viernes, 7 de julio de 2017

PASIÓN POR LA EDUCACIÓN: MI QUERIDA TATIANA Y LA CAMISETA DE "ME CHIFLAN LAS MATEMÁTICAS"


PASIÓN POR LA EDUCACIÓN: MI QUERIDA TATIANA Y LA CAMISETA DE "ME CHIFLAN LAS MATEMÁTICAS"
Querida Tatiana:
Me has dado una de las mayores alegrías de los últimos tiempos, de forma paralela a la alegría por la unión de la papada, en la que participaste en nuestra mesa. Los lectores de este blog no lo saben, pero fuiste una alumna ejemplar entre un alumnado ejemplar, el del antaño denominado IES San Hermenegildo, actualmente Profesor Martín Miranda, y siempre conocido como "EL Militar". Me considero una privilegiada por haber tenido allí mi plaza y haber convivido con alumnado ejemplar que, para sorpresa mía que venía de enseñar en entornos más desfavorecidos, aprendía sin que los docentes tuviéramos que hacer grandes  esfuerzos. Fue otra de mis épocas mágicas. Fuiste, querida Tatiana, una alumna estimulante, por tu capacidad y esfuerzo, y también por tu discreción. Recuerdo especialmente tus apuntes, que estarían de moda ahora que el primor en los apuntes es lo mas "in". Cuando te encontré en la papada no te reconocí inicialmente, y pensé, y te dije, que si te recordaba pero que estabas cambiada. Y me equivoqué. Cuando me dijiste tu nombre me vino a la cabeza la Tatiana de mi clase. Misma cara, misma mirada inteligente, misma sonrisa. Y luego, la emoción. Me hablaste de dos cosas por las que me recordabas especialmente: una permanente, que impregnó todas mis clases de matemáticas: las actividades motivadoras, pasatiempos, problemas genuinos, puzzles e investigaciones que fueron el "core" de mi didáctica y que siempre, siempre me recuerdan, cuando me encuentran, mis alumnos  de todas las épocas. Relacionar las matemáticas con la investigación y lo lúdico no es, en absoluto, baladí y creo que demuestra que uno de mis principales objetivos lo conseguí con creces. Pero lo que me emocionó especialmente fue que me dijeras que conservabas una camiseta de algodón, rotulada con el letrero "Me chiflan las Matemáticas", que ganaste en clase tras un desafío que propuse cuando, después de unas Jornadas de Matemáticas en que se pusieron a la venta las camisetas, exhibí ufanamente en clase mi camiseta y prometí una a cada alumno o alumna que sacara un sobresaliente. Obviamente, yo contaba con que sacaran sobresaliente dos, o todo lo más, tres alumnos. Craso error. Me desperré. La mitad de los alumnos fueron a luchar por la camiseta, ¡Y tuve que regalar camisetas a más de la mitad de una clase de más de treinta!!! Aquel año, algún compañero de equipo educativo, habló de que tenía menos suspensos en Matemáticas que Educación Física, y recuerdo que le contesté: "Tengo los suspensos justos". Y así era. Dije una vez que cuando terminara un curso sin saber más que al comenzar, era señal de que mi vida docente había llegado a su fin. Aquel año, ustedes me enseñaron que la motivación es uno de los elementos más importantes del currículo, y que no tiene que ver con incentivos caros o distintos a la propia materia. Ustedes se convirtieron en orgullosos portadores de un reclamo elogioso de la materia maldita. Ufanos, compitieron por la camiseta extrañamente diferencial. No se cuanto de ese curso tuvo que ver con tu elección de estudiar Física. La camiseta forma parte de tu colección de recuerdos escolares, y el año en que te chiflaron las Matemáticas lo recordarás siempre. Y yo, gracias a tí, lo he recuperado de mis recuerdos más queridos. Ahora, casualmente, eres colega de instituto de la profesora que diseñó la camiseta y recordaron juntas el episodio el curso que pasó. Y a mi me hiciste, hace unas noches, infinitamente feliz y me reiteraste en el convencimiento de que, en la enseñanza, no hay actos indiferentes: todo tiene especial significación, y algunas veces, de forma mágica, uno da con la clave para conectar de forma excepcional con los alumnos. Como contigo. Gracias, Tatiana. 

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