LOS JARDINES COLGANTES II, O ¿DE QUIÉN FUE LA FELIZ IDEA?

Hace unos días lo dije. Lo dije tímidamente, porque estos desgobernantes se hartan de decir que siempre estoy en contra de todo, cuando la realidad es muy otra. La realidad es que la cabeza, al tomar decisiones sobre aspectos municipales, sule brillar por su ausencia, y que, como le he dicho al alcalde, parece que hablamos idiomas distintos. Al menos, el idioma que yo hablo me obliga a reflexionar antes de gastar dinero público, y me duele ver que se toman decisiones caras, sin reflexionar y, muchas veces, fallidas, por lo que el dinero gastado no sirve para nada.

Pero vayamos al grano. Hablamos hace unos días de los jardines colgantes de la carretera TF 351, hasta el cruce con La Vera. Dí hasta cuatro razones por las que me parecía disparatado la colocación de esos jardines colgantes (algunos los llaman los balayos colgantes, ya sabemos cómo se las gasta la gente para asignar nombres). Uno de ellos era la peligrosidad ante vientos u otras circunstancias ligadas a su colocación sobre una vía insular. Y esas circunstancias se han producido. Solo frente a la sede del partido Socialista, que hayamos presenciado, se han producido dos incidentes: una jardinera enganchada y tirada por un camión (perdió todas las flores) y otra enganchada por una guagua, aunque ésta se salvó. Aparte, claro está, del problema de cómo regarlas y cómo impedir que el riego afecte a los coches que están aparcados.

Muy pronto se han dado cuenta de que han generado múltiples problemas con estos "balayos". Y hoy nos encontramos con la sorpresa de que las han virado hacia la acera. Es decir, que el problema que había respecto a los coches y al tráfico rodado, lo han desplazado a los viandantes y a las casas cercanas, que recibirán los efectos del riego en sus paredes. Y a los viandantes, ¿se les dotará de cascos protectores?... la falta de reflexión antes de tomar decisiones a veces tiene estos inconvenientes....