martes, 1 de octubre de 2013

LOS MAYORES, NUESTRA REFERENCIA VITAL


Hoy, día 1 de octubre, se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores, declarado así por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1999, bajo el lema “Hacia una sociedad para todas las edades. Muchos organismos trabajan para lograr una Convención Internacional en Defensa de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, destinada a combatir la violación de los derechos y la discriminación por edad. Pese a que mucha gente no está de acuerdo en hablar sobre derechos humanos en las personas mayores porque afirman que ai los mayores son seres humanos, los derechos son los mismos, hay que decir que claro que son los mismos, pero la realidad es que existen muchos casos de violación de los derechos por discriminación por edad, por lo que es necesario hablar específicamente de los derechos humanos en las personas mayores. Estos derechos de los mayores se violan por prejuicio, por discriminación por edad (lo que se llama edaísmo), lo que constituye una injusticia y una evidente inequidad. Me refiero a la más que evidente y creciente “falta de respeto”, algo que forma parte de nuestra historia como pueblo y que, lamentablemente, se ha ido esfumando de la mano de los nuevos tiempos. Por ello, en el momento actual, y en un día como hoy, considero que es fundamental poner en valor al colectivo de mayores, trabajando en la recuperación del respeto, palabra en la que se incluyen los valores, el reconocimiento de la experiencia, mediante la cual están incluidos y no excluidos, porque dejarlos afuera, sin participación, es una de las cosas que más sufren. Es necesario, para ello, la conexión intergeneracional, si no espontánea, liderada y promovida por programas institucionales “ad hoc”. Además de ello, Los mayores asumen situaciones de injusticia como si por tener cierta cantidad de años les tocara ese destino, y debía ser todo lo contrario. Un ejemplo es las listas de espera. Cuando un mayor pide un turno para un servicio médico no le pueden dar fecha para dentro de tres meses. Sus derechos, por los que ha cotizado, su derecho a la seguridad social hace que esa espera sea injusta y, en ocasiones, irreversible. El mayor tiene derecho también a la seguridad en su conjunto; y siempre que se pueda, derecho a envejecer en su domicilio. Tiene derecho a participar socialmente; a que lo respeten y reconozcan su experiencia. En este sentido, y yendo más allá, es necesaria la declaración de una Convención Internacional como un instrumento jurídico, de protección de los derechos de los adultos y adultas mayores, que cuando haya una situación de violación de derechos no se tenga que recurrir a una declaración o a la Constitución en general, que si bien es para todos los ciudadanos y ciudadanas no hay puntos específicos. Por eso, un día como hoy, reivindicamos, más que nunca, los derechos diferenciados de los mayores. Porque, más tarde o más temprano, todos llegaremos a serlo. Más nos vale.


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