Todos conocen mi gusto por el
folklore, la música y la obra bien hecha. Viendo las excelentes fotos de Edgar
del acto de anoche, mi primer pensamiento fue ¡¡¡qué pena por no haber estado
allí!!! El espectáculo fue un lujo, por el que debo felicitar efusivamente a
Jolgorio, los Labrantes de la Palabra, Santa Rosalía y al concejal Iván García,
que por fin encuentra el camino de saber lo que es un concejal de cultura. Si
desde el principio hubiera seguido la senda del trabajo realizado por Cayetano
Silva y Lali Toledo, seguro que ahora estaríamos hablando de otra cosa. Porque
como le hemos dicho reiteradamente, un concejal dejar trabajar a los grupos
organizados, los apoya y presenta propuestas culturales. Al recuperar la senda
que le marcó Cayetano y Lali, con la representación de Don Juan Tenorio la
noche de todos los Santos, y el espíritu de nuestra Semana de las Tradiciones,
creo que por fín ha encontrado el camino. Tarde fue, pero llegó. Así que
felicidades y a no perder el rumbo.
El motivo de nuestra ausencia fue
precisamente los antecedentes. Y los
antecedentes son de abandono de los objetivos principales del municipio:
desarrollo económico, empleo, obras, mantenimiento, gestión económica. Todos
esos aspectos fundamentales han sido cambiados por fiestas. Vecinos hay que dirigiéndose por necesidad
perentoria de empleo o de ayudas sociales reciben respuestas del tipo: “Hasta
mitad del año que viene, no puedo hacer nada por ti”. Esa respuesta doblemente
ofensiva (por ignorar que las necesidades básicas no se aplazan y por llevar
implícito el mensaje de “si votas por mí en mayo, te ayudo”) no es para
celebrarla. Mientras, el gasto en fiestas se multiplica y no tenemos plan de
estabilidad porque impediría seguir gastando a manos llenas en festejos. El plan de estabilidad, que era para tres
años, habrá que ejecutarlo, ese sí, en el año y medio restante tras las
elecciones. Esta irresponsabilidad manifiesta es lo que nos hace rechazar los
alardes continuos de festejos, por ignorar la realidad social del municipio. A
mi particularmente me hubiera gustado ser una ciudadana más, y haber asistido y
disfrutado del acto de anoche, pagado con el dinero de todos. Animé a muchos
vecinos a ir. Pero como responsable política, la única manera de decir que los
adornos no pueden suplir al traje, que lo fundamental está antes que el ornato,
es decir que “no en mi nombre” y hacerlo patente con mi ausencia. Porque la
cosa está muy mal, por mucho que haya un acto propio de relevancia de la
concejalía de Cultura. Por eso hoy digo ¡¡¡qué pena no haber podido ir!!!
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