El éxito de la reunión de empresarios del pasado miércoles, convocada por Tomás, mi socio de gobierno, nos sorprendió a todos, incluso a nosotros. Ochenta personas en esta convocatoria frete a un par en la última del anterior grupo de gobierno así lo atestiguan.
La empresa en nuestro municipio pasa por las mismas dificultades que en eI resto del país y me atrevería a decir que en el mundo civilizado. Pero en nuestro municipio es una situación estructural, igual que el paro, porque antes de la crisis, los empresarios, salvo los que trabajaban fuera, ya tenían dificultades. Las subvenciones a las empresas por parte del ayuntamiento se gestionaron sólo a partir de 2009, cuando el pleno extraordinario pedido por el grupo socialista, en la oposición en aquel momento, solicitó medidas extraordinarias para una situación extraordinaria, que en SJR era la que se venia padeciendo ya. Y se tomaron algunas medidas, algunas que motivaron una división en el sector y otras de tan poco calado que no mejoraron la situación. Ningún programa dedicado a mejorar la competitividad de las empresas a base de subvenciones o incentivos públicos, o para la creación o implantación de nuevas empresas en el municipio, que mejorara el mercado laboral. Ninguna medida tendente a incentivar a los artesanos y talleres artesanos para crear o mejorar los talleres existentes (de los artesanos hablaré en una entrada aparte), ninguna medida para ayudar a la implantación de sistemas de gestión o de mejora o incorporación de nuevos productos, obstáculos para la obtención de los sellos de calidad y excelencia a alguna empresa radicada en el municipio, y, sin lo anterior, para qué hablar de programas de desarrollo tecnológico para realizar proyectos de investigación industrial y desarrollo competitivo, o meramente de formación para el ejercicio profesional. Y ya no hablemos de crear líneas de mejora para la comercialización externa de los productos locales. El asociacionismo, que elimina el aislamiento y potencia las fuerzas y los recursos, fue abortado con una iniciativa que bloqueó la formación de una asociación.
Por lo tanto, la frustración por la situación precedente se reflejó en una afluencia masiva de empresarios que, lejos del pasotismo del que se les acusaba por los que anteriormente no supieron canalizar las energías y mantener al margen la política, demostraron la necesidad, voluntad y esfuerzo con el que los empresarios rambleros quieren acompañar a cualquier iniciativa que les dé los recursos necesarios para auto-organizarse y que les facilite la información y el asesoramiento para caminar, unidos, hacia una mejora sustancial de su actividad.
Resumiendo: un éxito la reunión, que se plasmará en una acción conjunta para que, por si mismos, encuentren los cauces para la mejora del tejido empresarial del municipio. La próxima cita, muy pronto: la próxima semana. El empleo y la mejora de la economía municipal depende de ello. Si por su parte hay voluntad, por la del ayuntamiento no va a quedar.
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