Las razones para mentir pueden
ser varias, pero todas tienen en común el mismo factor: el miedo o el
remordimiento. El miedo o el remordimiento a las consecuencias de los actos no
aceptables, el miedo a no ser querido por no tener un buen comportamiento, el
miedo al castigo, el miedo a perder privilegios, siempre el miedo…
Cuando 24 años más tarde se tiene
adquirido el hábito a mentir, es más trabajoso modificarlo. Pero nunca es
tarde…si la dicha es buena. Así que manos a la obra y vamos a intentar que nuestros
compañeros de la oposición comprenda bien ahora este axioma moral: *la verdad
nos hace libres*. Yo les animo a comprender que pueden llegar a ser lo que en
el fondo de su corazón sean y que se dediquen a trabajar por el pueblo y no a
difamar y a mentir. No se hace verdad una mentira por repetirla muchas veces. La
verdad no es lo que ellos digan…sino lo que es. “Somos lo que hacemos”, decía
el filósofo Ortega y Gasset, y si mienten, son mentirosos. Y en su corazón ellos
lo saben. Y se desprecian por ello. Y como se desprecian, se sienten
acomplejados y eso hace que cada vez más se hundan en sus propias mentiras. No
se gustan, ellos mismos no se aprecian, por eso no dejarán de decir mentiras
para aparentar ser quienes no son…es un círculo vicioso del que solo se puede
salir con el círculo contrario, el círculo virtuoso y del valor: porque para
pensar y decir la verdad es preciso tener valor. Y el valor se obtiene con el
ejercicio diario de decir la verdad, y no huyendo ante sus propios y largos
(por los 24 años) errores, ni achacando al contrario justamente esos mismos
errores. Todo es cuestión de empezar. De entender que su futuro está en sus
manos, en el trabajo y mérito que realicen, está en lo hondo de su corazón,
allí donde nadie puede engañarse. Y respecto al municipio, también convendría,
y así se les ha propuesto, un pacto político durante la crisis, para intentar
remontar esta situación. Y se han negado. Creyendo que lo que hacen es
política, en realidad cada día se retratan más. Y cada vez ese retrato refleja
más que fue el interés el que los mantuvo unidos. Y que el pueblo no les
interesa, salvo para su propio beneficio. Qué lástima.
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