sábado, 2 de agosto de 2008

IGUALDAD ANTE LA LEY

Artículo 14. Igualdad ante la ley

Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.


Este artículo de nuestra Constitución es la base de los derechos humanos, y figura, igual o con ligeras variaciones, en todos los textos que tienen que ver con derechos humanos, legales o no, derechos fundamentales y Constituciones.
La igualdad ante la ley no ha sido observada por nuestro grupo de desgobierno en cuanto a la razón de nacimiento. Aparte de los ataques hacia mí misma (cierto es que nací en Santa Cruz, a orillas del Barranco de Santos, porque mi madre tuvo un embarazo y parto muy complicado y se puso de parto en una visita al médico). Nací en casa de mi tía Fidela (q.e.p,d.), casada con mi tío Felipe Reyes(q.e.p.d., también). Mi tía, de los Velázquez de La Guancha de Abajo; mi tío Felipe, de los Reyes de San José. Mi tío Felipe, guardia municipal en Santa Cruz, era un santo varón. Tenía fama de no multar jamás a nadie, tan bueno era. La casa de ambos, al borde del Barranco de Santos, en el Barrio de la Salud, era el consulado de San José en Santa Cruz. No había persona de San José o de La Guancha que en algún momento no hubiera pasado por ella, comido en ella o quedado en ella. Por la relación familiar y esa hospitalidad es por lo que mi madre, como me gusta contar, "me nació" en Santa Cruz, en casa de mis tíos Felipe y Fidela. Sirvan estas líneas de pequeño homenaje a ambos, agradecimiento en el que alguna vez, en algún foro más personal, abundaré. Con pocos días me retornó a la casa familiar del Lomo de La Guancha, donde transcurrió mi infancia.
Si no me han respetado por mi lugar de nacimiento, tampoco respetarán a nadie más. Casi todos nuestros niños han nacido en El Puerto o en La Laguna (porque los centros hospitalarios allí están). ¿Son menos rambleros por eso?. Muchos de nuestros vecinos nacieron en Venezuela. Por lo de la emigración, señores desgobernantes. ¿Son menos rambleros?. ¿Y los que han venido de fuera y han elegido el municipio como lugar de residencia?
Pero peor que eso es la discriminación de los vecinos por si son de arriba o abajo. Todos sabemos como se las han gastado, castigando a la gente por ser de un determinado lugar del municipio. Incluso calificándolos de caciques (ver hemeroteca, con declaraciones del señor alcalde).
De la discriminación por razón de sexo voy bien servida. Desde luego, sostengo con buen criterio la teoría de que gran parte de las diatribas que contra mí vierten los desgobernantes no son por mor de mi ideología (que lo son), sino más por mi condición de mujer. Y de mujer con unas características que les resultan insoportables: libertad, independencia, trabajo, valor, voluntad. No pueden soportarlo. Es terrible la falta de consideración en que tienen a las mujeres, incluso de su propio grupo político.
La discriminación social o personal se puede ver cada vez que derechos tales como la atención a las personas mayores o con dependencia son usados como moneda de cambio, sin criterios razonables de prioridad.
La discriminación en razón a las opiniones están a la vista. No se les puede toser. Aquel que ose hacerlo, recibirá el castigo que le corresponde, negándole el pan y la sal. Eso ha marcado un auténtico régimen de terror en el pueblo, donde la gente no se atreve a opinar según con quién y dónde. Y ¡ay de aquel que lo haga! Ahí estará don Marcos, recordándole que pida, solicite, requiera, a otros lo que vaya a pedir al ayuntamiento. Porque ya que piensa distinto, no puede, no debe, usar los servicios públicos, que si le son dados, es una suerte de favor personal que graciosamente ofrecen los ediles del grupo de desgobierno. ¿Verdad, don Marcos?.

Así que el artículo 14, como vemos, contumazmente conculcado por nuestros desgobernantes.
Seguiremos.

No hay comentarios: