jueves, 23 de enero de 2014

AIS, LA MOCIÓN DE CENSURA Y LA IRRESPONSABILIDAD E INCAPACIDAD COMPARTIDA PARA EJERCER EL GOBIERNO MUNICIPAL


Nos estamos enfrentando en SJR a uno de los dilemas clásicos de los que se consideran como ejemplo de la doble moral, la que se enuncia continuamente como discurso político y el maquiavélico comportamiento que se oculta bajo ese disfraz y pretende que lo público puede ser distinto de lo privado, que el comportamiento de un servidor público puede ser diferente en la esfera pública y en su comportamiento privado, aunque este comportamiento sea público, es decir, se exhiba en la esfera pública. Hay que decir, alto y claro, que no existe la denominada ética privada. La responsabilidad ante las consecuencias de un acto es mayor cuando se ejerce la actividad pública, por su especial trascendencia. Un cargo público se enfrenta con problemas morales que normalmente no tiene un ciudadano común. De entrada, la actividad pública debe asumir la ética de su función de representación de todos los ciudadanos, y, además, existe un carácter institucional elevado en sus capacidades decisorias. Ambas cosas, la representación y el gobierno, no le pertenecen a él como persona, sino que ha de dar cuenta ante la sociedad que le ha conferido esa representación para determinados fines sociales y políticos de la colectividad. Cuando una persona acepta un cargo público, asume obligaciones diferentes de las que el ciudadano común. La sociedad delega en ese cargo obligaciones y facultades. Asi se describe en la promesa o jura del cargo “cumplir y hacer cumplir la ley”. Esa es la realidad. Y no es sólo actuar, es prever las consecuencias de las acciones. No sólo el cargo ha de proveer de acciones, sino prever, antes, los resultados y las consecuencias, directas o indirectas, de sus decisiones para los fines de la sociedad. Frente a las malas consecuencias de sus decisiones, el cargo público no puede alegar desconocimiento o improvisar remedios. Si un cargo no tiene la capacidad de tomar todas las previsiones necesarias, no debe asumir las responsabilidades especiales de esa función.  Por eso fue tan escandaloso el hecho de la moción de censurar, potenciada/incentivada/financiada por AIS. Su portavoz, Abreu, me había dicho en agosto anterior, de la grave situación que imprimía al gobierno municipal su actual socio de gobierno y alcalde. Y yo le expliqué las herramientas de que nos habíamos provisto para controlar y garantizar la gobernabilidad (negativa a cederle la máxima responsabilidad, por el elevado riesgo que llevaba inherente y un control férreo de sus decisiones, vigilando aquellas que pudieran ser cuestionables, renunciando incluso al tiempo personal de nosotros, sus socios), y, además, para mejorar esa gobernabilidad, le insté a entrar en conversaciones para un gobierno de concentración, imprescindible a mi entender, no sólo por la situación interna aludida, sino por la grave situación social y económica del país, que se reflejaba de forma importante en SJR. Abreu rechazó el ofrecimiento porque “no podía gobernar con el señor Mesa en su situación”. Seis meses después, en el acto de irresponsabilidad política más importante realizado en SJR desde la artificial fractura social inducida con el cambio de capitalidad, y protagonizado por la misma fuerza política, AIS atentó contra la estabilidad institucional que ahora esgrime como razón para alzarse con el poder de la institución. Los resultados están ahí, sumados a la evidencia de que las dos razones esgrimidas para la moción se manifestaron como prueba de la mendacidad de los pactantes: el supuesto despilfarro se solucionó con la “austeridad” de una subida de sueldo de 100.000 euros anuales, y dos ediles más liberados y la supuesta “transparencia” consistió en el cierre de la emisora municipal, los impedimentos a la asistencia a los plenos al cambiarlos por la mañana y el bloqueo de un reglamento de participación ciudadana, el más avanzado de Canarias. Por todo ello, y frente a las razones esgrimidas de responsabilidad institucional y de que se les permita continuar realizando labores de gobierno, los socialistas decimos que esa oportunidad sólo la merecería un grupo responsable institucionalmente. Y por lo antedicho, los ediles de AIS son irresponsables, y por lo tanto, incapaces de ejercer gobierno municipal alguno. Si tuvieran un ápice de dignidad, debían pedir disculpas al pueblo de SJR y dimitir. Pero ya verán que no lo harán. Los bolsillos pesan mucho y se pretende que en año y medio pesen más.

No hay comentarios: