Un municipio de escasos 5000
habitantes con dos bandas de música (y muchas asociaciones musicales) es todo
un lujo y un privilegio para quienes amamos a nuestro pueblo y también amamos
la música, no sólo por ser una de las artes clásicas, sino porque genera una
importante formación ciudadana. Hoy nuestras dos bandas nos deleitaron con su
mejor hacer en forma de tradicional concierto de Navidad. Briosa la Alcaraván e
inmensa la XIX de Marzo, ambas dejaron una profunda emoción en quienes las
escuchamos. Auditorios a desbordar, como nunca antes, porque tiempo hubo en que
a las bandas íbamos escasos asistentes, más bien familiares y personas
allegadas. Afortunadamente ese tiempo ha pasado a la historia por variadas
circunstancias, y muchos de los que no asistían o programaban contra-actos a
los conciertos de bandas, ahora asisten como si siempre o hubieran hecho.
Bienvenida sea esa reconversión. Hasta el evangelio habla de la aceptación del
hijo pródigo. Pero quiero centrarme en el espectáculo al que acabo de asistir
esta tarde en San José. Desde hace mucho tiempo he tenido conversaciones con mi compañero Ezequiel, que como saben toca
la tuba en la XIX de Marzo, sobre una meta educativa que se me antojaba
beneficiosa para cualquier comunidad, y, por supuesto, que ambicionaba verla
plasmada en SJR. Me refiero a algo que muchas veces he compartido en la red, el
método educativo venezolano denominado “El Sistema” y los magníficos resultados
en forma de orquestas juveniles que ha dado en el país hermano y que se han
exportado a EEUU y, recientemente, a nuestro país. ¿A qué se denomina El Sistema?
Esa denominación es la simplificación de la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las
Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), que es un programa de educación musical, que originalmente
se llamó Acción Social para la Música. Fue creado ese germen en Venezuela en
1975 por el economista y músico venezolano José Antonio Abreu, que se convirtió en su director. Veinte años más
tarde, Abreu fue designado por la Unesco como Embajador Especial para el
desarrollo de una Red Global de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles y
también como representante especial para el desarrollo de la red de orquestas
en el marco del «Movimiento Mundial de Orquestas y Coros Juveniles e
Infantiles». Su red de 120 orquestas juveniles y 60 orquestas infantiles, con
un número de aproximadamente 350.000 jóvenes, más adelante estuvo bajo la
supervisión del Ministerio de Familia, Salud y Deportes venezolano. Como El
Sistema, su meta es usar la música para la protección de la niñez por medio del
entrenamiento, rehabilitación y prevención del comportamiento criminal. El
programa es conocido por rescatar a gente joven en circunstancias
extremadamente empobrecidas del ambiente de abuso de drogas y el crimen en el
que de otra manera ellos probablemente serían arrastrados. Participantes del
programa que han comenzado carreras internacionales incluyen a Gustavo Dudamel
y Edicson Ruiz. La organización incluye también talleres para niños y jóvenes,
en los que aprenden a construir y reparar instrumentos y programas especiales
para chicos con discapacidades o dificultades de aprendizaje, como el Coro de
Manos Blancas, compuesto por niños sordos. La FESNOJIV presta asistencia
técnica y organizativa a todas las escuelas públicas que solicitan su
integración en el sistema musical y se apoya en las asociaciones de vecinos, de
padres, ayuntamientos y representaciones institucionales para facilitarles los
locales de ensayo o los instrumentos musicales necesarios. Ha sido producida
una película documental sobre El Sistema, intitulada «Tocar y Luchar» que
alguna vez he colgado en la red y que recomiendo vivamente. Un importante producto de El Sistema es la
Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, que hizo su debut en el Carnegie Hall en
2007, bajo la batuta de Dudamel, recibiendo entusiastas reseñas. Con el
crecimiento de músicos de alta calidad se ha creado una segunda orquesta
llamada por el momento Orquesta Sinfónica Teresa Carreño.
Esta larga introducción es para
decir que esta tarde-noche, y de forma paralela a mis largas conversaciones con
Ezequiel, he visto plasmado El Sistema en el trabajo magnífica que la XIX de
Marzo viene haciendo con la cantera de niños y niñas. Como El sistema, se ha
apoyado en la magnífica colaboración de la asociación, hoy hablaron incluso del
empresariado y otras agrupaciones musicales y en los padres y madres para
obtener el magnífica resultado con niños y niñas de corta edad que nos
ofrecieron un magnífico repertorio que nos encandiló a todos. Mi sueño casi hecho
realidad: El Sistema, un sistema particular debido al entusiasmo de muchas
personas, está cogiendo forma en SJR a
través de la Banda, la Banda juvenil y los músicos, consolidados o incipientes,
de la Academia. Larga vida y cuidado extremo con un modelo que se está
revelando como magnífico, es lo que les deseo. ¿Y por qué hablo de los Abreus? Nada es casualidad. O sí. Abreu es el primer y
más joven músico que hoy interpretó una obra de percusión, y también es el
apellido de su profesor, como es el apellido del creador de El sistema de
Venezuela. Pero podría hablar de Ruiz, como es el apellido de uno de los
participantes del Sistema venezolano que hoy en dia ha emprendido una carrera
internacional, y que es otro apellido de nuestro pueblo. O de Domínguez, o de
Hernández, Pérez o de León, como es el apellido del director de la banda, a la
que felicito efusivamente. Cualquiera de esos apellidos, aparte de apelar
a nuestra ascendencia portuguesa, que creo que nos ha hecho especialmente
sensibles con la música, viene a demostrar, a través de la música, nuestra
vocación de trabajo, y de trabajo compartido, que trasforma cualquier labor en el
más efectivo de los trabajos. Y en el caso de la música, el más placentero.
¡¡¡Gracias a todos y todas por el esfuerzo compartido con todos nosotros!!!
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