrenos sin poner un euro. Me lo habrán oído contar varias veces, en este blog y en los medios de comunicación, porque es de esas cosas en las que una tiene razón y el tiempo, dolorosamente, le da la razón a una. En 2006 presenté en el Cabildo una moción urgiendo un Plan de roturación de terrenos de medianías, que cumpliera con el triple objetivo de mejora del paisaje, de prevención de incendios y de incentivo para reactivar la agricultura. Plan que volví a presentar en nuestro ayuntamiento, tras de que, en agosto de 2007, el grave incendio que asoló nuestras cumbres me diera tristemente la razón. La moción fue rechazada en el Cabildo, con argumentos peregrinos, (alguno lo cuento a continuación) y en el Ayuntamiento, porque ellos ya lo iban a hacer. Y cierto es. Este Ayuntamiento ha hecho caso a pies juntillas a la difusión que Wladimiro (tras oponerse) le ha dado a mi viejo Plan, tras hacerlo suyo. Pero le ha hecho caso a su conveniencia. Y no es eso, no es eso. El Plan que propuse no es ni por asomo lo que está ejecutando este Ayuntamiento, dirigiéndose a los vecinos con amenazas y coaccionándolos, sin mover un dedo y sin poner unas perrillas para colaborar. Mi viejo Plan de roturación hacía corresponsables a las Administraciones, porque a cualquier Administración le cuesta menos prevenir los incendios que sofocarlos, y se pedía que las propias Administraciones facilitaran a los ciudadanos la limpieza de sus terrenos, bien poniendo a su disposición los medios físicos (tractor, a veces pala, y conductores), o bien promoviendo ayudas y subvenciones para que, en poco tiempo, se pudiera contratar con empresas estas labores de limpieza por los propietarios. Más formas hay, que precisamente generarían puestos de trabajo, pero no soy yo la que gobierna y ya está bien de hacerle el trabajo y darles ideas a los que no lo hacen y cobran por ello. Pues Wladimiro, en su época, por decir yo que las Administraciones debían asumir esa responsabilidad, facilitarles a los vecinos la limpieza e incluso limpiar de oficio aquellos terrenos cuyos propietarios no lo hicieran (porque están fuera, son muy mayores para ocuparse o están ilocalizables) me acusó de querer hacer una reforma agraria encubierta. Cómo cambia la gente, es lo que pensé. Esto lo dice el viejo comunista del que muchos aprendimos en su momento. Pues els la misma persona que achaca de todos los males a los habitantes de la isla (excluyéndose a él y a los suyos, claro está), y, sin embargo, no dice nada de las coacciones que su ayuntamiento preferido realiza sobre los vecinos. Digo y repito. Hay, efectivamente, que limpiar los terrenos. Pero el ayuntamiento, en lugar de amenazar, debía poner medios a disposición de los vecinos para que esta limpieza se hiciera, se hiciera bien, y no fuera gravosa a los vecinos. Todo lo demás es actuar con la prepotencia de quien se considera intocable porque detenta el poder y lo usa a base de decretos Y no es eso, no es eso. No se hacen las cosas así, con ordeno y mando, entre otras razones porque hay crisis y porque obligan a los vecinos a hacer algo que les va a costar dinero sin darles ninguna ayuda. Y no les dan ninguna ayuda, precisamente, aquellos quienes no sólo pueden ayudar, sino que deben ayudar. Porque va en el sueldo y cobran una pasta gansa al mes, tanto como 30.000 euros entre todos, dinero que no se justifica precisamente por su diligencia, sino por todo lo contrario. Como la agricultura, que la tienen abandonada y luego vienen con amenacitas. Y no olvidemos el turbio asunto de las ayudas para roturación del año pasado, dinero y ayudas que no se sabe quienes fueron beneficiarios y quienes se embolsaron el dinero del Cabildo. Como tampoco se sabe nada de la comprobación que hizo el Cabildo de esos dineros y cómo alguno se salvó por ser amigo de Wladimiro. A ver si algún día lo cuentan. A ver.