domingo, 13 de noviembre de 2011

CONCHITA PEREZ SANTO-TOMÁS, ALCALDESA QUE FUE DE SAN JUAN DE LA RAMBLA, Y HOY HIJA ADOPTIVA


Buenas tardes a todos y a todas. Les agradezco la asistencia a este acto. A falta de la tiempo de nombrarlos a todos, quiero que se sientan especialmente representados por las personas o instituciones que voy a nombrar: Sus familiares, representados por el que fue su esposo y tres de sus hijos, María, Pello y Candela; sus amigos, por Concha Arribas, compañera que fue de Conchita, en el ejercicio profesional y en la vocación política y que ha realzado tan magistralmente su figura; los vecinos todos del municipio, por los vecinos de La Vera, que fueron convecinos de Conchita mientras vivió entre nosotros y los vecinos de Santa Catalina, que la tuvieron un tiempo prestada; los miembros de este Ilustre Ayuntamiento, por los concejales que fueron de este Pleno y compañeros de corporación de Conchita, entre los que destaco a Manolo Domínguez, que ha sido la fuente de información de estas palabras que fueron redactadas para su expediente, Eligia, primera mujer concejala del municipio, por el ex-alcalde e hijo predilecto de esta villa, Don Esteban de León y el alcalde que le precedió, Don José Hernández; los empleados del ayuntamiento, por José Antonio, Reyes, Juan Antonio, y especialmente Pedro, que ha sido la persona que ha puesto tanto amor y devoción en este acto y ha cuidado hasta el más mínimo detalle y el mundo del a educación y la cultura, por los directores de los Centros del municipio y por D. Andrés de Souza, presidente de la Real Sociedad Económica del Pais, ramblero consorte, esposo de doña Conchita Díaz-Llanos, que le acompaña hoy en este acto.

Concepción Pérez Santo Tomás, alcaldesa que fue de San Juan de la Rambla, fue la alcaldesa de las cosas pequeñas y de los logros, todo ello en sus poco más de dos años de mandato. Fue la primera alcaldesa del municipio y la primera alcaldesa, asimismo, de la isla de Tenerife. Profundamente enamorada de su profesión, a la que la llevó un intenso convencimiento de la vocación social que ha de impregnar a todo ser humano, ejerció la docencia en la Escuela de La Vera y también en el cercano municipio de La Guancha. Regresó con el tiempo a su Rioja natal, a seguir ejerciendo su vocación social, pero no olvidó su tierra adoptiva, Tenerife. De San Juan se llevó un trocito de sus gentes, en la persona de su hija adoptiva, Candela, hoy una reputada profesional de la enología. No obstante, siguió estando entre nosotros, y quiso regresar cuando nos dejó prematuramente, buscando acogida en El Teide y en el Charco del Viento. Cumbre y mar, las mismas que la acompañaron a lo largo de su estancia entre nosotros.

Atenta a las pequeñas cosas, hay mucha gente que recuerda la rapidez y la delicadeza hacia sus convecinos con las que gestionaba aquellas aparentemente minucias que hacen más amable el día a día de los ciudadanos y engrandece en la memoria a quien las gestiona. Una luz en un camino, una entrada de una casa, un acople de agua....

Pero también fue la alcaldesa de los importantes logros, más importantes, si cabe, por la época en que fueron logrados, de estrecheces y desarrollo insuficiente de las haciendas y las administraciones locales. En su tiempo se hicieron cosas que contribuyeron a modernizar el pueblo de la época y quedaron los cimientos de otros logros que se atribuyeron otros con posterioridad. Concha pensó en nuestro municipio en su conjunto y siendo alcaldesa se pusieron los pilares de lo que es hoy. Sensible a las necesidades más urgentes, atendió a los barrios más desasistidos, y así, en Las Rosas, adquirió los solares donde hoy se ubican el polideportivo y el colegio de Educación Infantil, en aquel momento Escuela Unitaria. Acometió obras de la envergadura de la ampliación y salida por Santa Catalina de la antigua TF2214, hoy con el nuevo trazado denominada TF 351. Realizó una ampliación del cementerio, y construyó durante su mandato el Centro Cultural de San Juan. Acometió el arreglo de la piscina municipal, a la sazón deteriorada. Realizó la plaza de La Rambla y logró el alumbrado público para el barrio. Mejoró la dotación del casco, al rehabilitar la antigua Alhóndiga e instalar en ese edificio señero el Juzgado de Paz y la Oficina de Correos. Profundamente preocupada por el bienestar social de sus convecinos, consiguió una oficina para la atención social y una asistente social para el servicio de los vecinos más vulnerables. Fue una mujer ardiente defensora de la participación ciudadana, siendo de las impulsoras de la Asociación de Vecinos La Unión, a través de la cual consiguió el transporte escolar para La Vera. En esa línea de participación ciudadana fue una gran defensora de las obras comunitarias, y con esa modalidad realizó conjuntamente con los vecinos la Calle Las Agüitas y la calle La Candelaria.

