CUANDO SE OFENDE A UN PUEBLO II

De mis mayores aprendí que allá donde fueres, haz lo que vieres. El pueblo de San Juan de la Rambla es un pueblo noble. No ofende, no insulta. Y resulta chocante comprobar cómo, con el dinero de los rambleros, el alcalde contrata a alguien para hacer aquello que los rambleros y las rambleras rechazamos por buena crianza. Nosotros hemos pasado de la expectativa que mostramos ante su contratación en 2007 (aunque había dado el pseudo muestras de comportamiento deshonroso durante la campaña, lo atribuimos a eso, a la campaña) a la más absoluta perplejidad. ¿Cómo, nos preguntamos, el alcalde puede mantener contratado, con dinero de todos a quien hace tan mal uso de la confianza del propio cargo? Aunque, visto lo visto, al parecer, el alcalde lo usa para tener quien le haga las acciones sucias.

La primera de las perplejidades es la falta de titulación y de cualificación del pseudo. Lo entenderíamos si, como cargo de confianza, fuera hijo de San Juan de la Rambla. Es decir, fuera una persona noble y de buena crianza. Pero ni tiene titulación, ni cualificación, ni es ramblero ni tiene buena crianza. Dicen que bueno es ser lo que se quiere parecer. Pero el pseudo no ha hecho ningún esfuerzo en aprender el oficio que usurpa, ni en parecerse a los rambleros. Es decir, aprender a bien hablar y bien actuar, tal como corresponde a la buena crianza que siempre ha caracterizado a los hijos de nuestro municipio. Y ahí lo tenemos, mostrando que buen oficio es no tener ninguno: sin titulación, sin cualificación y sin tener la buena crianza que es la seña de identidad de nuestros convecinos. Tan buen oficio es no tener ninguno que le reporta, del dinero de todos, la friolera de 30.000 euros al mes. Por avergonzarnos. Y si buen hablar de boca, mucho vale y poco cuesta, este señor, con su sueldo injustificado y ofensivo para los rambleros, demuestra que nos cuesta mucho y que no vale nada.

Así que, vecinos y vecinas, buena burra hemos comprado. Nos deja mal a todos, insultando, ofendiendo y amenazando a la oposición ramblera, y haciendo irrespirable el ambiente político en el municipio. E imposible los acuerdos, tan necesarios, en temas de prioridad o urgencia, siendo que además, gratuitamente, se mete con los gobernantes de otras instituciones y otros municipios, haciendo igualmente imposible los posible acuerdos que se precisan, en ocasiones, para mejora del gobierno local. Alguien debería recordarle aquel refrán, tan repetido por mis mayores en mi infancia, que decía que buen porte y buenos modales abren puertas principales. Buen porte y buenos modales que no están entre las cosas con las que se viste este pseudo cuando sale de su casa.

Y tal vez las consideraciones anteriores le dejen frío al alcalde, porque ya, a su edad, le da lo mismo que haya o no vías de acuerdo con el resto de concejales del ayuntamiento, y le da lo mismo no llevarse bien ni tener buena imagen en otras instituciones o ayuntamientos. Pero no debería darle igual lo que está en boca de todos, que es que el que "buenas palabras le dice, a sus espaldas le maldice". Porque este pseudo, por deslenguado, olvida que todo se sabe. Y se sabe que, presuntuoso como es, va declarando ante su coro de babiecas particulares que él es el que dicta la política de AIS, que es el que dirige incluso al alcalde, que lo tiene comiendo en su mano, y que le hace más caso a él que a cualquier concejal del grupo de gobierno. Pues así le va a AIS, decimos nosotros. Ha conseguido hacer del grupo de gobierno, oposición, y a nosotros, por nuestro afán propositivo objeto incansable de sus críticas, nos ha elevado a gobierno. Si no fuera porque nos avergüenza, le daríamos las gracias al alcalde, por contratar como de confianza a alguien que, denigrándonos continuamente, nos ha prestigiado, paradójicamente.

Nosotros esperábamos otra cosa. Pensábamos que aún el alcalde tenía la cordura de sus buenos tiempos y esperábamos que de rocín hiciera caballo, en el caso del pseudo. Pero no, ha sido el pseudo el que ha ganado esta partida al alcalde, que como el propio pseudo dice, le parece tan mayor que estçá a punto de producirse un cambio de ciclo que él está intentado acelerar, y ha sido, usando el mismo símil, el pseudo el que ha hecho de caballo, rocín. O en refrán de los nuestros, en lugar de ir de albarda para silla, hemos ido de silla para albarda. Y eso ha ocurrido por no atarlo en corto, tal como algunas voces le aconsejaron al alcalde en un principio, sino dejarlo suelto. Y todos sabemos que burro suelto, del amo se ríe. En este caso, a mandíbula batiente, sin ni siquiera ocultar que el alcalde le paga para dejarlo mal, para reirse de él y para enredar a sus espaldas con el objetivo de sustituirle.

Pero visto lo visto, visto que el alcalde, además de avergonzarnos contratando con dinero de todos a alguien que ofende el sentir y la buena crianza de los rambleros, se ha hipotecado él y ha hipotecado a su partido con este individuo, lo único que pretendimos, con la moción para descontratarlo a él y mejorar con ese dinero áreas deficitarias locales como la policía y la secretaría, fue que testimonialmente quedara constancia de que ni los rambleros somos así, ni otorgamos carta de nada a este personaje lamentable que nos ha tocado pagar a todos. Porque, tal como ha hecho que camine la perrita, nos consta que, con él de amigo del alcalde, podemos esperar que burla con daño no alcance el año (para nosotros, el periodo de este mandato).

Así que agua turbia la que tenemos en este municipio, aparte de para beber, contratada para que nos represente. Y, tal como él pregona, parece cierto que buey lerdo bebe agua turbia. Y en esta ocasión, ni es lerdo el pueblo ramblero, ni es lerda la oposición socialista. Es decir, que él considera lerdo precisamente a quien le paga en nombre de todos. Y ése es quien le contrata como de confianza. Esto es, el alcalde.