lunes, 8 de septiembre de 2014

COMO ENTENDEMOS LOS SOCIALISTAS RAMBLEROS LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA

La política con mayúsculas significa, también,  la participación ciudadana. La forma en que los ciudadanos participan en el gobierno define una política con mayúsculas o sólo justifican la palabra democracia. A nuestro entender, la participación ciudadana  es el factor fundamental para un desarrollo democrático sostenible, y es el elemento fundamental para que  el sistema democrático pueda definirse como representativo y participativo. La definición de democracia enfatiza el que la soberanía reside en el pueblo, y que en ella participan la mayoría de los ciudadanos y no unos cuantos, es decir, aparenta trascender el modelo antiguo de democracia ligada al gobierno de la aristocracia e, incluso, al formato del despotismo ilustrado de “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. La democracia actual parece bascular entre dos formas de participar: la directa y la representativa, que se plantean erróneamente, a nuestro entender, de forma excluyente,  como antagónicas, siendo, como son, perfectamente compatibles. La democracia directa, por medio de las votaciones y por medio de asambleas, y la democracia representativa, es decir, el decidir través de las elecciones de los representantes de la ciudadanía, son perfectamente compatibles y, además, con igual grado de representatividad. Sólo hay que dotar de entidad y representatividad a las primeras, es decir, no vale sólo con reunir a los ciudadanos en asamblea, de forma que sólo sean escuchados por quienes luego van a tomar las decisiones. Es la representatividad de esas decisiones y cómo son llevadas a las instituciones que toman tales decisiones la clave.
La participación como concepto indica la inclusión, en las decisiones de gobierno de opiniones y perspectivas ciudadanas, de las agrupaciones sociales que conforman la sociedad en su conjunto, con el fin de solucionar problemas de la sociedad. La participación así entendida trasciende el mero hecho de las elecciones cada cuatro años como modo de oir a los ciudadanos y pretender que esos mismos ciudadanos den carta blanca a los representantes elegidos durante el período inter-elecciones. Así lo hemos entendido nosotros, que nada más tomar el gobierno municipal, comenzamos la ardua tarea de consensuar, por medio de la consulta ciudadana, un modelo de participación donde todos y todas, por zonas a través de los consejos vecinales, por sectores, a través de los consejos sectoriales y en su globalidad, a través del consejo de la villa donde todos los anteriores están representados, tienen voz ante quienes gobiernan en cada momento. También voz individual ante el máximo órgano de representación, el Pleno, a través de la posibilidad reglamentada de intervenir, al igual que los representantes políticos, en el órgano de representación popular. Entendimos así el concepto de participación mediante órganos representativos, que reúnen a personas con intereses comunes para compartir opiniones y tomar acuerdos de manera conjunta en asuntos públicos de índole política, económica y/o social. Entendimos y creímos que era nuestra obligación entender y canalizar la participación ciudadana, no sólo  por medio de  asambleas, sino sobre todo que esa participación se plasmara en propuestas para la toma de decisiones a través de órganos reglamentados que tuvieran entidad jurídica propia, y, por lo tanto, hablar de participación ciudadana como un factor fundamental para una participación sostenible y como elemento fundamental para fortalecer el sistema democrático representativo y participativo, encaminado para consolidar la reforma, el afianzamiento y la extensión delas instituciones democráticas  y los procesos de descentralización de las mismas. Nuestro modelo no se basa sólo en la extensión de la representatividad ciudadana, sino que los propios órganos de participación actúan como elementos de formación política y democrática, por cuanto  la democracia, a medida que se nutre de la participación de los ciudadanos, lleva implícita la formación en el ejercicio democrático de los mismos, dando lugar con su participación a que cada vez la propia participación y los procesos democráticos sean de mejor calidad, de lo que al final se beneficia la sociedad en su conjunto.
Por eso nuestra apuesta decidida desde siempre ha sido la participación ciudadana de manera conjunta con la democracia representativa a través de las urnas. Qué pena que los que nos sustituyeron no lo entendieran así. Y qué pena que haya quienes se conformen con asambleas cuyas decisiones al final no se sabe quién las asume, porque nada obliga a los cargos electos a respetarlas. Seguiremos trabajando para que la voz de todos y todas sea importante. Se nos va la sanidad democrática en ello.


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