martes, 1 de noviembre de 2016

IZQUIERDAS DE DEFINICIÓN, DERECHAS DE ACCIÓN: LA GRAN CONTRADICCIÓN

LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA
La gran tragedia de q vuelva a gobernar el PP, aparte de lo que se repite (LOMCE, educación, ...) es lo q ha hecho con las instituciones públicas y, sobre todo, con los ayuntamientos. De un lado, la exigencia de estabilidad presupuestaria, que impide que una administración use su ahorro en inversión pública generadora de empleo, cosa imprescindible en épocas de crisis y parálisis inversora de la iniciativa privada. De otra, la prohibición de generar empleo público directo.
Centrándome en la primera gran tragedia, tengo que nombrar a un economista que desarrolla su teoría económica en los años 30 del pasado siglo, cuando afectaba de forma severa a la población las consecuencias de la Gran Depresión del 29, Keynes.   Para el modelo del empleo Keynesiano, el problema  es que en ocasiones la producción es inferior a lo deseable y por eso se produce desempleo. Al existir desempleados no adquieren bienes y servicios y las empresas no contratan a más gente porque no hay suficiente demanda. Keynes propone aumentar el gasto público, de forma que aumentando el gasto publico se aumente el empleo el cual a su vez crea consumo que vuelve a crear empleo hasta volver a alcanzar el punto de equilibrio en el la oferta es igual a la demanda.
Casi todos los estados del mundo han aplicado alguna vez (y siguen aplicando) el aumentar el gasto público para mejorar la situación económica. Pasó, por ejemplo, en la Venezuela de los 50 y pasó en España en 2009 y 2010, con los dos planes de Zapatero. El propio PODEMOS lo ha defendido en sus programas electorales: aumentar la inversión pública aumenta la empleabilidad, sostienen. Es en algo en lo que estamos de acuerdo: lo hicimos en 2012 y fuimos el único municipio en hacer descender el índice de paro. Lo pretendimos hacer en 2015 y el déficit acumulado de dos años anteriores hizo que el gobierno del PP, con su endiablada obsesión por el control del déficit, nos impidiera hacer inversión alguna. Y ahí hemos estado, con las manos atadas por una política  restrictiva de inversión de derechas. Pero hemos hecho la tarea. Conseguimos el control del déficit, gracias al sacrificio de los concejales. Y cuando ese sacrificio nos da margen de inversión, autorizado por la política restrictiva de la derecha incluso, llega la oposición y se opone. Y no duele tanto que la derecha (PP, AIS) se oponga: ya sabemos que unos apoyan esas políticas restrictivas y que los otros escatimaron durante casi veintisiete años las inversiones públicas. Lo que realmente duele es que las políticas económicas restrictivas sean defendidas con uñas y dientes por quienes presumen de ser de izquierdas. Presumen, porque  en políticas económicas, dejan corto al PP de Rajoy. Casi nada.

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