martes, 1 de enero de 2013

SER CALIFA EN LUGAR DEL CALIFA O EL PAREJERISMO


El pasado viernes, después del pleno, recordé la famosa historieta antigua donde uno de los protagonistas  (el visir Iznogud) quiere ser califa en lugar del califa.
La historieta llamada Iznogud es una historieta de humor francesa, ambientada en el Bagdad maravilloso de Las mil y una noches, creada por el guionista René Goscinny y el dibujante Jean Tabary.
Harún El Pussah, un personaje bonachón, muy querido por el pueblo, es el califa de Bagdad, e Iznogud es su visir. El nombre del personaje revela su carácter: es un juego de palabras con la frase inglesa "He's no good". En efecto, el objetivo del envidioso y traicionero visir no es otro que "ser califa en lugar del califa", para lo cual, ante la pasividad de Harún, se dedica a conspirar interminablemente, con la ayuda de su fiel Dilá Lará (Dilat Larath en la versión original). Los planes de Iznogud siempre fracasan y conducen a Iznogud y Dilá Lará a situaciones aparentemente sin salida. No obstante, en los siguientes episodios siempre continuaban con sus hilarantes conspiraciones como si tal cosa.
El parejerismo, la falta de comedimiento, el creerse en posesión de virtudes no existentes o conocimientos inexistentes hace que algunas personas quieran ser califas en lugar del califa. Y nos da vergüenza ajena los intentos y el ridículo consiguiente.
De todas formas, dado que hoy es primero de año, esperemos que esos personajes hagan propósito del a enmienda. Así que piensen que, pensando que el comienzo de año es momento de pro´positos de enmienda, y pese a que el viernes recordé a Iznogud, cualquier parecido con la  realidad vivida en el último pleno es mera coincidencia. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo reconocer al Iznagud....;-)

Anónimo dijo...

¿Mera coincidencia? Están más que identidficados... por sus actos los conoceréis.El propósito de la enmienda no está en sus esquemas, Doña Fidela. Eso es como pedirle a los cerdos que aprecien las perlas... (permítame mi símil).La arrogancia nunca tuvo mejores compañeros que en esta ocasión. Tiempo han tenido más que suficiente para aprender o, al menos,visionar expectante para en cualquier momento dejarse sorprender por los bonitos y entrañables acontecimientos que se van sucediendo a lo largo de este nuevo mandato. Lo que la envidioa no deja ver nunca es el cielo claro, porque delante de sus ojos siempre tendrán nubarronos que les impida ver con cierta diafanidad y esplendor. Es que incluso habiéndolo (el esplendor, la buena marcha y el buen hacer),nunca admitirán que el municipio ha cambiado las tornas para encauzarse por una nueva tarjea que nos va llevando a un nuevo entendimiento de municipio, de pueblo, de colaboración y, ¿por qué no decirlo?, hasta de un nuevo optimismo.
No, no espere más de un árbol que no da frutos. Le animo a seguir con su política colaborativa y de unidad. Dándole importancia y relevancia a quienes están haciendo bellos y prácticos trabajos por un pueblo cada vez más unificado.
Déjelos estar, Doña Fidela. No pierda más energía en los "visires" que nada aportan y que casi todo desmoronan... les falta un "quítate tú que me pongo yo". Doña Fidela, nadie da lo que no tiene y mire que con esfuerzo y gallardía se podría, pero no en este caso.
Le animo a usted y a su equipo que sigan trabajando por el municipio en la misma línea que lo llevan haciendo. hemos estado recogiendo pequeñas recompensas que si bien no han podido venir en forma pecuniaria en su totalidad, si que han venido de otra manera. Y eso sólo lo pueden ver lo ojos que ven y leen no sólo con los los ojos físicos, sino más bien con los ojos del alma.Contínúe así, Doña Fidela. Desde mi modestia y mi particular opinión creo que no lo hace nada mal. Más bien le está poniendo todo su ahínco, su trabajo, su inteligencia y seguro que hasta su piel. Por cierto ¿sigue mejor de su gripe?. Porque incluso con fiebre y enferma ha acudido a los actos de la Navidad y no ha sido capaz de coger su baja. Hay detalles que no se contabilizan, ni se valoran... En una palabra no tienen valor pecuniario. Salud, trabajo y fuerza.