Dejó la alcaldía en el año 1987, en que encabezó otra persona la candidatura del PSOE. No obstante, en el momento de dejar la alcaldía legó al municipio proyectos de la envergadura del de la Plaza de Las Aguas y el alumbrado del barrio, amén de cincuenta millones de pesetas para áreas infradotadas que dieron como resultado posterior la Calle de La Pascuala y la Calle de La Pitera, cuyo proyecto concluía en la unión de ambas, unión que no se realizó nunca y la inclusión, dentro de los planes insulares de 1987 del acerado entre la Fuente de La Zarza y Los Quevedos, obra que fue ejecutada e inaugurada por el gobierno que la sustituyó.

En suma, que en dos años Conchita fue la alcaldesa del pueblo y de los necesitados, la alcaldesa de las pequeñas cosas, la alcaldesa de los equilibrios y la alcaldesa de los proyectos que prepararon la dotación básica e infraestructural del municipio que tenemos ahora. Una gran alcaldesa que nos hizo un poco más grandes a todos, y con la que tenemos una deuda histórica que estamos a punto de saldar. Gracias, Conchita, por habernos dado un poco de tu grandeza y de tu capacidad, que para nosotros fue mucho y que nos engrandeció, con el tiempo, a todos. Dice el dicho que es de bien nacidos ser agradecidos. Agradecimiento que siempre fue proverbial en este noble pueblo ramblero, que hoy salda una vieja deuda con quien tanto le dio. Y la salda desde la necesaria unidad que trasciende el partidismo, por cuanto una persona como Concha, llegar a su cargo institucional, así como cuando lo cedió, estuvo siempre a la altura de lo que Institución demanda, esto es, siendo representante de todos y no de unos pocos. Por eso, porque sabe representar a todos, está aquí mi socio de gobierno, el Primer teniente de alcalde de este municipio, Don Tomás Mesa, concejal del Partido Popular. Y también nos acompaña el teniente de alcalde del vecino municipio de Los Realejos, también del PP. Así es y así debe ser.

Yo añadiría, para terminar, desde un municipio fundamentalmente agrícola, que el árbol al que le cortan sus raíces no da frutos. Este municipio recobra, con este homenaje, a una parte importante de sus raíces, en forma de hija adoptiva. Primero ella nos adoptó, en la figura de candela, su hija. Hoy la adopta SJR a ella. Hija adoptiva, que es el título más grande que le podemos dar a alguien que fue parte de este municipio. Desde hoy Conchita figura como ramblera en el libro de oro de este municipio, y sus descendientes, rambleros también. Gracias a todos.

4 comentarios:

http://lacomunidad.elpais.com/jecalorena/posts dijo...

Lástima que de La Guancha no fuera ningún representante, al menos de forma testimonial, pues aquí residió unos años y aquí desempeñó un importante trabajo artesanal su esposo. Pero ya se sabe, en La Guancha sus políticos no quieren hacer reconocimientos a nadie, pues la envidia y los enfrentamientos políticos les pueden. Felicitarle por esta iniciativa y animarle a que , en la medida d elas posibiidades del Ayuntamiento, reconozcan el trabajo a otras personas, que de forma anónima, también hayan logrado cosas para el municipio y para el bien de la comunidad, como por ejemplo mi amigo José Gregorio Yanes.
Atte.,

Jesús Pérez.

Fidela Velázquez dijo...

Querido Jesús: de La Guancha si hubo representación. No institucional, pero sus vecinos (los de Conchita y su familia) de Santa Catalina y algún ex-alumno estuvo allí. Son los que ella hubiera querido que estuvieran. Asi que el noble pueblo de La Guancha, que es una cuarta parte de mis ancestros, allí estuvo. A Goyo también le haremos el homenaje. en el mismo Pleno, se aprobó poner una calle, aquella donde nació Goyo en La Vera Baja, con su nombre. Seguramente el acto lo haremos en diciembre. Aún puedes aportar tu granito de arena a su expediente. Te animo a escribir algo sobre él. Y, por supuesto, estás invitado a ese acto. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Como bien dice un maestro sólo queda entre nosotros " El perfume que deja nuestras acciones" y Conchi, como la conocíamos en el barrio de Santa Catalina ha dejado esa esencia entre todos nosotros. Gracias a todos por poder apreciar su gran valía. Una gran amiga de María. Besos a toda su familia.

Anónimo dijo...

Como bien dice un maestro sólo queda entre nosotros " El perfume que deja nuestras acciones" y Conchi, como la conocíamos en el barrio de Santa Catalina ha dejado esa esencia entre todos nosotros. Gracias a todos por poder apreciar su gran valía. Una gran amiga de María. Besos a toda su familia.