domingo, 17 de noviembre de 2013

FRANCISCO AFONSO CARRILLO: VEINTINUEVE AÑOS DE HISTORIA EN LA EDUCACION RAMBLERA

Este año se cumplen 29 años de la inauguración del Francisco Afonso Carrillo. Este centro cubrió las aspiraciones de las dos terceras partes de la población de San Juan de la Rambla, la de medianías, de ser escolarizada, de escolarizar a sus hijos e hijas dentro del término municipal.
Tenemos, para entender el profundo significado de la construcción del Francisco Afonso, que remontarnos a la dictadura. Las leyes educativas franquistas propiciaban una educación sesgada, a favor de los pudientes y de las clases medias en el caso de cercanía a los centros escolares de Enseñanzas Medias, que estaban en poblaciones capitalinas. Las clases medias y trabajadoras de las zonas rurales no tenían, pues, acceso igualitario a la educación. Muchos cerebros importantes de nuestro municipio, por ejemplo, dejaron de enriquecer a la sociedad. La Ley General de Educación corrigió eso. Gestada después de un Libro Blanco realizada a finales de la década de los 60 del siglo pasado, era la exigencia del Banco Mundial para conceder créditos al gobierno de Franco, en la primera etapa del desarrollo español, en la época en que se nos denominaba país en vías de desarrollo. Para dar ese crédito, los organismos internacionales verificaron muchos aspectos de la situación de España, detectando como el más grave obstáculo para el desarrollo del país las enormes desigualdades educativas a corregir.  Recordemos que La ley de 1970, Ley Villar o Ley General de Educación propicia una red de centro escolares, los denominados del Plan de Urgencia, para acoger enseñanzas graduadas (curso a curso) hasta los 14 años. No existía red, y hubo de ser establecido un plan para construir los colegios "de urgencia". De ahí su nombre. Cayeron donde cayeron (en la comarca, en San Juan Casco y en La Guancha). La población de medianías de SJR inicialmente fue acogida en el de San Juan, pero luego, por cercanía, acudió al de La Guancha. Concentrados en un municipio ajeno y prematuramente sacados de su entorno, estos escolares coincidieron en el tiempo con la masiva afluencia de escolares a los centros, producto del boom de la natalidad de los 70. A las concentraciones escolares masivas y de extrañamiento del entorno se añadió la doble (y a veces hasta triple) ocupación de las aulas por ese boom. Con lo cual los escolares estaban escolarizados en plazas escolares compartidas por otros escolares (de manera similar a la teoría de las “camas calientes” de los inmigrantes, podríamos hablar de los “pupitres calientes” de la época).
Tuvo que llegar al gobierno autónomo el primer gobierno socialista, presidido por Jerónimo Saavedra, con Luis Balbuena de consejero de Educación y con Ramón Álvarez Braun, como Director General de Infraestructura Educativa para hacer verdad, por primera vez en Canarias, la realidad de que cada escolar tuviera su puesto escolar propio, y se hizo ejemplarmente y con una velocidad que ya nos gustaría en la actualidad.  Ramón, maestro de maestros, a quien siempre le dije que debía formar con su concepto de socialismo a los jóvenes y que hablara donde hablara yo llevaría a mis hijos fue un caballero de la política, un  hombre machadianamente bueno, con barba krausista, un hombre que combinó la  fiel expresión de la honestidad intelectual y de la honradez humana. Esa honestidad entre dos grandes, Luis Balbuena y Ramón Álvarez, combinada con la diligencia del alcalde a la sazón, el socialista don José Hernández, hizo realidad el sueño de nuestra gente. La celeridad quedó demostrada en el hecho de que el equipo de la consejería toma posesión en mayo de 1983 y el 24 de diciembre de 1984 se inaugura oficialmente, como un extraordinario regalo de Navidad, el Francisco Afonso Carrillo. Las clases habían comenzado unos meses antes, casi desde el comienzo del curso escolar, gracias a la diligencia de profesorado, madres y alumnas mayores que colaboraron en la limpieza y adecuación del centro, para comenzar a usarlo sin dilación, pese a que faltaban algunos remates de las obras.  Ramón siempre dijo, conmovido y emocionado, con aquella voz profunda y seria que le caracterizaba, cuando hablaba conmigo de la época, que durante la obra y la inauguración, que “el pueblo estaba con nosotros”. Y así era y así fue siempre con nuestro pueblo, generoso y entregado.

El día de la inauguración estaba el alcalde a la sazón, D. José Hernández, la que después lo sustituyó, la también alcaldesa socialista Conchita Pérez Santo Tomás y el que fue concejal socialista y su primer director, Carlos Quintana y el profesor don Monsis (Agustín R. Hernández Fuentes) que es historia, también, de nuestra educación por su larga actividad docente en nuestro municipio. También los cargos mencionados de la Consejería. Y todo el pueblo. La ocasión no era para menos. El nombre fue un merecido homenaje a quien, desde esta comarca del norte, concretamente desde el Puerto de la Cruz, murió ejemplarmente en acto de servicio, y nos sobrecogió con su muerte a todos. Francisco Bello, hermanode Antonio, nuestro hijo adoptivo,  profundiza en la procedencia de Paco y afirma que procede también de SJR por una de sus ramas. Pese a ello, durante muchos años presenciamos como se pretendió quitarle el nombre al centro, afortunadamente sin éxito, los que hoy se cuelgan medallas y salen en la foto. No importa. Porque lo que toca es dar las gracias al equipo directivo y a la AMPA que han propiciado este acercamiento de los escolares a los orígenes del centro. Y honor y gloria a quienes lo hicieron posible. Sencillamente, gracias 

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